Recapitulando buena parte de los instintos -de aquellos más envolventes a los más primitivos- que han acaparado en su carrera, los vallisoletanos Arizona Baby continúan moldeando una identificable voz surtida de clasicismo pero también de toda una ristra de diversos referentes. Javier Vielba, el hombre de los mil proyectos, nos desvela el truco de unas canciones que transitan por diversos niveles en su forma y fondo...
Han pasado cuatro años desde vuestro anterior trabajo. Arizona Baby es una banda que no tiene prisa a la hora de publicar, ¿es una cuestión de imposibilidad por cuestiones de agenda o una manera de trabajar que habéis adoptado ?
Al final es un poco todo, es cierto que entre disco y disco han pasado cuatro años, pero entre medias hemos estado liados con los “Nueva dimensión vital” y “Más allá” de Corizonas, y sus respectivas giras, yo con “Fantasmagoría” de El Meister, produciendo “Antigua y barbuda” de Ángel Stanich... Por una parte hay varios proyectos en marcha y eso ocupa tu tiempo, pero por otro es algo a lo que estamos acostumbrados. Siempre hemos tenido varios frentes abiertos y terminas acomodando tu forma de trabajar a ese cauce del río, a acoplar los planes para que cuadren. Vas organizándote por ciclos y cuando ves que hay canciones empiezas a preparar todo...
“Este disco nos transmite una sensación de plenitud, de haber conseguido algo como banda, que nos hace sentir muy felices”
Y el hecho de estar inmersos en diferentes proyectos, ¿acaban retroalimentándose, aprendiendo unos de otros, o cada uno tiene su espacio bien delimitado?
Pues ambas cosas. Por un lado sí, se retroalimentan sobre todo a nivel de energía. Cuando llevas mucho tiempo trabajando un disco, desarrollándolo a lo largo de un gira, llega un punto que puede suponer la extenuación y el cuerpo te pide parar, retomar fuerzas y regresar luego más adelante. En ese período es cuando nos vamos a otro proyecto, y eso lejos de cansarte más te recarga las pilas. Sí es verdad que tienen identidades muy definidas y nos gusta delimitarlas. Si ves o escuchas un concierto o disco de El Meister no tiene mucho que ver con Arizona Baby, del mismo modo que tampoco lo tiene con Corizonas, ya sea por cancionero, puesta en escena, tipo de sonido, objetivos, personalidades.. Es muy interesante que se delimite, aunque haya unas mismas personas, son entidades diferenciadas.
A la hora de pensar en canciones o ideas, ¿eres consciente desde el primer momento para qué proyecto están encaminadas o lo decides según se van desarrollando?
Al principio me hacia más lío y me costaba decidir, estaba más diluido, pero al final el hábito, no tanto de ropa como de rutina, hace al monje. A base de oficio y de tocar vas desarrollando ese sexto sentido que te hace saber según vas viendo las canciones cuál podría ser para un proyecto u otro. Es verdad que me he puesto unos, llamémosles, puentes que me encaminan hacia una cierta dirección: cantar en castellano, por ejemplo para El Meister o con el último de Corizonas, utilizar unos instrumentos u otros… Al final sí existen unos conceptos, unas temáticas y unas líneas, no tan argumentales como estéticas, que delimitan.
Creo que “Secret Fires” supuso vuestro disco de consolidación en cuanto a establecer una propuesta totalmente identificable y abierta a muchos matices musicales. ¿Ves a “Sonora” como la profundización o la continuación de ese camino marcado?
De alguna manera sí, pero rescatando también toda la energía, inmediatez, crudeza y espontaneidad de los discos anteriores, en concreto de “Second To None”, que era más carnal mientras que “Secret Fires” iba más a las entrañas, en un plano si quieres casi hasta espiritual. “Sonora” es una mezcla de ambas sensaciones, donde cunde todo lo vivido y experimentado para crear una obra. Y es algo que hemos hablado entre todos, nos transmite una sensación de plenitud, de haber conseguido algo como banda, que nos hace sentir muy felices.
