“Coachella estuvo mortal. El show fue memorable. La gente no paró de bailar y no solo había mexicanos. Muchos, muchos gringos. No me quejo. Hangeamos con mucha gente, mi novia andaba casi de la mano de Roxanne Arquette, lo cual me dio mucha risa. A mi camerino se metía todo el contingente francés del festival a robarnos cerveza y vino. Hasta vi ahí a Justice, Sebastian Tellier y Kavinsky. Salimos a tocar vestidos de mariachis modernos, cortesía de la brillante diseñadora de México Paola Hernández. Ella le diseñó la ropa a The Horrors y quería ver su look y compararlo con el nuestro… (risas).
"El disco es muy errático y va del mariachi al garage”
En la lista de cosas que uno debe lograr conseguí tres en una semana: NY Times, una plana, plana en el LA Times y Coachella. Nada más me falta MondoSonoro, Rockdelux, Benicàssim, John Peel (imposible), Sónar y diez puntos en Pitchfork. Si publicas esto tendré cuatro cosas logradas: ¿nada mal no?”
Nada mal teniendo en cuenta que compagina sus labores de músico con las de consumidor compulsivo de discos, A&R de grupos, productor ejecutivo de bandas sonoras de filmes y novelista (parece que tiene entre manos una novela sobre un escritor que escribe una novela). Y es justo ese espíritu inquieto y revoltoso el que vemos impreso en su música, una batiburrillo de sonidos e influencias que beben de la tradición mexicana, la cumbia, el hip hop, la electrónica y el pop y se convierten en un collage imposible perfecto para las pistas de baile. “El disco es muy errático y va del mariachi al garage. Así que quería algo que fuera igual de dadaísta. El nombre le iba bien, me inspiré en Rayuela de Cortázar. Me gustaba la idea de un disco con muchas lecturas, de algo que tuviera muchas capas de información”.
En el IMS todo es posible, sin discriminación. “No sé, me gusta la música, no pienso en otra cosa. Supongo que me gusta desde The Velvet Underground a Wreckx N Effect. Por cierto, estoy oyendo a Hockey y no me preguntes por qué pero me parecen geniales. Qué gran disco”.
¿Por qué “Soy sauce”? “Sauce es belleza, sabiduría. También es soya (¿o soja?) en español. Me gustaba la idea de ser una salsa que salara todo lo que toca, una salsa fea por si sola. ‘Soy sauce, soy soja, soy salsa ...’”.
Para contribuir al resultado y no caminar solo en la producción Camilo se sirvió del talento de una de las mitades de Le Hammond Inferno. "La verdad es que a Holger lo invitaba para divertirnos un rato. Después tomó un rol más serio. Siempre me quiere hacer grabar mejor y es el que me ayuda con los sonidos más de pista de baile. Es una gran persona y nos divertimos mucho. Yo hago las canciones en casa y luego él les da una especie de capa de calidad. Digamos que yo cazo el venado y él lo empaca al alto vacío. A Holger lo conozco desde que iniciaron Bungalow. Siempre me gustó el gusto musical que tiene”.
Además y, a falta de manos amigas, el aburrimiento de las actuaciones en solitario empujó a Lara a rodearse de músicos para perpetrar un directo más contundente. “Me aburría como lirón, odio la idea de que nos confundieran con Dj´s. Prefiero algo más desenfrenado en vivo. Pasé de ser Daft Punk a ser Polyphonic Spree, ahora el show es grande y divertido. Dos tornamesistas, bajista, baterista, y yo con sintetizadores y cantando. Es otra cosa. Somos los Ramones atrapados en cuerpo de mariachi”.
Completando la alineación estrella Ad Rock de Beastie Boys a la cabeza del remix de uno de los temas de nerd-rap más luminosos del disco, “Alocatel”. “Me gusta mucho como suena ´Alocatel´ en vivo. Uno de los tornamesistas sueltan ´Mickey´ de Tony Basil en medio y se aloca aún más la canción. Y a Mike D(Beastie Boys) lo conozco hace como doce años. ‘Es un gran gran tipo! Nos llevamos muy bien. A Ad Rock lo conocí en mi casa, invité a Mike y llegó con Adam. Le regalé mis discos y meses después me envió un email diciendo que debíamos hacer algo juntos. En realidad iba a ser una canción pero yo ya iba muy avanzado y me pareció divertido tener su interpretación y la mía”.
De los catorce cortes destacan, entre otras, la versión-revisión con sabor a mariachi del “Bittersweet Symphony” de The Verve, “Sinfonía agridulce”; ´White Stripes´, donde bien parece que va a salir Britney Spears, en este caso Paty Cantú, transportando a Camilo en volandas a modo de una especie de Estelle y Kanye West latinos y “Jalalé”, un rompepistas instantáneo. Todos completan su disco más redondo. “Creo que los tres son diferentes y no me gustaría pensar que abandonare los samplers y la música electrónica. Posiblemente mi siguiente disco sea instrumental. Cada disco es diferente pero tienen mi mano. El primero es más sobrio, el segundo, aprendí a hacer mas canciones. Este tiene esas dos cosas”.
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