"Icebergs" sigue la línea estilística abierta en "Don´t Give Up" aunque hay algún que otro matiz y alguna sorpresa…
Si, digamos que Juanma Latorre y yo hemos intentado crear unos temas con arreglos mucho más cuidados, que evocaran una atmósfera casi acuática, onírica… Luego, claro, está el tema en castellano "Icebergs” que es el single de presentación y lleva una línea más pop.
Creía que renegabas de componer en castellano
Esta canción llevaba mucho tiempo escrita, pertenecía a un material que hice en castellano para la televisión y, la verdad, no sabía bien qué hacer con ella. Pero Juanma me dijo que tenía que entrar en este EP y estoy muy contento con el resultado. Recuerdo cantar “Soledad” con Jorge Drexler y ver cómo el público, cuando cantas en castellano, se abre como una flor. Es brutal lo que sientes, la conexión que se crea entre ellos y tú y que, aunque les encante tu música, no ves cuando cantas en inglés.
En este trabajo has tenido ayuda en la producción, ¿cómo ha sido el proceso?
"Icebergs" está formado por temas que no entraron en "Don`t Give Up" porque tenía tanto compuesto que era imposible meterlo todo. Juanma Latorre (batería de Vetusta Morla) me ha ayudado a darle forma a todo y ha sido increíble porque enseguida nos hemos entendido, él sabía perfectamente cómo quería yo que sonaran estos temas que estaban guardados en un armario. Aún así, no paro de componer, no puedo evitarlo y ya estoy pensando en grabar un largo durante el verano.
"‘Icebergs' habla de la dualidad de las cosas, del mundo hipócrita en el que vivimos e, incluso, del cambio climático"
Pareces bastante meticuloso con tu trabajo, ¿te gusta revisarlo todo?
Sí, totalmente. Controlo absolutamente todo: parte creativa, producción, imagen, formato, redes sociales… Estoy aprendiendo a delegar ahora, pero es verdad que me encanta estar en todo el proceso. Creo que es importante para un artista mantener la imagen que quiere, las canciones que quiere y hacerlo cómo le de la gana. Yo no valdría para que una multinacional me dijera: “Tú tráenos los temas que ya hacemos nosotros lo que queramos con ellos”. Es algo demasiado valioso.
Quizá cuidas todo tanto porque realmente la música ha sido tu plan B, tu escapatoria…
Absolutamente. Yo vivía una vida de triunfador, trabajaba en una empresa en Londres y hacía todo lo que hace un buen consumidor que se precie: salir a cenar, ir de compras, gastar y estar encerrado en una realidad que, en el fondo, es una gran mentira. De hecho, de eso habla "Icebergs": de la dualidad de las cosas, de la parte que se muestra y la que está escondida, del mundo hipócrita en el que vivimos e, incluso, del cambio climático, que es un tema que me preocupa por este afán consumista en el que estamos envueltos. Así que volví a Madrid, lo dejé todo por la música sin saber si iba a salir bien o mal.
Y te salió bien
Sí, la verdad es que no me puedo quejar. Aunque lo cierto es que asusta pensar si "Icebergs" cumplirá las expectativas después de la buena crítica que tuvo "Don’t Give Up". De momento, tengo treinta fechas cerradas de aquí a junio, vamos a hacer formatos muy interesantes aquí en Madrid, una gira por Inglaterra y a grabar el siguiente álbum. Este mundo está lleno de incertidumbre pero una vez que das el paso ya no hay vuelta atrás, por muy mal que lo pases, por muchos quebraderos de cabeza que te de pensar si llegarás a fin de mes. Y eso es algo que sólo entiende quién ha dado el paso. Mi plan de escape fue la música, me salvó.
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