INDECISIÓN DIVINA
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INDECISIÓN DIVINA

David Broc — 24-08-2001
Fotografía — Archivo

HICIERON DE LAS CADENCIAS NARCOTIZANTES SU PRINCIPAL BANDERA. PERO JOSH HADEN Y SUS SPAIN SABEN, O POR LO MENOS DEBERÍAN SABERLO, QUE NO HAY NADA FÁCIL Y SENCILLO EN EL MUNDO DE LA MÚSICA. "SHE HAUNTS MY DREAMS" Y, EN MENOR MEDIDA, "I BELIEVE" (PIAS/EDEL, 01), SU NUEVO DISCO, SON BUENAS O, MEJOR DICHO, MALAS PRUEBAS DE ELLO.

La sangre que corre por las venas de Josh Haden no es roja, sino azul. Su padre, Charlie Haden, forma parte, todavía hoy, aquí (ojo a su recientemente publicado "Nocturne"), ahora, de la realeza musical del siglo XX. Contrabajista de jazz y alma infatigable, Charlie peleó por un hueco en la crónica más excelsa de los últimos cincuenta años con discos inolvidables. Y su hijo Josh trata de hacer lo mismo desde otros frentes de batalla. Su tercer disco como líder de Spain, "I Believe", toda una declaración de intenciones vitales y/o religiosas, vuelve a sembrar dudas al respecto. "No sé si es un disco más luminoso. Bueno, posiblemente sea así. Es un trabajo más esperanzado que "She Haunts My Dreams", que era bastante denso y pesimista. Pero no sabría qué decirte...". Haden hijo se piensa las respuestas una y otra vez, una y otra vez. Habla despacio y matiza sus frases. "Es que el proceso de grabación del anterior disco fue bastante desesperante, nunca me sentí cómodo mientras lo hacíamos. En este disco todo ha funcionado de otra forma. Es el disco en el que me he sentido mejor mientras lo grababa y, al final, quieras o no, ello repercute en el resultado final. Con la nueva banda (tan sólo queda del inicio Merlo Podlewski, guitarrista) me he sentido más compenetrado, todo ha sido mucho más fácil. Por eso estoy de acuerdo en tu apreciación de que se trata de un álbum más abierto y alegre... bueno, tampoco es un disco alegre, eso está claro, pero sí que tiene más aperturas luminosas que en el anterior".

"Siempre me he sentido atraído por la música y el arte que expresaba cosas tristes, melancólicas, oscuras"

Tampoco hay para tanto. Entre "She Haunts My Dreams", su segundo obra y, todavía ahora, un tratado concienzudo del sopor y el aburrimiento en estado puro, y este "I Believe", levemente superior al anterior, apenas se vislumbran diferencias emocionales. Sí es cierto que en el último, ya desde la brillante portada, se dejan ver rasgos de obra más proclive a la media sonrisa. De todas formas, los contornos musicales no difieren de forma tan evidente. Ambos discos aburren sobremanera. "No creo que sea estrictamente necesaria la tristeza para componer música o, sencillamente, para crear alguna cosa. Es decir: hay momentos felices en los que te sientes muy libre para hacer cosas. Pero yo tengo muy claro que, desde mi punto de vista como músico, me siento más cercano a la tristeza y la melancolía como fuentes de emociones idóneas para la creación musical. Eso lo tengo clarísimo. Siempre me he sentido atraído por la música y el arte, en general, que expresaba cosas tristes, melancólicas, oscuras... creo que en tu interior se produce una mayor reacción que, a su vez, sirve de activo. La tristeza en Spain proviene de esa circunstancia, sin duda". Pero la tristeza de "The Blue Mods Of Spain", su impactante debut, se siente única en la trayectoria de la banda de Haden. Debemos hacernos a la idea: esos minutos no se repetirán. Alma de blues y cuerpo de jazz se fundieron en un maravilloso disco del que poco nos queda ya en su actual devenir sonoro. Ahora, las guitarras acústicas anodinas y la falta de chispa emocional nutren de intrascendente pulcritud un discurso al que se le pide más fuerza y más estallidos de verdad. "El primer disco no tiene muchas conexiones con el resto porque fue escrito y concebido de forma totalmente distinta. Esas canciones surgieron de un periodo verdaderamente malo en mi vida, donde no veía nada claro y donde no tenía la confianza que tengo ahora. Mucha gente dice que es más un disco de jazz que de pop, folk o como se le quiera llamar, pero yo no lo veo así. Sencillamente ocurre que las canciones son más largas, las estructuras más complejas y la instrumentación menos clásica. Ahora me concentro más en la canción, trato de concretar más lo que intento decir... quizás dejo menos espacio al desarrollo libre o semi improvisado de los temas. Creo que lo del jazz surgió más por ser hijo de una leyenda del género que con la música en sí misma (risas)". Así pues, Josh Haden asume su condición de cronista herido con una tripleta discográfica sostenida con buen pie por su debut y resguardada por un "I Believe" esporádicamente brillante. Una balanza desequilibrada para una referencia que empezó prometiendo muchas horas de buena música rota, pero que a día de hoy sólo puede moverse en las aguas turbulentas del desconcierto y el vacío. Y con fe está claro que no bastará para salir de ahí.

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