“Alcanzar cierta edad no es un impedimento para probar cosas nuevas”
EntrevistasJames Ellis Ford

“Alcanzar cierta edad no es un impedimento para probar cosas nuevas”

Fran González — 22-05-2023
Fotografía — Pip Bourdillon

Después más de dos décadas de experiencia en la sombra, ocultando su talento detrás de los créditos de artistas de gran calado, el carácter humilde y discreto del británico James Ellis Ford nunca nos hubiera hecho sospechar que algún día le veríamos presentando un proyecto en solitario y con nombre propio.

Al 50% de Simian Mobile Disco le sorprende casi tanto como a nosotros que las circunstancias le hayan llevado hasta aquí, pero los caminos de la música son inescrutables y tras verse en la obligación de poner en pausa indefinida su proyecto junto a Jas Shaw por enfermedad del mismo, Ford ha terminado abrazando las mieles del debut por cuenta propia con ‘The Hum’ (Warp, 23), un álbum con carácter “doméstico” y sin pretensiones, con el que su artífice confiesa haber saldado una cuenta pendiente e impulsado su autoestima.

The Hum”, tu primer álbum en solitario, ya es una realidad. ¿Por qué justo ahora, James?
La razón es bien sencilla. He estado muchos años ocupado produciendo a diferentes artistas, y aunque la idea de dar el salto y lanzar un proyecto en solitario siempre me había rondado la cabeza, me era literalmente imposible sacar tiempo para poder darle a la propuesta la consistencia que ésta se merecía. Además, el resto de mi energía y mi tiempo iban por entero dedicados a Simian Mobile Disco en aquel momento, por lo que pensar en abrir más puertas quedaba totalmente descartado. Por desgracia, hace pocos años mi compañero de SMD, Jas Shaw, fue diagnosticado con una extraña enfermedad de larga duración, lo cual nos obligó a anunciar que la banda entraba en pausa de forma indefinida y a cancelar todos nuestros planes inmediatos. No podíamos estar ni siquiera en la misma habitación juntos, especialmente durante la pandemia. Así que eso dejó, sin duda, un vacío musical y profesional muy grande dentro de mí que necesitaba llenar.

"Poco a poco descubrí la importancia de seguir aprendiendo cosas nuevas y de forzarse a uno mismo a salir de su particular zona de confort"

El destino parecía estar llevándote de algún modo hasta el irremediable debut en solitario.
Coincidió que justo acababa de construir un estudio musical en casa hacía unos cinco años, donde empecé a explorar nuevos sonidos y texturas y a probar cosas con las que hasta ahora no me había atrevido, como por ejemplo, cantar. Ya sabes, cosas que nunca habría hecho en un estudio grande, con ingenieros y técnicos de sonido de por medio. Digamos que terminé creando un ecosistema que me ofrecía una privacidad ideal para desarrollar mi propia identidad artística, sin prejuicios ni presiones. Se podría decir que esos experimentos terminaron yéndoseme de las manos y lo que inicialmente parecía un simple divertimento sin pretensión, terminó convirtiéndose en un proyecto en solitario como tal.

¿Afrontaste con desesperanza las noticias sobre la salud de Jas?
Realmente, mi carrera nunca se ha caracterizado por tener demasiada estabilidad. Ya en el pasado Simian Mobile Disco pasó por otro parón, y la producción de artistas también es un clima marcado por muchos picos y valles, donde puedes pasar de temporadas muy ocupadas a tramos del año en los que no sale nada de trabajo. Tanto en contextos así como ante las terribles noticias de Jas lo único que pude hacer es armarme de valor y seguir adelante. Compongo música a diario y trato de ocupar mi cabeza y mi tiempo como sea posible, adaptándome a las circunstancias, tal y como éstas vengan.

¿Ha supuesto la edad un freno a la hora de visualizarte a ti mismo empezando un nuevo proyecto?
No te negaré que no sea algo que no haya cruzado mi mente en más de una ocasión durante este proceso. Pero lo cierto es que yo tampoco persigo convertirme en una estrella pop y mediática con este disco, ni busco pelear por hacerme un hueco en esa parte de la industria. Lo único que he querido a través de este disco ha sido afianzar mi personalidad artística con un proyecto que hable de mí. No va tanto de ambición como si de retarme a mí mismo, ver de qué soy capaz y explorar estilos musicales con los que nunca me había atrevido antes. Mis ídolos son gente como Robert Wyatt o Nick Cave, que han hecho y siguen haciendo cosas geniales incluso con edades provectas. Está claro que la esperanza de la música actual reside en la gente joven, como debe ser, pero alcanzar cierta edad no es un impedimento para probar cosas nuevas.

Como por ejemplo, aprender a tocar el clarinete bajo, como hiciste para esta ocasión.
Al hilo de lo que te mencionaba de retarme a mí mismo y demás, siempre me había sentido muy satisfecho con mis cualidades artísticas, pero es verdad que nunca había probado a moverme fuera de éstas. Poco a poco descubrí la importancia de seguir aprendiendo cosas nuevas y de forzarse a uno mismo a salir de su particular zona de confort. De este modo, y sumado al hecho de que siempre había mostrado un especial interés por el sonido del clarinete bajo, encontré uno a muy buen precio y me dije “qué demonios”. Cuando era niño, tocaba la flauta y se podría decir que la colocación de los dedos es un tanto similar, así que no me costó demasiado aprender a tocarlo. Está claro que no soy un virtuoso, ni me atrevería a dar un concierto de corte clásico al clarinete, pero oye, el resultado no fue nada malo y conocer mejor este instrumento me permitió componer gran parte de las melodías del álbum. Aprender, y recuperar la ilusión por algo a través del aprendizaje, acabó siendo una fuente de inspiración enorme que también traduje en la composición de las canciones.

