¿Dónde viste la relación entre estas películas y la música? ¿Cómo te diste cuenta de que esos fotogramas podían llegar a convertirse en canciones? ¿En qué momento decides que vas a poner música a estas películas y que, además, este proyecto va a derivar en tu primer disco en solitario?
Fue un encargo de la Filmoteca Española, desde donde me pasaron una serie de películas caseras y cortos, algunos más terminados que otros, y me dijeron que si podía hacer música para ese material. Son imágenes inéditas y muy buenas de Iván Zulueta y, además, son las películas que definen su carrera y su vida, que supongo solo habrían visto amigos y gente cercana. Simplemente me lo mandaron y al principio, cuando empecé a verlas, pensé en hacer algo instrumental o electrónico, porque en realidad el encargo era para hacer un concierto poniendo música a esas imágenes. Pero viendo las imágenes, ellas mismas me sugerían hacer algo así como más orgánico, algo más rock & roll, con muchas influencias de la Velvet (Underground) y de Lou Reed, y de las propias películas de Iván Zulueta. Así que empecé a hacer algunas canciones para esto y una vez hechas, aunque en principio eran solo para el concierto, finalmente decidimos grabarlas con estructuras, digamos, más clásicas de rock y pop. Así que una vez que las tenía y las grabé, ya pensé en editarlas, sobre todo porque así aprovechaba todo el trabajo empleado para hacer esta presentación en directo, que ha sido mucho. Pensé en todo el trabajo que implica haber hecho estas canciones y grabarlas y todo esto… y pensé que podíamos tirar para adelante. En cualquier caso, creo que las canciones tienen suficiente enjundia como para editarlas. No todas las canciones que estamos haciendo en directo (y que van a ir en un DVD) son las que salen en el disco, que tiene una selección de diez de estas canciones; mientras que en el DVD con las imágenes de Iván habrá dieciséis canciones.
“Estos vídeos de Zulueta recuerdan mucho al espíritu indie de los ochenta y noventa”
¿Qué tiene, para ti, tan de especial o incluso de único el cine de Iván Zulueta? ¿Qué parte creativa de la obra de Iván Zulueta era la que más querías reflejar o destacar mediante estas canciones?
Estas grabaciones que me han mandado abarcan toda su vida. Incluso no solo su obra, sino que también hay algunas películas que él conservaba y que son películas familiares, grabadas por su padre antes de que naciera o cuando él era pequeño, en las que salen todos los hermanos: Iván, Borja y Jaime. Básicamente, era muy fan de esas películas de Zulueta que se habían podido ver: algunos cortos y los dos largometrajes, “Un, dos, tres, al escondite inglés” (69) y “Arrebato” (79). En “Un, dos, tres, al escondite inglés”, básicamente lo que hace es rodar a grupos mientras suenan sus canciones. Son básicamente videoclips ¿no? Salen grupos de los sesenta como Los Ángeles y lo que hace es poner imágenes para las canciones que salen en la banda sonora. Yo lo que he hecho es un poco a la inversa: son películas que no tienen banda sonora y he pensado en ponérsela, un poco aprovechando ese videoclip que ya estaba hecho y que funciona para las canciones que hemos hecho.
Puede entenderse, efectivamente, un poco en el orden contrario al habitual en el que se graban los videoclips: esto son vídeos que ya estaba hechos y que directamente funcionan como los clips para las canciones que tú has hecho después.
Sería la banda visual de las canciones que hemos hecho, o algo así, sí (Risas).
Lo cierto es que, viendo el resultado final, da la absoluta sensación de que son videoclips pensados específicamente para poner imágenes a esas canciones, con un aspecto muy retro y de Súper 8.
