La energía y pasión que Anna Calvi derrocha en su primer álbum, de título homónimo, contrastan con la voz tenue que nos recibe al otro lado del teléfono. Anna se recupera de una lesión de brazo que ha motivado la cancelación y reorganización de parte de su gira europea, que en un principio no incluía España. “No estoy segura sobre posibles visitas a España, aunque desde luego me gustaría ir”. Poco después la posibilidad se hace real, con la confirmación de su presencia en el cartel del FIB. Así podremos apreciar in situ la vibrante expresividad de la inglesa, cuyo directo parece uno de sus puntos fuertes. “Tocar música en vivo es para mí algo que surge de forma natural, que me da fuerzas. Me siento muy conectada conmigo misma mientras estoy en el escenario. Adoro esa sensación cuando escucho a Maria Callas de que se está entregando por completo a la música y eso es lo que intento en mis conciertos”. Que se refiera a Maria Callas como una de sus inspiraciones no es algo superfluo, aunque sea sólo un ejemplo más de la heterodoxia de sus influencias, que van de Scott Walker a Ennio Morricone, pasando por David Bowie o Nick Cave, uno de sus padrinos. Anna Calvi atrajo la atención de algunos pesos pesados de la música anglosajona desde muy temprano. Primero fue Brian Eno quien se fijaría en ella, definiéndola como “la mejor desde Patti Smith”, y después Nick Cave, que la invitaría a acompañarlo en su gira con Grinderman a finales del 2010. Pero uno de los nombres que más suenan en relación a Calvi es el de PJ Harvey. Además de la conexión a través de Nick Cave, está la coincidencia de productor, Rob Ellis, y sobre todo un tono y un planteamiento que las acercan en algunas canciones. La cuestión de los parecidos no es algo que le preocupe demasiado a Anna Calvi, y más cuando se refiere a divas de los ochenta como Siouxsie, otra cantante a la que se cita con frecuencia al hablar de ella. “Puedo entender las comparaciones en el caso de Nick Cave, pero no tanto en el de PJ Harvey y desde luego no el de Siouxsie, ya que apenas escucho su música. Honestamente, no creo que haya que comparar a los músicos entre ellos, aunque todo el mundo lo haga. Cuando pienso en mí, lo hago simplemente como una artista más”. Pese a todos los nombres propios que orbitan alrededor de la cantante, Calvi estuvo moldeando las canciones de su álbum de debut mucho antes de que salieran a la luz. Pasaron unos tres años antes de que comenzara a dar a conocer sus composiciones en locales. “Tenía una visión completa de lo que quería antes de que les conociera y trabajé mucho por mi cuenta. Se puede decir que bastante de mi trabajo original está presente en este álbum”. Un primer largo que destaca por la intensidad de cada corte, en el que la instrumentación se pone al servicio de una voz profunda y elocuente. Composiciones como “Desire” o “Suzanne & I” desprenden un ímpetu arrollador, que hace pensar en un esfuerzo extenuante. Algo que desmiente. “Encuentro muy liberador expresarme a través de la música, no es algo que me resulte realmente agotador ni nada parecido”. Ese tono liberador está mucho más claro en “Blackout”, el corte escogido como single, tal vez el más ligero y radiable, cercano a cierta épica indie. Pero la verdadera carta de presentación de Anna Calvi, antes de este vigoroso debut, fue “Jezabel”, un tema popularizado por Edith Piaf que la artista inglesa llevaba con habilidad a su terreno. Sin embargo, y pese a las numerosas versiones realizadas para las Attic Sessions, el álbum incluye íntegramente material propio. “Mi interés en la música parte principalmente de componer mis propias canciones, pero también disfruto interpretando temas de otros artistas que me han afectado de un modo u otro. En cualquier caso, hacer versiones no es una cuestión que me preocupe”. La realidad es que con tan sólo un Ep y un largo editados, ya se señala a Anna Calvi como una de las revelaciones del año, y ella, de momento, asimila el éxito con una larga gira. En contraste con la vitalidad y el nervio que desprende su trabajo, la voz tranquila y suave de Anna Calvi revela una cara muy distinta. “Me hace muy feliz que haya gente a la que le guste mi música. Mi primera impresión era que nadie la iba a escuchar o le iba a gustar, y para mí era suficiente con que alguien pudiera disfrutarla. Ahora que el disco ha sido editado y hay gente a la que de hecho le gusta, estoy muy contenta”.
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