"Quería dejar que la esencia hablara y concentrarme en las canciones como lo que son: acordes y voz"
EntrevistasJames Room

"Quería dejar que la esencia hablara y concentrarme en las canciones como lo que son: acordes y voz"

Kepa Arbizu — 02-08-2021
Fotografía — Leo Doe

El músico vasco James Room nos ofrece un nuevo trabajo, en formato EP y únicamente apoyado por un contrabajo, que con su propio título, el taxativo pero lacónico “2021”, resume a la perfección la intención contenida en él de reflexionar sobre los sentimientos aflorados en esta difícil época que nos ha tocado sobrellevar.

Nadie ha conseguido quedar exento de las huellas depositadas por la aparición de la pandemia que sufrimos. En el caso de los creadores son muchos los que han procesado esa dramática situación canalizándola a través de la mejor manera que saben hacerlo: su obra. Tal es el caso de James Room, que acaba de presentar un EP, de categórico nombre, “2021”, donde a través de cinco canciones aborda las alteraciones anímicas producidas por esta crisis sanitaria.

Acompañado en esta ocasión únicamente por el contrabajo de Gabriel León, el cantante pone su esplendorosa voz (y guitarra) al servicio de unas desnudas y emocionantes composiciones que le acercan todavía más al territorio de White Buffalo, Shawn James o Chris Cornell.

”2021” es un disco muy especial por varios motivos, el más obvio es que ha sido compuesto en plena época de pandemia, ¿hasta qué punto un álbum como éste es consecuencia de la alteración de planes que esta situación sanitaria te ha causado?
Supongo que más que del álbum se trata de las canciones en sí. El álbum, el envoltorio, vino dado más por ellas que al revés, en este caso. He compuesto bastante en este último año y había un puñado de canciones que estaban directamente relacionadas con situaciones derivadas de la pandemia o sus consecuencias (más allá de las puramente sanitarias) o sentimientos y estados de ánimo que veía en mis allegados o en mí mismo. La mayoría de esas canciones, sobre todo las cinco de las que hablamos, son de esas que se componen básicamente dejándolas entrar, siendo un vehículo, un mero trámite entre ellas y el papel y la grabadora.

¿Por qué has decidido contar con un número tan reducido de temas? ¿Hubo muchos descartes o siempre tuviste entre manos los mismos?
Es una cuestión más relacionada con la urgencia que con cualquier otra cosa. Como te digo tengo bastantes canciones nuevas guardadas y algunas de ellas tengo ganas también de llevarlas al estudio y el escenario, pero estas cinco tenían ese punto de urgencia que necesitaba una resolución rápida. Además son de esas canciones que funcionan ya con pocos arreglos, casi a guitarra y voz puedes ya sentir todo lo que tienen que transmitir. Me planteé esta rápida grabación y mi idea siempre fue hacerla con pocos medios. Quería intentar sacar mucho de muy poco. Dejar que la esencia hablara y concentrarme en ellas, en las cinco canciones, como lo que son: acordes y voz.

James Room por Gorka Sanz

¿Hay muchas diferencias, ya sea en su concepto, estilo, metodología, aspiraciones, etc.., a la hora de componer y grabar un EP a un disco largo o es una mera diferencia de cantidad de canciones?
Cada proceso de composición y de grabación es un universo en sí mismo. Para mí cada canción es como un planeta de mi universo particular. Hay veces que esos planetas forman constelaciones y esas constelaciones acaban con nombre de LP, EP o conjunto de singles. Todo acaba teniendo sentido dentro del caos. En este caso particular, cuando decidí que debía o quería publicar algo, vi que estas cinco formaban un conjunto de lo que necesitaba decir. Eran un compendio que funcionaba bien en este formato y, más allá de descartar canciones… simplemente es que tengo otros planes para ellas.