Habéis grabado en tres estudios diferentes y con personal diferente, ¿por qué esa decisión?
Queríamos hacer el disco con calma; estábamos girando con Corizonas y yo produciendo y necesitábamos ir ya con Arizona Baby, sin prisa pero sin pausa. Nada más terminar la gira ya estábamos trabajando en el nuevo disco. Hemos ido a tramos, primero unos meses en Valladolid grabando seis canciones y trabajando de una determinada manera; mientras, seguíamos con la actividad de otros proyectos a la vez que pergeñábamos nuevos temas que al cabo del tiempo llevamos a Madrid, y lo mismo más adelante para dirigirnos a La Mina. Al final lo hicimos en distintos momentos, no todo de golpe, dividido en tandas a lo largo de un año y medio o casi dos. Así te da tiempo a madurar las ideas, teniendo claro que vas a dejar hueco a la espontaneidad, propiciando que ocurra la magia, el encuentro feliz no planeado pero anhelado. Trabajando juntos a la vez, de forma muy coral, a todos los niveles, desde la base hasta la punta de la pirámide, hemos conseguido algo muy bien engarzado y de lo que estamos muy orgullosos. Ha salido todo como queríamos, mejor de lo que esperábamos, de hecho.
¿Ese proceso de grabación y composición tan espaciado no os creó por momentos dudas respecto a lograr un resultado compacto y uniforme?
A lo largo de un proceso así, dilatado en el tiempo y con tiempo para reflexionar, claro que le das muchas vueltas. Por eso nos hace tanta ilusión el resultado, porque ha habido muchos dilemas, dudas, conversaciones, pero siempre en un plano artístico, que es lo que nos gusta, esa mesa de debate en la que poder esta horas hablando sobre si un arreglo consigue el efecto que deseábamos o no... Ha habido muchas idas y venidas pero siempre resultando enriquecedoras. Ha sido algo farragoso e intenso, pero bendito sea, ya estamos con ganas de hacer otro disco pronto.
A lo largo del álbum se percibe una mayor presencia de sonidos negros, ya sea con influencia del blues, como “End Of The World” o “FTW”, o por medio de fuertes bases rítmicas casi funk, como “Devilish Minds” o “Make Believe”. ¿Ha existido esa intención de darles más presencia a ese tipo de ritmos?
No ha sido algo premeditado pero tienes razón. Desde el principio el blues ha estado ahí, pero siempre ha tenido ese filtro blanco, ese que viene de Canned Heat o de ingleses como un John Mayall, Peter Green, Eric Clapton o los Stones de los primeros tiempos. En este caso se nota más negroide, ha aflorado algo que siempre ha existido, casi de manera inconsciente. Ese poso que tiene el soul, el rhythm and blues, el eterno blanco y negro del rock and roll. Nos encantan artistas también del country-soul, Tony Joe White, o Jimmy Reed que a veces tiene ese puntito funk... Es algo que nos ha fascinado siempre, al igual que nos inspiran mucho esos power trios de rock, la Hendrix Experience, Grand Funk Railroad, que también bebían mucho de esas raíces. Pero además crecimos en los noventa, con la explosión del grunge, algo de lo que hay mucho en este disco y que me gustaría resaltarlo, de cuando gozábamos delante de la pantalla viendo videoclips, quedando con amigos para comer pizza, fumar los primeros canutos...
“El folio en blanco no miente, y lo que no eres capaz de contar quizás a un amigo sale luego a través de una canción”
¿Esa admiración por el formato trío quiere decir que nunca habéis barajado ampliar la formación en consonancia con esa mayor apertura en vuestro sonido?
Ha habido alguna época en la que tuvimos un bajista, Álex Izquierdo, de la Ángel Stanich Band, fue para nuestro EP “It Is Called Work” y su gira. Para ese repertorio estaba guay, pero para todo lo demás que suele hacer Arizona Baby, no. Como mucho te lo puede pedir alguna canción, pero para eso invitas a algún amigo con talento y ya está, y en directo lo puedes adaptar perfectamente. En este disco hay bajo en dos canciones, que lo mete Javi Vacas, porque se podían beneficiar de ello, pero funcionarían igual sin él. Realmente es más para servir a la grabación, en vivo lo puedes tocar en trío y no hay problema, no se echa en falta ese pequeño recurso.
