INTROSPECCIÓN Y DECADENCIA
EntrevistasSodastream

INTROSPECCIÓN Y DECADENCIA

Redacción — 14-01-2002
Fotografía — Archivo

Veamos... Le supongo atormentado y melancólico porque los climas de “The Hill For Company” (Tugboat/Everlasting, 01), el segundo disco del dúo australiano (completado con Pete Cohen) tras el debut “Looks Like A Russian” (Tugboat, 00), se agarra al otoño, a las heladas y al alma con una fuerza y delicadeza que agradecer por su temperatura. “No somos muy conscientes de todo eso, simplemente no nos salen canciones pop fáciles y alegres, no es melancolía o tristeza, es más introspección”. Bueno insisto... Tal vez debiera decir que la cadencia y el ritmo angustiado del disco, dotan de una homogeneidad (una canción constante a ritmo de contrabajo), que me sorprende con una sensación de intranquilidad. “No me gusta escribir sobre tópicos de amor, temas que no son cómodos ni estereotipos. Me gusta estar en medio sin hacer aseveraciones y jugar con la ambigüedad, tal vez sea eso lo que te produce ese sentimiento a parte de algo en la música”.

“Es difícil definir la belleza sin utilizar algún tópico, para mí es algo efímero, eso es lo que le da la cualidad de belleza, el hecho de que no sea eterno”

Resuelta mi duda sobre el posible dolor, resentimiento y demás aspectos removidos tras las escuchas del disco voy a por la que me ha logrado conquistar. Es el manejo de una belleza entrevelada, que se transpira de composiciones como “Welcome Throw” o “Fresh One”, lo que sobrepasa. “Es difícil definir la belleza sin utilizar algún tópico, para mí la belleza es algo efímero, que no dura, eso es lo que le da la cualidad de belleza, el hecho de que no sea eterno. También creo que la decadencia es una forma de belleza, cualquier edificio antiguo o quemado, donde se puede ver un poco todo lo que ha sido de él y lo que queda”. La decadencia como belleza junto a las imágenes en blanco y negro del interior de la carpeta y una mayor cercanía declarada con la intensidad de Will Oldham y Red House Painters -más que con la inmediatez que algunos, desacertadamente, le suponían deudora de Belle And Sebastian- son claves fiables para entregarse a “The Hill For Company” con todo el interés que requiere su escucha, apreciando una exquisita instrumentación que se mueve por terrenos del pop, del folk y del country. “No considero que el folk sea muy importante para nosotros, no considero que Nick Drake sea folk, sino que es más bien country. Yo asocio el folk más con cantautores, inspirado más en las letras y en historias que contar. A mí me gusta más el otro lado, contar vidas ordinarias, comunes y no darle un sentido cerrado a las letras, sino dejar a la audiencia una parte del proceso”. Por eso insinúan con una especie de subtítulo (“Music By Sodastream”) la esencia de una música compuesta para provocar imágenes particulares e individuales entre sus oyentes, una inquietante forma de invitación a dejarse enredar.

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