Musicalmente, aunque siempre ligadas al sonido americano de raíces, estas canciones son mucho más desnudas, apoyándose solo en tu guitarra acústica y en el contrabajo de Gabriel León, ¿en este sentido era importante para el contenido y significado del disco mostrarlas de esa manera tan cruda? ¿Siempre tuviste clara esa idea y la de contar con Gabriel?
Para mí era importante no vestir demasiado las canciones en esta ocasión, sí. Sin duda por su contenido y por el momento en que han nacido. Y contar con Gabo, aparte de ser una garantía de calidad, es un placer. No sólo asimila rápido lo que quiero contar sino que lo engrandece de manera exponencial. Es un músico al que da gusto exprimir. Siempre te acaba dando más de lo que le pides.

Lo mismo puedo decir de mi hermano, Iñigo López, que en esta ocasión ha ejercido de técnico de grabación de manera magistral como magistral es su trabajo con los coros y las armonías que hacen de las canciones algo más bello y emocionante.

“La música me ayuda a sobrellevar y canalizar la tristeza o la frustración pero también me ayuda a expresar alegría, a perder la vergüenza, a jugar y a olvidarme de mis problemas”

Y el hecho de no haber contado con tu banda habitual para terminar las canciones, ¿cómo lo has vivido, te ha creado algún tipo de inseguridad o tenías claro que este disco lo tenías que hacer prácticamente tú solo?
Lo tenía claro desde el principio. Pero no por desmerecer en ningún caso el formato o el sonido de la banda, ni mucho menos, sino por el sentido que quería darle al conjunto. La inseguridad convive con mi convicción, toque yo solo o con mil músicos acompañándome.

Pese a la corta duración del disco, y ese ánimo intimista y recogido que contiene, nos podemos encontrar en él diferentes matices en las canciones, desde la épica dramática de “Before This” hasta el más romántico folk country de “Color Me Warm” pasando por la rabia de “Rats Aboard” o la pegadiza “We Are Back”. ¿Has pretendido evitar que el disco fuera demasiado monocorde y en determinados momentos se pudiera hacer demasiado dramático e intenso?

En realidad tampoco he “pretendido” mucho en este disco. No me estoy fijando mucho en el estilo de las canciones que compongo. El punto en común entre ellas soy yo y la situación en la que esté en cada momento. Lo que sí era importante es que las canciones fueran al grano. La verdad es que estoy muy satisfecho con el trabajo que hemos hecho en esta grabación. Ha acabado siendo tal y como quería. Todavía me emociona escuchar estas canciones así. Hasta que me harte de ellas (risas), que esto nos pasa a todos en algún momento.

Supongo que en un contexto musical como el de este disco, la presencia de tu voz, que además es uno de tus puntos fuertes y que aquí suena esplendorosa, es algo que has valorado y trabajado especialmente, tanto por lo que querías contar como por el modo en que lo querías contar…
Muchas gracias. La verdad es que especialmente en un disco como éste no puede haber “cosas raras”. Nada se puede enmascarar. Queda todo muy desnudo y es muy peliagudo grabar de esta manera sabiendo que no habrá absolutamente nada tapando algo que tú puedas considerar un “fallo”. Todo debía funcionar escuchado en solitario más que nunca. Y aunque esto sea algo que siempre me importa mucho, en esta ocasión era algo de lo más imprescindible. Con la voz soy (y siempre he sido) muy visceral. No poseo una técnica depurada ni mucho menos ni conocimientos más allá de los adquiridos de la escucha, la auto-escucha y el ensayo/error. Cada vez me encuentro más a gusto cantando y tengo menos tabúes auto-impuestos. Cierto es que tener al lado a alguien como Iñigo te hace tener conversaciones que no tendrías y a veces te hace plantearte preguntas que no te harías ni en cien años. Pero soy lo suficientemente exigente conmigo mismo como para exigirle a mi voz que llegue al listón que considero necesario para expresar lo que necesita la canción.