Además, podemos escucharte cantar por primera vez.
En una línea similar, la idea de cantar acabó pareciéndome cada vez menos descabellada. Quiero decir, aunque no tenga una gran voz, conozco los tonos, sé cómo debe sonar una voz afinada, es algo que he tenido que graduar y controlar en otros artistas infinidad de veces, pero obviamente nunca me había planteado hacerlo de forma profesional y mucho menos compartirlo con el mundo. De veras, no canto ni en la ducha. Pero llegó un momento en el que sentí que a mi disco le faltaba algo, y sin pretenderlo, terminé poniendo en entredicho todos los motivos que me impedían atreverme a dar ese particular salto y probé a cantar. Fue una lucha interna muy grande contra mis inseguridades, pues me considero una persona bastante tímida e introvertida, pero de este tipo de retos solo se puede salir con el autoestima reforzada.

Por lo que comentas, interpreto que el disco se fue gestando poco a poco y sin una idea previa de lo que querías exactamente.
Exacto, todo surgió de forma muy improvisada, añadiendo arreglos de percusión por aquí, arreglos de cuerda por allá, haciendo un poquito de jamming conmigo mismo… A veces añadía cosas que me recordaban a ciertas bandas sonoras que me gustaban. Digamos que en todo momento el álbum se sentía como algo muy mío y muy personal. Por eso cuando llegó a mí la idea de incluir voces, automáticamente lo primero que pensé fue en llamar a determinados artistas que quisieran colaborar. Siempre he sido muy afortunado de estar profesionalmente rodeado de artistas muy inspiradores y con gran talento, y no me habría costado nada levantar el teléfono y contar con ellos. Pero después de analizarlo con frialdad, sentí que iba a ser mucho más auténtico e interesante si yo me encargaba por entero de todo.

"Es gracioso porque ahora te das una vuelta por redes sociales y todo el mundo parece que es productor, ¿no?"

Un poco “hombre-orquesta”, ¿no?
Sí, algo así. Ya se han dado grandes casos así en el pasado, como pasó con Prince o con algunos discos clásicos de Paul McCartney, en los que el artista firmante era el responsable único de todo lo que sucedía en estos, y siempre he encontrado fascinantes este tipo de álbumes, precisamente por esa personalidad y ese sentimiento tan humano que derrochan.

Un toque muy personal, que además podemos ver en el papel referencial que han jugado tu esposa y tu hijo en el tono narrativo del disco.
Totalmente. Ten en cuenta que es un álbum que he hecho en casa, entre cenas, baños y cuentos para dormir, así que el resultado final del disco tiene ese toque doméstico que irremediablemente me recuerda a mi familia. Además, hay un componente genético muy importante, y es que mi mujer es de origen palestino, y antes de la pandemia tuvimos la oportunidad de ir allí. Siempre me había interesado mucho la situación del país, pero desde luego verla con tus propios ojos es muy diferente. Fue muy conmovedor conocer a gente local y ver cómo, a pesar de las duras circunstancias en las que viven, su espíritu sigue ocultando luces del todo emocionantes. Musicalmente también supuso para mí un auténtico redescubrimiento, y es que aunque siempre me había gustado la música india y árabe, aproximarme más cerca que nunca a ese tipo de músicas que se rigen por escalas y reglas tan diferentes a las que habitualmente manejo, me resultó muy inspirador, como se ha terminado viendo en canciones como “The Yips”, por ejemplo.

Obviamente, no eres un recién llegado en lo que respecta a escribir canciones. Pero qué encuentras más duro, ¿escribir canciones para otros o para ti mismo?
Sin duda, lo segundo. Ha sido mucho más difícil de lo que en un principio pensé que iba a ser. He de confesar que he tirado por la vía más críptica y no he sido demasiado explícito o personal en lo que respecta a las letras de algunas de mis canciones, pues he encontrado bastante difícil eso de abrirme. Y, ¿sabes qué es lo más irónico? Que cuando he trabajado con otros artistas, yo era el primero que les pedía que se abrieran más y me entregaran más emoción o se mostraran más vulnerables, porque sabía que, como oyente, era eso lo que más interesa escuchar en un disco. Pero aplicarse a uno mismo ese consejo… eso ya es otra cosa.

Parece que hoy día la parte técnica de la música ha empezado a cobrar más personalidad y peso, ¿no?
Es gracioso porque ahora te das una vuelta por redes sociales y todo el mundo parece que es productor, ¿no? No me malinterpretes, creo que es algo genial. Como dices, parece que la figura del productor ha dejado de estar tan en la sombra y ahora es más común saber el nombre del responsable de ciertos álbumes de éxitos. Para mí siempre ha sido una parte de la música que me ha interesado mucho, incluso más que la cara más visible de ésta. Aunque ahora me encuentre aquí, promocionando mi disco, reconozco que, como productor, siempre me ha gustado más estar en la trastienda del asunto y ayudar al artista en cuestión a encontrar su mejor sonido y ayudarle a que éste dé lo mejor de sí mismo. Creo que es una labor fundamental para terminar logrando álbumes que hacen historia.

¿Y qué hay de la idea de llevar “The Hum” fuera del estudio?
Es algo que disfrutaré mucho haciendo, sin duda. Hay unos cuantos shows ya programados. He reunido a una pequeña banda, y estaré cantando y tocando la batería en algunos conciertos, entre ellos Glastonbury y Primavera Sound, que son algunos de mis festivales favoritos. Quizás organice también una pequeña gira europea a finales de año, pero honestamente, después de haber hecho tantas giras a lo largo de mi vida, siento que ahora, donde mejor me siento, es en el estudio, componiendo y estando a lo mío.

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