Hemos citado a At The Drive-In porque a esa formación pertenecían Cedric Bixler (vocalista) y Omar Rodriguez (guitarrista y quien contesta a nuestras preguntas). Ambos representaban la parte más imaginativa del grupo, como bien evidencia el trabajo que sus tres ex compañeros presentaron el pasado año bajo el nombre de Sparta. Y no sólo eso, sino que, tras revolucionar el sonido del hardcore de esta nueva década, también sudan la camiseta al frente de DeFacto (combo dub-rock más bien aburrido que nos ha brindado un par de discos de minutaje excesivo y apto sólo para fans del género y fumetas irredentos) y se arrancan la piel a tiras cada noche al frente de The Mars Volta, su actual prioridad. Porque no sé si les ha quedado ya claro a estas alturas, pero nuestros protagonistas de este mes son ellos, Bixler y Rodriguez, dos tipos más bien particulares al frente de una banda igualmente singular.
"Flea era amigo nuestro y fan del grupo, conocía nuestras canciones y el estilo exacto que estábamos intentando conseguir"
En el mundo de The Mars volta cabe casi de todo. En su paleta de colores ustedes encontrarán pigmentos procedentes del legado de Led Zeppelin (quienes les vieran en directo en su reciente gira por nuestro país entenderán hasta qué punto resulta evidente esa influencia), de Captain Beefheart (la guitarra de Rodriguez navega como puede entre sus guitarras y las de los Mothers Of Invention), de Pink Floyd e incluso del progresivo de los setenta, sin olvidarse nunca de la parte más arisca de At The Drive-In. De tal amalgama de sonidos surge algo con personalidad propia y, aunque pueda parecer lo contrario a causa de los nombres barajados hasta aquí, muy actual. Aunque no vayan a pensar que Bixler y Rodríguez, auténticos responsables del proyecto, no están solos en esta aventura. "Hay seis personas en el grupo, pero existe una fuerza creativa detrás que dirigimos nosotros dos, lo cual no significa para nada que no tomemos en consideración las ideas de cualquiera. Nuestro batería, por ejemplo, es muy importante para nosotros, así que te aseguro que no trabajamos como una dictadura total. Ahora es más fácil llegar a algo que con nuestro grupo anterior, trasladar nuestras ideas, porque es más sencillo cuando hay dos personas hablando por la banda que cuando hay montones de opiniones entrando y saliendo". Pues eso, The Mars Volta son un sexteto, aunque en directo Jeremy Ward (efectos y sampleados) no suela acompañarles. Los restantes componentes son Ikey Owens (teclista de color, también en DeFacto y ex miembro de Long Beach Dub Allstars, además de productor ocasional), el incendiario batería Jon Philip Theodore (del grupo Golden y colaborador de Him y Royal Trux; una auténtica máquina) y un bajista que cambia constantemente (en su primera visita a nuestro país, hace unos meses, el puesto lo cubría una chica, Eva Gardner; en la segunda un barbudo de lo más efectivo cuyo nombre desconozco en el momento de completar este texto). Y hablando de bajistas, debemos subrayar que el puesto para la grabación del disco cayó en manos de Flea de Red Hot Chili Peppers, uno de los mayores fans del grupo de El Paso, Texas. "Todo fue realmente simple. Era amigo nuestro y fan del grupo, conocía nuestras canciones y el estilo exacto que estábamos intentando conseguir, así que cuando vino al estudio fue algo así como yo intentando enseñarle las líneas de bajo, el tono y el sonido que buscábamos. Después no tuvimos más que dejarle añadir su propia personalidad en el contexto de nuestro grupo. Y te aseguro que se esforzó mucho para que no diese la impresión de que estaba metido en un disco de los Chili Peppers o en un disco de funk, sino en uno de The Mars Volta. De todas maneras, siempre tuvimos claro que con él todo iba a funcionar".
Tras mi avalancha de datos habitual, centrémonos en lo que van ustedes a escuchar en "De Lousing The Comatorium", primer larga duración de The Mars Volta a editar la primera semana de junio en Motown (sí, han leído bien), subsello de la multinacional Universal. En él encontrarán la traslación al estudio de lo que fueron sus arrolladores directos en nuestro país hace unas semanas. Rock adrenalínico con un pie en el pasado y otro en el futuro, con las ideas fluyendo sin control y con una energía que, por suerte para todos, en sus grabaciones resulta más controlada. Quienes ya escucharon hará más de un año su "Tremulant Ep" sabrán de qué estamos hablando.