Os suele gustar meter alguna pieza con un desarrolla instrumental largo, atmosférico y con clara influencia psicodélica, que en este caso en “Just Say It’s So”. ¿Es parte también de las señas de identidad de Arizona Baby?
Enriquece lo que hacemos, al igual que hablábamos antes de ese ramalazo negro, sucede igual con la psicodelia, los desarrollos y la tendencia a la progresión. Es cierto que hasta ahora era inédito una canción de catorce minutos en un disco nuestro, aunque en directo es verdad que siempre lo tenemos, somos muy de Grateful Dead y ese rollo; te pones a machacar un ritmo, a hacer bucle, los compañeros hacen dinámicas, te siguen, tú les sigues.. A nosotros nos encanta el desarrollo instrumental, y venimos del grunge, del stoner, donde también se usaba mucho en las canciones. Antes de Arizona Baby tocábamos en bandas eléctricas en las que manejábamos ese lenguaje, por lo tanto si traes influencias de Pink Floyd y Black Sabbath va a haber contundencia, blues, pero también psicodelia, y eso lo intentamos trasladar al formato actual.
Una novedad en este trabajo es la presencia de Guille Aragón cantando -y componiendo- en “What You Are”, ¿cómo surge esa idea?
Guille es un gran compositor, guitarrista y cantante, lo que pasa que su música va por otros derroteros, aunque a veces puede confluir con los nuestros. Él compone mucho material, saca discos con su proyecto Tuxedo, es muy creativo. Un día nos enseñó algo que creía le pegaba más a Arizona Baby que a lo que hacía él; lo escuchamos a través de una demo de su estudio casero y nos gustó. Tenía la idea de que yo la cantara, pero personalmente me veía más guitarreando y a los coros, así que le propuse hacerlo de esa manera, se atrevió y salió de forma muy natural. Es una canción muy dinámica, muy potente, es verdad que como él decía tiene algo de power pop, pero también me recuerda a Shocking Blue, a “Venus”, me parece muy desmelenada, de menear cadera, tiene esa energía, esa espontaneidad…
En el disco parece respirarse una sensación global en sus textos de un desapego a la realidad, a las normas establecidas, a renunciar e incluso a enfrentarse a ellas, ¿están dirigidos en esa dirección?
La verdad es que sí, no es un disco conceptual ni se ha establecido un argumento, pero es cierto que en todas se filtra algo de eso, ese desapego a la convención, de escepticismo ante la realidad, al entorno. Un sentimiento de alienación pero positivo y constructivo, no significa que esté en medio de una realidad absurda, ni metido en casi ni recluido en plan “otaku” con el videojuego, lo veo más como una manera de desconectar de esta realidad virtual que es cada vez más real, la está remplazando. Se trata de una sensación de desarraigo -que en verdad no es tal porque buscas raíces en otros lugares- que en mi caso no sé si es cosa de los tiempos que corren o que voy teniendo una edad y mis prioridades son otras y mi forma de ver el mundo cambia. Tienes menos ganas de llevar la máscara, no te importa decir lo que piensas, y en ese sentido el folio en blanco no miente, y lo que no eres capaz de contar quizás a un amigo sale luego a través de una canción.
Una canción como “Keep Yourself To Yourself” no sé si va dirigida contra la pretenciosidad en el arte, se trata de una parodia sobre la importancia que se dan algunos artistas...