Sí, esa la sensación que da. En muchos casos son cortos de tres o cuatro minutos, básicamente en el formato de la cinta de Súper 8 en el que suelen estar filmadas y montadas directamente en la película. Aunque otras están editadas fuera del cartucho, pero, en muchas, el montaje consiste en ir cortando y poniendo el gatillo de la cámara de Súper 8. Todo eso me recordaba a videoclips de muchos de mis grupos favoritos de los ochenta y noventa del indie: son cosas caseras, que recuerdan mucho al espíritu indie. Es lo que promueve ¿no? El hazlo tú mismo o hazlo en tu casa con los medios que tienes a tu disposición para contar algo importante. Es lo que transmiten las películas y las imágenes, que son muy sugerentes. En seguida me vinieron a la cabeza muchas ideas de música, muchas referencias a canciones y discos, que venían a la cabeza mientras repasábamos las imágenes. Son cinco horas de imágenes de las que hemos seleccionado setenta minutos y la verdad es que ha sido un placer hacerlo.
¿Tuviste que acceder muchas veces a todo ese material para concretar estas canciones incluidas en “Plena Pausa” o fue algo más instintivo e inmediato?
Las vi muchas veces. Al principio todas las imágenes, luego iba haciendo algún esquema para quedarme con las ideas más interesantes, ver cuáles podían transmitir una idea más prioritaria, y cuáles podían funcionar mejor con las canciones. Sobre eso iba haciendo una selección. Algunas las tenía en la cabeza, y según se me iban ocurriendo ideas, volvía a poner las películas para tocar con la guitarra encima. Así iba haciendo las canciones. Ha sido un trabajo duro, que creo que merece la pena ser editado.
Lo comentabas antes y quería preguntarte si habías tenido algún referente o punto de toque inexcusable para concretar este proyecto, pensando precisamente en Lou Reed.
Sí, Lou Reed es una figura muy presente en todas las películas. De hecho, las películas no tienen banda sonora, pero la única canción que sonaba en una de ellas era “Caroline Says” del disco “Berlin” (RCA, 73) de Lou Reed. Sonaba en una parte de una película y precisamente una parte de la letra la recojo en la canción “Natalia dice”, que por tanto hace referencia a esta canción de Lou Reed. Todo, la estética, las formas, tienen mucha influencia en Zulueta. En su obra se nota la influencia del cine underground de Nueva York en los sesenta. Él estuvo estudiando diseño e ilustración en Nueva York en el año 1964, 1965 o 1966, y se ve muy involucrado en toda esta escena del cine underground neoyorquino: Jonas Mekas, Paul Morrissey, esa gente que hace cine en la Factory de Warhol. Eso es lo que más me ha movido también: ese tipo de mezcla de música popular y música de vanguardia con poesía y underground que tiene Lou Reed. Ha sido una influencia enorme. Y, bueno, también la influencia de Velvet Undeground y Lou Reed ha sido una influencia enorme en muchas de mis bandas favoritas, a las que también hago referencia en esta canción.
¿Qué aspecto buscabas para el disco? ¿Dirías que, de algún modo, “Plena Pausa” es un disco especialmente melódico? De primeras puede sorprender, atendiendo un poco la imagen más áspera que se suele tener genéricamente acerca del cine de Zulueta.
A mí, en general, las imágenes me transmiten una idea de melancolía o nostalgia. Sale gente pasándoselo muy bien, divirtiéndose en general. Gente joven de otra época, en otro momento y en otro sitio. Es la vida de Zulueta que fue derivando hacia la locura, lo que le impidió hacer más cine después de “Arrebato”. Prácticamente no volvió a hacer nada, muy pocas cosas. Ese tono que tenían las películas me ha llevado hacia ese lado y es un poco lo que estaba buscando. Pero creo que todo el proyecto, los conciertos que estamos haciendo y también el disco, también tiene una idea optimista. Al fin y al cabo, este hombre también ha dejado un legado muy muy importante. Y el de su vida en general. Porque, por ejemplo, en “Arrebato” Will More le manda una cinta de Súper 8 a Eusebio Poncela, que está viendo con Cecilia Roth en su casa. Pedro (que así se llama Will More en la película) le manda la cinta a Poncela para intentar convencerle de que el cine auténtico es una expresión individual pura, que no debe estar sesgada o contaminada por ninguna otra cosa. Debe ser un arte muy puro, de total independencia. Y eso es lo que transmite también en su propia obra.