"Si Mars Volta nos convirtiésemos en una banda popular creo que sería una obligación para nosotros ayudar a los que vienen detrás"
Allí estaban "Cut That City", la abrasiva "Concertina" y "Eunuch Provocateur", apenas un cuarto de hora de música publicada por Gold Standard Laboratories, sello del que Omar es co-propietario y en el que han grabado bandas alternativas tan necesarias como The Locust, The Rapture, I Am Spoonbender (banda a lo Gary Numan de un ex Pansy Division), Pleasure Forever, The Faint, Gogogo Airheart y que, en breve, lanzará el primer trabajo del recomendable grupo catalán Omega 5. "Es posible que esos grupos puedan tener mayor exposición en los medios gracias a que estemos en una multinacional. Porque no importa realmente el sello en el que los grupos estén. Nosotros trabajaremos con Universal, pero nuestros corazones están más cerca de GSL. Epitaph no está en la onda de The Locust, pero puede ser una plataforma perfecta para expandir su música con mayor facilidad y eso puede representar que la gente descubra también sus raíces y sus raíces están en GSL. Las de Mars Volta también están en GSL y en las entrevistas aparece el nombre del sello y de los grupos que están con nosotros, así que igual pueden conseguir cierta repercusión con eso. Somos como una familia o una comunidad. Si Mars Volta nos convirtiésemos en una banda popular creo que sería una obligación para nosotros ayudar a los que vienen detrás si es a eso a lo que te refieres, darles una oportunidad".
Ahora y de la mano del productor Rick Rubin (Run DMC, Slayer, Danzig, Johnny Cash, Beastie Boys…), nos llegarán piezas nuevas y más lisérgicas aún que las de su disco en GSL. Apunten nombres como "Inertatic",
"Drunkship Of Lanters" y "This Apparatus Must Be Unearthed" -las únicas tres piezas que se nos han facilitado vía discográfica- o también "A Plague Upon Your Hissing Children", "Roulette Dares" o "Cicatrix".
Aunque antes hablemos de Rubin, un productor estrella, muchísimo más que Ross Robinson en tiempos de "Relationship Of Command". "No lo entendemos en términos de trabajar con productores estrella, sino que queremos trabajar con gente con experiencia que tenga unas referencias que sean interesantes para nosotros… Trabajar con Ross Robinson fue un paso adelante para el grupo, pero en esta ocasión queríamos a alguien cuyos trabajos anteriores nos gustasen realmente, como Brian Eno o Rick Rubin. Siempre habíamos querido trabajar con alguien así, con alguien que hubiese trabajado con artistas muy diversos… como Slayer. Ha hecho montones de discos excelentes, un montón de joyas del hip hop, pero también una larga lista de grandes discos oscuros. Pero no podrás encontrar su influencia en el sonido de Mars Volta porque sólo nos pertenece a nosotros, es algo propio. La razón por la que trabajamos con productores es para tener una opinión exterior en la que confiemos, alguien que no esté ligado a las canciones emocionalmente, alguien que sea capaz de decirnos ´esta canción debe ser más larga, necesitáis otra parte distinta aquí para que esa otra destaque´. Eso es lo fundamental, no necesitamos a nadie para trabajar como productor porque sabemos cómo grabar y tenemos un sonido que conocemos perfectamente. Queremos hacer la música que nos apasiona y por eso no podemos trabajar con nadie que pretenda cambiarnos o ejercer una gran influencia, sino alguien que sea capaz de darnos su opinión abiertamente y que pueda ayudar a conseguir los mejores arreglos instrumentales o vocales".