Me gusta que cada una la interprete como quiera, pero en este caso creo que es bastante directa… Cada estrofa habla de un arte: música, cine, literatura, artes plásticas, y hace referencia a que hay mucho “hamparte”, un término de Antonio García Villarán, artista actual de Sevilla que además tiene un canal de youtube, y habla de esa palabra, mezcla de “hampa” y “arte”. Hace referencia a los típicos timos, a los “vende humos”, que te exponen un vaso de agua medio lleno y es una obra. Son cosas que pueden tener su discurso, pero una vez que se ha hecho el original salen un montón de advenedizos que intentan venderte la moto, y eso pasa en todos los artes. Es la vieja historia del traje del emperador.
Toda la presentación del disco parece jugar con la idea de ofertar un plato americano, desde su titulo, la portada, las referencias a la pizza... Un recurso para ofrecer un formato original pero en el que también parece esconderse la intención de hacer referencia al contenido que hay dentro...
Estéticamente es muy potente, y eso era importante para nosotros, que nos representara y que nos gustase. Toda esa cultura popular en apariencia norteamericana no deja de ser la nuestra también, todos hemos flipado en los ochenta con “Los cazafantasmas” o “Regreso al futuro”, un montón de películas, discos, series e incluso programas de la televisión venían de allí y nos influían, incluso más que lo inglés en muchos aspectos. Todo eso es un acerbo cultural frente al que no podemos ser huraños, es tan nuestro como la jota o el romance castellano, o incluso más porque lo hemos vivido desde chavales. Al final junto a “El super disco chino” de Enrique y Ana está Axel Foley de “Superdetective en Hollywood”. En “Sonora” está esa cultura trash, porque los noventa fueron años de fanzines, cómics, cintas de vídeo… La canción “Videotapes” habla de eso, pero todo el disco está imbuido por ese “teen spirit” que cantaba Nirvana. Eso evidentemente va de la mano de todo el rock setentero, las raíces del rock and roll, etc..
A lo largo de la entrevista han quedado citadas algunas de las muchas influencias que dibujan el sonido de Arizona Baby, pero sin embargo da la sensación de que os cuidáis especialmente de no caer en representaciones de género, en mantener una personalidad propia...
Desde que empezamos, si bien por un lado podemos lucir la chapa o el parche de los grupos que nos gusta de forma muy orgullosa o hacer versiones suyas de vez en cuando, en definitiva cederles la palabra de alguna manera a ellos, intentamos ser personales, hacerlo todo a nuestra manera, intentar no caer en lo obvio, dar siempre una vuelta de tuerca más. Somos muy empíricos, de ensayo y error, probamos de todas las maneras posibles hasta dar con la que nos convence. Intentamos desmarcarnos a todos los niveles de la expectativa pero sin alienar a la gente que nos sigue. Hemos conseguido una parroquia fiel y entusiasta, eso nos permite estar ajenos de las modas, no estar demasiado a la merced de las tendencias, estar enfocados a lo nuestro.
AGENDA
Fecha | Ciudad | Recinto | Hora | Precio |
---|---|---|---|---|
jueves 20/12/18 | León | Gran Café / León | 22:00 | 15€ |
viernes 21/12/18 | León | Gran Café / León | 22:30 | 15€ |
viernes 28/12/18 | Valladolid | Espacio Lava | 21:30 | 15€ |
viernes 04/01/19 | A Coruña | Playa Club | 22:30 | 15€ |
sábado 05/01/19 | Pontevedra | Karma / Pontevedra | 22:00 | 12€ |
viernes 18/01/19 | Córdoba | Hangar / Córdoba | 21:00 | 15€ |
sábado 19/01/19 | Sevilla | Sala X | 21:30 | Desde 10€ |
viernes 25/01/19 | Albacete | Sala Clandestino | 21:00 | 15€ |
sábado 26/01/19 | Toledo | Círculo del Arte / Toledo | 21:30 | 15€ |
sábado 02/02/19 | Bilbao | Kafe Antzokia | 22:00 | 15€ |
viernes 08/02/19 | Granada | Sala Aliatar | 22:00 | 15€ |
sábado 09/02/19 | Algeciras (Cadiz) | La Gramola / Algeciras | 22:00 | 15€ |
viernes 22/02/19 | Donostia | Dabadaba | 21:30 | 15€ |
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