En tu nuevo largo, ‘Hollowed’ (Planet Mu, 2016) apuntas directamente a las emociones y te alejas como nunca antes de la música de baile. Lo calificaría como un disco nostálgico. ¿Es deliberado?
Sí. Fue una decisión que tenía en la cabeza y que estuvo presente durante todo el proceso de creación del álbum. Es nostálgico por el hecho de que significa una vuelta a la métodos y procesos que llevaba a cabo cuando empecé a hacer música, pero en términos de sonido, procuro mirar siempre hacia delante.
¿En qué genero lo encajarías?
Cuando empecé a experimentar con las ideas que tenía para este disco lo primero que quise fue alejarme de cualquier género o estilo. Hay algunos guiños a mis primeros trabajos, pero este es un álbum que he construido desde el plano emocional y no tanto desde la técnica.
Digamos que el concepto aquí prima sobre la forma.
Algo para mí muy importante mientras creaba este álbum fue volver a la experimentación y a una manera de trabajar más naíf. Lo lógico es que tu carrera avance y vayas progresando en cuanto a técnica, pero también eso puede hacer que pierdas la ilusión y el sentido que tiene la verdadera inspiración, que a menudo es la que te lleva a los mejores resultados. Este álbum trata sobre volver a comprometerse con ese modo de trabajar y llevar esta idea lo más lejos posible.
"Para mí es increíblemente inspirador llegar de casualidad a un sonido y ver cómo va cogiendo forma a medida que el track avanza".
Si repasamos tu discografía, canta a leguas que en estos cortes has decidido huir del hype y apostar por la introspección.
Podrías definirlo así. Simplemente me centré en hacer algo personal. Todo empezó con un montón de material y experimentos que tenía guardados pero que no tenía la intención de publicar o de enviar a ningún sello. Me he limitado a disfrutar componiendo y a crear texturas y sonidos que me inspiraban sin tener en cuenta cómo sonarían en el contexto de una dj session o cuál sería la reacción de la gente al oírlo. Me pasaba 10 horas al día solo en el estudio grabando secuecias ambient, paisajes sonoros, drone de guitarras… Ha sido una experiencia muy intensa pero altamente gratificante, ya que de ahí salió muchísimo material para el disco.
Es muy importante dejar que la creación fluya y dar espacio al azar. Para mí es increíblemente inspirador llegar de casualidad a un sonido y ver cómo va cogiendo forma a medida que el track avanza. Creo que mis mejores trabajos son aquellos en cuya creación he dejado que las ideas fluyan por sí solas.
¿Cuánto has tardado en componerlo?
Es el disco para el que más tiempo he echado. Desde que empecé hasta que lo terminé, unos 18 meses en total. Antes, solía publicar dos referencias al año, pero esta vez, quería dedicarle el tiempo que fuese necesario. Me siento en un punto de mi carrera en el que necesito tomarme mi espacio para reconectar con la música y la composición e intentar no preocuparme por nada más.
¿Cuáles son tus pilares de inspiración?
La clave para inspirarse es forzarse a trabajar fuera de tu zona de confort. El momento en el que empiezas a repetirte demasiado te acaba aburriendo. En mi caso, me inspiro mucho del cine y las banda sonoras. También me encanta los jvideouegos, pero últimamente no tengo tiempo para jugar todo lo que me gustaría. Desde pequeño he estado muy metido en mis videojuegos y estoy seguro de que de algún modo ha influenciado mi forma entender la música.
¿De qué hardwares o instrumentos te has servido para la grabación de estos cortes?
Hay muchas guitarras en esta grabación, aunque la mayor parte del tiempo no sean identificables. De pequeño tocaba un montón de instrumentos, pero la guitarra eléctrica fue mi primera pasión real en la música, y quería volver a experimentar ese mismo placer en esta grabación. Mis métodos han cambiado mucho a lo largo de los años, pero ha sido muy excitante volver a sentir la ilusión de cuando empecé en esto. Para ‘Hollowed’, me pasé horas creando texturas usando la guitarra con sintes y pedales. Hay muchos más sonidos reales en este disco que en mis anteriores. He grabado percusiones, experimentos vocales y grabaciones de mis viajes. Hay, por ejemplo, muchos sonidos atmosféricos que registré en mi último viaje a Japón.
Esta es posiblemente tu grabación más oscura hasta la fecha. ¿Qué has estado oyendo últimamente o cuáles fueron tus principales referencias en los días previos al estudio?
Siempre me he sentido atraído por la música melancólica y oscura. He estado oyendo mucha música clásica y moderna en los últimos años. Cuando estoy grabando intento no prestar atención a lo que está ocurriendo en la música electrónica. Últimamente, he escuchado mucho a Henryk Górecki y a Arvo Pärt; y más recientemente, he de decir que me ha encantado la banda sonora de ‘The Revenant’.
En plena era de la música digital en la que los productores de música electrónica crecen como setas contar con una identidad propia se antoja crucial para que tu trabajo destaque del resto. ¿Qué es lo más complicado a la hora de encontrar un sonido propio?
Para serte honesto, es muy fácil intentar emular el trabajo de otro, y todo el mundo lo hace. A veces, es solo algo que llega de forma natural. Pero cuando estás siendo sincero contigo mismo, los resultados son siempre mucho mejores. Puedes identificar inmediatamente si alguien ha compuesto algo desde la convicción o no.
¿Dónde te sientes más cómodo, sobre el escenario o en la soledad del estudio?
Sin duda, prefiero los ratos en el estudio. He vivido experiencias brutales viajando y tocando por el mundo, pero mi motivación principal es crear música. Me hace gracia que menciones “la soledad del estudio”, nunca lo había visto así… Pero sí, ¡es probablemente ahí donde más feliz me siento!
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