En este proyecto has incluido versiones de Spacemen 3 (“Jaleo en la calle”), Julián Della Paolera (“Era una flecha”) o Albert Hammond (“Échame a mí la culpa”, aunque esta no se incluye en el álbum) ¿Por qué te decidiste a incluir relecturas de temas ajenos en el disco?
Bueno, son canciones que estaban en mi cabeza y que me iban llamando según veía las películas. Se me iban ocurriendo según veía las películas. La canción de Albert Hammond, “Échame a mí la culpa” es, en realidad, una ranchera del año 1960 o así compuesta por José Ángel Espinoza. Aunque la versión más conocida sea la de Hammond, y me vino a la cabeza cuando vi las películas de olas, que hay dos películas de olas muy parecidas entre el material. Luego, por ejemplo, está este corto tan impresionante con los perros, la piscina y la heroína, que en realidad es una escena de “Arrebato”. Pero la cinta que él graba y conserva es acerca de cómo se hizo esa escena de la película; y es él quien está metiéndose un pico de heroína, que es algo bastante potente. Después de eso viene un rodaje frenético a cámara rápida, en el que parece que la cámara se lo está comiendo. Un poco como en “Arrebato”, cuando la cámara absorbe a los protagonistas al final de la película. Ese corto acaba en su casa de San Sebastián, con los perros y su madre en la piscina. ¡Y simplemente la letra de esa canción de Spacemen 3 encajaba mágicamente en ese video, tío, con las tres estrofas! En realidad, esa canción de Spacemen 3, “Ode To Street Hassle”, la llevo tocando toda la vida y la meto siempre que puedo porque es una de mis canciones favoritas. Y encajaba en ese corto de forma mágica. Ha habido muchas cosas que han funcionado de esa manera.
“Estas películas me transmiten una sensación muy cálida, de alguien haciendo lo que le aísla del universo”
Tu forma de cantar (y en realidad de interpretar) siempre ha sido tu especificidad más acusada ¿Cómo crees que ha cambiado tu forma de cantar a lo largo del tiempo y con el paso de los años? En este disco es especialmente cálida, algo que podría sorprender dado el punto de partida de estas canciones.
Bueno, es que como te decía antes. A mí en realidad la sensación que me transmiten estas películas es muy cálida; es la sensación que transmite alguien haciendo algo que realmente le apasiona y que le aísla del resto del universo. Y la textura del Súper 8 también me parece algo muy cálido y pienso que eso había que recogerlo. No veo en la historia de Zulueta algo tan dramático ¿sabes? En realidad, todo lo que cuenta tiene una lógica aplastante ¿no? Simplemente parece decir que si no puede hacer exactamente el arte que él quiere hacer, pues igual entonces no merece la pena involucrarse con el resto del mundo o algo así ¿sabes? En ese sentido, es una lección trágica pero autoconsciente y con mucho sentido. No lo veo algo tan oscuro ni tan dramático... todas esas peripecias con la heroína que cuenta en “Arrebato” y que cuenta a lo largo de su vida. No quiero decir que sea un juego cuando se habla de una droga tan poderosa, pero también y a través de las películas, puede ser una manera de obtener mucha información acerca de esa droga que a lo mejor mucha gente no tiene. O yo no tenía. La voz cambia con el paso del tiempo y tiene mucho que ver con cada etapa de tu vida; la voz es lo que refleja lo que sientes y las emociones de la persona que está interpretando. Supongo que ha evolucionado de forma natural y en general voy cantando lo que me va diciendo la música. Y, en este caso, intento interpretar para darle un sentido a lo que estoy cantando.
Ya hubo una presentación de estas canciones en los cines Doré de Madrid a primeros de año ¿Cómo fueron esos conciertos y cómo van a ser el resto de representaciones para desarrollar este disco en directo?