Volviendo a las canciones, todas ellas conforman un disco alejado del mundo real y que, aunque supone una bocanada de aire fresco para la escena actual, bien podría suponer un suicidio comercial para sus creadores. Me explico. No esperen disfrutar de todas ellas con la directa hasta el fondo, más que nada porque The Mars Volta son un grupo complejo en su fondo y en sus formas. Nada de nuevo rock. A todo eso, encima, súmenle el que sus directos se hayan convertido en una suerte de aventuras sin una línea definida en la que cabe desde un solo de batería de cinco minutos a varias improvisaciones desbocadas, con Bixler emulando a Robert Plant en pleno viaje de ácido y Rodriguez haciendo chirriar su guitarra con más imaginación que técnica. Ah, y no se preocupen por llamarles progresivos, a Omar le trae sin cuidado. "Estoy muy excitado con las nuevas canciones y con el nuevo grupo. Por eso rompimos la banda anterior, para poder cumplir nuestros sueños y dejarnos guiar por lo que nos dictaban nuestras almas sin importarnos nada más. Nos ha llevado mucho tiempo estar realmente seguros de que todo esto tenía sentido y de que podíamos seguir desarrollando nuestra personalidad y creatividad de cara al futuro. Nuestras canciones han nacido tomando caminos y direcciones distintas, pero sigue habiendo un hilo que las une todas porque nacieron en las mismas cabezas. Además, existe un nexo de unión entre todas ellas que conforma una larga historia que se reflejará en el disco cuando lo escuches al completo". Lo que si está claro es que sus ambientes y sus desvaríos sí hacen pensar en que The Mars Volta se preocupan más por el conjunto y por el sonido del grupo que por las canciones, al contrario de lo que ocurría en At The Drive-In. "No lo sé con seguridad. Quizás tiene que ver con que ahora no nos comprometemos con nada, con ningún sonido concreto,
así que componemos lo que nos apetece y lo que surge de nuestro interior. Es distinto cuando trabajas con otras tres personas que pueden tener otros intereses. At The Drive-In estábamos encorsetados por la idea de las canciones, por mantener una estructura pop, mientras que
ahora buscamos cuál es la mejor manera para contar una historia. Y lo curioso es que a veces te sorprende descubrir que la canción no acaba siendo cómo esperabas, puede incluso que ni siquiera tenga un final claro, una estructura real, sino que sea algo más indeterminado que deje volar la imaginación del oyente. Hacemos música en términos parecidos a los de escribir una historia o hacer una película". Una película ida de la pelota, sin duda, quién sabe si con guión de Hunter S. Thompson o si dirigida por Terry Gilliam. Para acabar, nada mejor que pinchar a nuestro interlocutor y soltar un par de preguntas más descaradas, de esas en las que todo el mundo piensa, pero que se acaban quedando en el tintero. Vayamos con la primera. ¿No crees que en Universal quizás no estaban interesados en algo como The Mars Volta y que lo único que querían era quedarse con todas las cenizas de At The Drive-In, sobre todo tras fichar a Sparta? "No sé qué pensar respecto a eso. No lo tengo claro, aunque la verdad es que no me preocupa demasiado porque ellos sólo están aquí para ayudarnos a conseguir lo que necesitamos como grupo. Quiero decir que sé que estaban interesados en nosotros desde que disolvimos At The Drive-In, querían a nuestro nuevo grupo, pero dejamos a todo el mundo esperando porque nos pasamos dos años de gira, publicamos el Ep en mi sello e intentamos hacer todo por nosotros mismos. Queremos controlar el desarrollo de nuestra personalidad, pero también queremos llegar a más audiencia y tener una distribución internacional". Y lo dejamos con la segunda, por lo menos hasta que "De Lousing The Comatorium" vea la luz. Suponiendo que The Mars Volta consigan tener éxito a nivel internacional, ¿no volveréis a tener problemas con la popularidad? Lo digo porque eso es algo que a Omar y Cedric ya les ocurrió durante los últimos meses de vida de At The Drive-In. "Tampoco pensamos en eso. Estamos dando un paso adelante y haciendo lo que nos apetece. Ninguno de nosotros espera tener un éxito descomunal en todo el mundo, sino que nos preocupa más poder continuar haciendo discos durante mucho tiempo. ¿Qué ocurrirá? No lo sé, pero tenemos nuestra experiencia anterior con At The Drive-In. Ahora somos un poco mayores, hemos aprendido la lección y, aunque sabemos que aún cometeremos errores, sé que serán errores
distintos".
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