Abres el disco con “Before This”, una explícita canción en la que describes el antes y el ahora respecto a la pandemia, ¿crees que nuestras vidas anteriores a este hecho eran tan idílicas o es el recuerdo y la situación actual lo que nos hace verlas como una “normalidad” deseable?
La vida es dura y maravillosa a la vez. Y siempre ha sido y será así. Pero sí considero que ha habido un antes y un después de la pandemia. A parte de obviedades, claro. Me refiero a que antes de esto sabíamos en qué guerra estábamos y sabíamos pelearla. La vida no era una idílica utopía, ni mucho menos. Siempre ha habido que pelear duro. Pero en muchísimos casos esas peleas se mantenían a raya. Estábamos acostumbrados a recibir algún gancho de derecha y esquivar alguno de izquierda. Lo que pasa es que de repente a tu oponente le han crecido brazos nuevos y no sabemos ya de dónde vienen los golpes, pero cada vez vemos la lona más cerca y pocas opciones de seguir con el combate. Ha habido muchos sueños cumplidos o a medio cumplir que se han visto truncados de repente. Mucha gente parada en seco sin muchas opciones de remontar el vuelo en un corto o largo plazo. Muchas pérdidas de todo tipo. Mucha confusión e incertidumbre y mucha angustia. Pero no tengo que venir yo a contaros lo que ya sabéis. Hay muchísima gente que lo ha pasado mucho peor que yo. Me sigo considerando un tipo con suerte dentro de lo que cabe. Encontraremos nuevos caminos si queremos seguir aquí y esto es ya algo necesario.

“El aprendizaje siempre es algo vital, y amoldarse en base a él una necesidad atada a la supervivencia y a la longevidad"

Precisamente pese a la crudeza del disco uno de los temas que creo esencial en él es el de reunir fuerzas y ánimos para continuar adelante. En esos momentos en que todos estábamos desconcertados y asustados, ¿de qué manera te ayudó la música en general y en concreto componer un disco como éste?
La música siempre ha sido de gran ayuda para mí. Y creo que para todas y todos aunque no nos demos cuenta. La música me ayuda a sobrellevar y canalizar la tristeza o la frustración pero también me ayuda a expresar alegría, a perder la vergüenza, a jugar y a olvidarme de mis problemas. Te conecta y te desconecta. La música es algo mágico. Esto es algo que me produce tanto a la hora de escucharla como componerla. Pero componer tiene algo que no lo tiene nada más. El momento en que das por terminada una canción y la tocas por “primera vez” la escuchas de otra manera y te ves desde fuera. Si en ese momento, al terminar, tienes una media sonrisa o los ojos enrojecidos sabes que has dado en el clavo y lo puedes soltar todo. En esta época en concreto, tan tensa, ha sido de vital importancia poder soltar todo e inhalar de nuevo.

Antes de la aparición de este nuevo trabajo lanzasteis algunos singles esporádicos, incluyendo algunas versiones, que tuvieron bastante repercusión, no sé si ese hecho te ha hecho reflexionar sobre la manera actual de acercarse la gente a la música, donde el formato disco pierde fuerza frente al hecho de escuchar canciones sueltas...
Cierto es que el modo de acercarse a la música del público en general ha ido cambiando de forma significativa, pero tampoco creo que eso sea algo nuevo. La historia de la industria musical ha estado siempre en cambio constante, aunque es verdad que siempre ha estado relacionada a un formato físico y con un principio y un final que “ellos” te ofrecían, te vendían y todo giraba en torno a eso. Singles, maxi-singles, EPs, LPs,… Pero ahora que ya han entrado en el juego mayoritario las plataformas digitales en las que cada uno elige lo que escucha, cada usuario se ha convertido en su propio DJ, en su propio programa de radio favorito. Y el juego de las radios siempre ha sido un poco oscuro en términos generales. Oscuro y difícil de entender y asimilar. Por mi experiencia tanto como oyente como “hacedor” de música el público en general no tiene un ansia investigadora, ojo, que hablo en términos generales, con lo que escucha mayoritariamente lo que le dan. Y hago del todo responsables de que se escuche una determinada música repetitivamente a los distintos escaparates que se encargan de mostrar “lo que hay”. Pero me estoy yendo por las ramas y esto es una conversación muy larga que marida estupendamente con unas cervecitas bien frías…

