“Siempre nos hemos movido en coordenadas bastante a nuestra bola"
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“Siempre nos hemos movido en coordenadas bastante a nuestra bola"

Alan Queipo — 24-11-2015
Fotografía — Clara Higuera

Si Dr. Jekyll & Mr. Hyde tuviese que tener un espacio en la escena alternativa estatal, escucharía slowcore, post-rock o dreamgaze. O al menos es lo que se extrae de la bicefalia de Atención Tsunami e Incendios, un grupo de dos cabezas, formado por los mismos componentes, con una cara visible en cada uno de ellos y viviendo uno de los momentos creativos más dulces.

Y es que apenas un año y medio después de la publicación de “Que le corten la cabeza” (Récords del Mundo, 2014) de los tsunamis, llega “Las sillas voladoras” (Récords del Mundo, 2015), el segundo disco de Incendios. Nos reunimos con Miguel Bellas, voz cantante de la facción encendida del combo madrileño, té negro mediante, para hablar de su nuevo hijo.

Una de las cosas que noté con respecto a “El cuerpo humano” (Estoescasa, 2013) es que “Las sillas voladoras” (Récords del Mundo, 2015) suena más ‘grave’, más espacial. ¿Hacia dónde crees que habéis evolucionado en estos dos años entre un disco y otro?
Creo que hay como dos partes: musicalmente, en “El cuerpo humano” estábamos muy obsesionados con dividir Atención Tsunami de Incendios y darle una identidad propia y que estuviera claro que hay una idea estilística detrás, y por eso hubo una serie de descartes de canciones que nos gustaban mucho pero no entraron porque rompía un poco con el sonido general. En “Las sillas voladoras”, en cambio, hemos pensado más en las canciones que nos gustaban antes que una sensación sonora general del disco, y veo bastante claro que en este disco hay canciones de distintos palos, incluso una instrumental… tiramos hacia más estilos. Por otra parte, las letras, me gusta que menciones la idea de “gravedad”, porque igual sí que hay alguna temática un poco “astral”. Me he tirado más a la piscina, es menos abstracto y más explícito: hablo de mis padres o ideas que tengo que me apetecía compartir, más allá de lo estético. Diría que en “El cuerpo humano” intentamos distanciarnos de lo que hacíamos en Atención Tsunami, y en “Las sillas voladoras” nos hemos permitido que haya alguna canción que incluso pueda formar parte del repertorio de Atención Tsunami.

Y en esa apertura de espectro estilístico, ¿hay un objetivo de ampliar también el espectro de posibilidad de público o sólo es un ánimo de nutrir al proyecto?
Es una manera tanto de enriquecer el proyecto como de hacerlo más operativo: a nivel de ensayo, constreñir el proyecto a unas coordenadas tan definidas puede limitarte y hacer que el grupo pierda cierta expresividad.

Cuando estrenasteis el disco en nuestra web, Álvaro hizo unos comentarios de las canciones que mantenían cierto halo casi científico, que va apegada a esa atmósfera “aérea” que tienen las letras del disco. No sé si trabajasteis las letras en torno a algún tipo de concepto concreto.
No hay un objetivo prediseñado. Sí que agrupas textos por temáticas, y la idea de lo “aéreo”, o de no tener los pies en la tierra, o la dimensión poético-espacial que ronda por ahí sí que son máximas con las que trabajé; pero no hubo un ánimo en concreto de darle una forma conceptual al disco, la verdad.

Las referencias cinematográficas suelen aparecer a menudo tanto en Incendios como en Atención Tsunami como en los otros proyectos en los que compones (Paracaídas) o participas (Karen Koltrane). Aunque no sea un disco conceptual, ¿hay algo de “banda sonora de película imaginaria”, de intención de que el disco se escuche entero y hasta se pueda visualizar?
Sí, y eso alguna vez lo hemos hablado entre nosotros. Musicalmente probablemente venga de nuestros inicios como grupo, cuando tocábamos música puramente instrumental con proyecciones detrás, así que había mucho de cine o de live cinema, como mínimo. Luego, en las letras hay muchas referencias porque soy un amante del cine, y si hay otra cosa en el mundo que me gusta aparte de la música es el cine, lo valoro como el género artístico más completo, casi; y es una inspiración constante a la hora de escribir, sobre todo en la parte más poética del cine.

¿Qué referencias explícitas hay en este disco aparte de Ingmar Bergman?
Esa es una canción que está muy relacionada con lo que digo: está escrita a medias con Clara, mi novia, y habla de que con la poesía puedes hacer lo que quieras, que hay libertad absoluta.