Fueron dos conciertos en los cines Doré en enero, y allí fue donde surgió el proyecto, porque en realidad me contrataron para hacer esos conciertos. Luego nos cedieron la imagen para poder usarlo en un disco, en otros espacios o en donde sea. Los conciertos los hemos tocando mientras miramos a la pantalla del cine, y además de los de Madrid, los hemos hecho en Barcelona, Oviedo, un par de sitios de Galicia... Básicamente tocamos todos los músicos mirando las imágenes de la pantalla y ni si quiera vamos sincronizados con ellas desde el principio, sino que nos sincronizamos en directo. No hay una guía ni unas claquetas virtuales que nos guíen, sino que nos sincronizamos sobre la marcha y con las imágenes. El último concierto que hicimos fue en el festival gallego Atlantic Fest y ahí lo hicimos con otro público y de otra manera, pero yo creo que como funciona adecuadamente y como se crea el ambiente adecuado es en teatros, que es en donde la gente está más acostumbrada a las experiencias cinematográficas.
¿Tenéis conciertos cerrados para después del verano?
Sí, hay algún concierto cerrado para después del verano y supongo que cerraremos alguno más y haremos la presentación oficial del disco. Estamos abiertos a cualquier espacio, vaya, podemos funcionar en muchos sitios.
¿Crees que las canciones de este disco en solitario hubieran podido encajar en un disco de Los Planetas?
Sí, claro, estás canciones las podría haber hecho también con Los Planetas, y seguro que hubieran aportado también su propio punto de vista y cosas interesantes. Pero este era un proyecto como muy personal y muy íntimo, y habría que haber encontrado un espacio común. Podría haberse hecho y seguro que hubiera sido distinto. Pero sí: creo que estas canciones hubieran podido funcionar perfectamente con Los Planetas. Ya hemos interpretado canciones de este estilo. Al final son canciones populares o destiladas de la música popular de todos los tiempos y eso ya lo hemos hecho otras veces.
¿Por qué era este el momento de debutar en solitario? El caso es que no había pasado antes, a lo largo de treinta años de carrera, y ha tenido que irrumpir la obra de Iván Zulueta para que esto suceda ¿Nunca antes te habías planteado publicar un álbum bajo tu propio nombre?
En general no me lo había planteado. Es decir, sabes que existe la posibilidad de hacerlo, pero no lo había hecho nunca porque, en realidad, tengo un espacio de expresión muy amplio con Los Planetas, en donde mantengo un control sobre lo que se hace y estoy muy satisfecho. Y las cosas que tenemos en común son muy parecidas y nos va muy bien, siempre hemos tenido mucho éxito. Esto era un proyecto más underground, en torno a Zulueta que era una figura muy underground. Date cuenta de que apenas pudo estrenar sus largos y sus cortos tienen mucho alcance. Y también estas películas invitaban a algo más íntimo. Y esto es también lo que me ha llevado a hacerlo así. Si no, seguramente lo hubiera hecho con Los Planetas. Y también si Los Planetas hubieran estado más disponibles, que ahora cada uno de ellos también está haciendo sus cosas. Florent también ha hecho un disco y está con Banin en Los Pilotos; Eric ha sacado un libro y está también con un documental. Estábamos todos un poco más dispersos y de repente apareció esto, así que me pareció que era el momento oportuno de entrar a hacer algo más íntimo.
“La escena indie se ha ido consolidando profesionalmente, pero también ha perdido su esencia”
Efectivamente, tú tienes otros proyectos paralelos a Los Planetas como Grupo de Expertos Soynieve. También Florent y Banin tienen Los Pilotos; Florent acaba de sacar disco en solitario, como decías; Eric está en Lagartija Nick y tiene nuevo documental ¿Son Los Planetas un proyecto tan intenso que tiende a existir en el grupo esa necesidad de oxigenar?
Pues sí, yo también tengo siempre esa sensación de que era mejor darle un poco de aire. Porque Los Planetas es un proyecto muy intenso, que ha tenido mucha repercusión y, a veces, se hace un poco pesado llevar esa carga. Mucha responsabilidad muchas veces, y ciertas exigencias profesionales que son también trabajosas. Yo, por ejemplo, Grupo de expertos siempre lo he usado como válvula de escape. Es un grupo en el que no siento esa responsabilidad: está todo como mucho más compartido, así en general. No me dedicó a hacer tareas de gestión ni nada, porque suele hacerlas Manu Ferrón, que es el que se dedica a hacer las cosas más engorrosas. En Los Planetas sí me toca a mí dirigir un poco todo eso, así siempre me lo he tomado un poco así ¿sabes?