La cuestión es que el pasado año, antes de la explosión de la pandemia, teníamos 4 canciones grabadas con intención de sacar un EP, pero se nos vino todo encima, como a todos, y tomamos la decisión de desmenuzarlo en singles individuales lo suficientemente esparcidos en el tiempo que nos permitieran sobrevivir y seguir ahí de alguna manera. En la sociedad en que vivimos hoy en día todos podemos ser olvidados en un pispás y era una cosa que teníamos que intentar impedir.

Durante este tiempo has trabajado con Iñaki “Uoho”, has tocado con la Sinfónica de Bilbao y has sacado un extraordinario disco en una época durísima como ésta, ¿sientes que a pesar de lo complicado de esta época has aprendido muchas cosas durante ella?
El aprendizaje siempre es algo vital, y amoldarse en base a él una necesidad atada a la supervivencia y a la longevidad. Se aprende mucho saliendo de la zona de confort. Trabajando de otras maneras, con otras personas y explorando. Me cuesta mucho ceder el control pero también estoy aprendiendo a jugar con ello. Además los tiempos duros siempre te ponen a prueba si quieres seguir adelante. Trabajar con Iñaki (Uoho) fue una grata sorpresa en todos los sentidos. Trabaja de una forma profesional y metódica, y a la vez es un tipo con el que da gusto estar, charlar y desarrollar ideas. Una escuela con patas, vaya. Trabajar con todo tipo de músicos que te dan mil vueltas, tanto leyendas vivas del rock como virtuosos sinfónicos, es enriquecedor a más no poder. Impagable.

Por cierto, cómo es la sensación para todo un rockero como tú tocar alrededor de una Sínfónica, ¿se siente uno fuera de lugar..?
Es una sensación bastante extraña, la verdad, (risas)... Acostumbrado a tener unas referencias tan familiares como el bajo y la batería resulta extraño no tenerlos. Aunque a todo se acostumbra uno.

“El público, en términos generales, no tiene un ansia investigadora, con lo que escucha mayoritariamente lo que le dan"

Además del propio EP también se ofrecerá en la plataforma BizkaiaFSNext el concierto que ofreciste junto a un cuarteto de cuerda, ¿hasta qué punto ese formato en directo ha alterado o ha dado otra vida a las canciones?
El concierto para Bizkaia FSNext acabó siendo algo más especial de lo que ya creía que iba a ser. Lo grabamos además sin haber terminado de digerir las sensaciones del pase previo que hicimos con público. Hacía tiempo que no me ponía tan nervioso. Era otra primera vez pero no era igual. Esta vez el público no había escuchado ni una sola de las 5 canciones que iban a abrir el show y estábamos en un escenario muy expuesto. Casi sin amplificar, casi confundidos con el público en espacio y altura. El cuarteto fue el broche final perfecto para un concierto como ese. El público respondió de una forma muy emocionante, llevándose cada uno momentos de las nuevas canciones que luego compartieron con nosotros. Cuando ya anocheció en Yimby y se vació el espacio nos colocamos en el centro y grabamos todo de nuevo con las canciones enriquecidas aún más después de la experiencia. Todo eso está ya ahí, para todos vosotros, cuando queráis.

Y este disco “2021”, ¿cómo lo encuadras en tu discografía, como una aventura esporádica o como un posible camino que seguir ahondando…?
Lo encuadro como lo pensé en un principio. Como un paso más hacia lo que quiero hacer: tanta música como pueda mientras esté vivo y pueda escribiros y cantaros. El futuro dirá el resto. Habrá que seguir jugando.

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