¿Eres consciente, entonces, de que Los Planetas son quizá el grupo más determinante de lo que llamamos la escena indie de nuestro país? Formáis parte de ese embrión con el que empezó toda esa escena indie ¿Qué tal sienta saber que ya sois un grupo de culto y cómo se vive, desde el punto de vista artístico, con ese estatus?
Bueno, sí, yo creo que la carrera de Los Planetas ha sido bastante importante. Posiblemente hemos sido el grupo que más se ha involucrado, de forma profesional y de forma vital, en todo el movimiento indie de los noventa en España, con la explosión de los festivales, los sellos y todo eso. Siempre hemos sido el referente y el grupo que más en serio se lo ha tomado ¿no? O que más posibilidades veía en esa escena o en esa situación. Creo que sí, que en esos términos siempre hemos sido el grupo referente ¿no? Creo que nosotros nos lo hemos tomado más en serio. Dentro de esa escena había un montón de artistas con un talento increíble y buenísimos (y algunos todavía están), pero, en general, yo creo todos ellos veían que la actividad profesional como músicos era algo que no era muy cómodo ni muy fácil, con la situación que había entonces en España, en ese momento histórico. Y creo que ellos prefirieron seguir con sus trabajos en lugar de dedicarse profesionalmente a la música. Nosotros tuvimos la posibilidad de hacerlo y eso marcó un poco el precio. Pero había artistas que hacían cosas muy interesantes y siguen haciendo cosas muy interesantes hoy en día, y quizá ese camino también era muy interesante. Toda esa escena se ha ido consolidando profesionalmente, pero también ha perdido su esencia ¿no? Y muchos de esos artistas no encajan en ese nuevo modelo. Con Los Planetas puede que nos pase algo parecido.
Entrevisté hace poco, para este mismo medio, a Fernando Alfaro, con motivo de la salida de “Más Allá” (Sonido Muchacho, 23), el nuevo álbum de Surfin’ Bichos. Él me decía que cuando aparecieron en la escena (a finales de los ochenta) eran una anomalía total en medio de ninguna parte. Luego ya aparecieron los grupos de vuestra generación y empezó todo a desarrollarse de una manera más firme, cuando la escena ya estaba algo más preparada para asumir aquello.
Exactamente, es lo que tú dices. Ellos salieron en un momento muy embrionario, en donde aún no había un circuito establecido en el que se pudiera desarrollar esa propuesta. Y, justo cuando empezó a hacerse ese circuito, se separaron, en torno a 1994 o así. Y luego ya entraron en ese circuito con otros proyectos muy interesantes: Alfaro con Chucho y el resto con Mercromina. De hecho, nosotros la primera vez que salimos de gira, fue prácticamente de teloneros de Surfin’ Bichos, en esta gira que se llamó ‘Alternative Tour’ o algo así, que fue una gira que hicieron Surfin’ Bichos y estamos súper agradecidos por aquello. Y, efectivamente, en aquel momento ese circuito todavía no estaba muy bien organizado. Pero en un par de años empezó a verse cierta progresión y se intuía que aquello podía llegar a algo más y que, por lo menos, se podía hacer ruido y jaleo. La gente tenía mucha intención de crear un circuito alternativo, en donde se pudiera escucha música diferente a la puramente comercial que difundían los medios masivos. Igual que ahora, en realidad, eso nunca ha cambiado. Lo que ha cambiado es que ese circuito alternativo ahora está ocupado por la música comercial predominante (Risas). De hecho, el circuito alternativo ha absorbido al circuito dominante, y prácticamente todos los festivales y la forma de distribución de la música vienen ahora de este circuito alternativo, pero los contenidos son puro pensamiento mainstream.
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