Precisamente “Quiero ser como Bergman” es una canción que recuperáis de vuestra etapa en Healthcontrol. ¿Por qué recuperarla ahora, habiendo pasado tantos proyectos, discos y años?

(Sonríe) Es el segundo intento, en realidad. “Quiero ser como Bergman” iba a ser el primer single del primer disco, y teníamos un par de canciones en esa línea; pero, al final, cuando empezamos a agrupar las canciones resultó que la canción por la que habíamos empezado no encajaba con el resto. Era una canción que estaba totalmente terminada. Ahora, el problema fundamental que teníamos a la hora de meterla en este disco es que teníamos sonidos de demos que habíamos grabado en el local de ensayo y fue difícil ensamblarlas con el sonido de “Las sillas voladoras”. Era imposible que sonase igual, evidentemente. Quizás fue la canción más difícil de grabar de todo el disco, precisamente por todo esto. De algún modo, es una canción que da cuenta de lo obsesivo que somos con las ideas: hemos tenido miles de versiones de una misma canción, y nos ha pasado en todos los proyectos.


Y ahora que la canción ya existe, ¿qué vais a hacer?
Ahora hemos llegado a un punto en el que ya no tenemos prácticamente material descartado antiguo. En Incendios tenemos dos ideas nuevas pero no estamos trabajándolas: estamos centrados en componer lo nuevo de Atención Tsunami.

Y el hecho de haber recuperado una canción de la época de Healthcontrol, ¿generó cierta nostalgia, al menos del espíritu de aquellos años?

No, pero sí encaja en el tipo de música pretendidamente evocadora, nostálgica; y en este caso es totalmente autorreferencial el tema, y nos gustaba la idea de recuperarla porque, a la vez que recuperamos a nuestro primer grupo, la canción habla del ‘principio de las cosas’ con cierto halo luminoso. Healthcontrol para nosotros es como volver al punto de partida, y recuperar esta canción encajaba perfecto en el puzle.

No sois un grupo especialmente afín a los estribillos y aunque los géneros que practicáis (slowcore, post-rock, emocore…) no son especialmente “estribilleros”, ¿en algún momento os planteáis incorporar
trazas melódicas más coreables? ¿O es algo que desestimáis de base?
A veces entra en debate la idea cuando estamos componiendo, y aunque no lo parezca sí que intentamos introducirlo, lo que pasa que es mínimo: para nosotros un estribillo es algo que se repite dos veces. Pero sí que internamente hablamos de estructura de “estrofa + puente + estribillo”. Lo que pasa es que, estructuralmente, nos cansa un poco recurrir a ese tipo de formato de canción. Tiramos más de la idea de “mantra”, repitiendo alguna cosa hacia los finales, pero no acaba siendo un estribillo propiamente dicho.

Cuando se intenta poner en situación qué música hacéis se recurre a nombres internacionales como Boards of Canada, Low, Mogwai… ¿No encontráis influencias en España? ¿Os sentís un poco solos dentro de la escena alternativa?
(Piensa) No sé qué decirte…

La verdad.

(Risas) Es verdad que, si no contamos a Autumn Comets con los que nos une además una amistad ya de muchos años, siempre nos ha costado encontrar grupos con los que encajar (por estilo) para montar un bolo. Para la mayoría de los grupos me parece a mí que los carteles casi se hacen solos y a nada que le das un poco al tarro te salen parejas de baile. Con nosotros creo que eso no pasa. Quizás Standstill sí que fue durante una temporada larga uno de los grupos que hemos tenido como referentes…

Hasta que se pusieron a hacer estribillos, ¿no?

(Risas) Creo que siempre ha sido un grupo bastante inclasificable. De todos modos, siempre nos hemos movido en coordenadas bastante a nuestra bola. Pero creo que es algo positivo el hacer lo que te da la gana… a menos que estemos totalmente equivocados (risas).

“Constreñir el proyecto a unas coordenadas tan definidas puede limitarte y hacer que el grupo pierda cierta expresividad”

En el disco hay algunas insinuaciones sinfónicas, algunas con estructuras como de operetas, en otros casos dividiendo las canciones como en movimientos, en otras metiendo arreglos de cuerdas… ¿En algún momento imagináis a Incendios haciendo algún disco con trazas más sinfónicas?
Puede ser. En el disco hay, por ejemplo, dos canciones, las dos últimas de cada cara (NdeR: “Las sillas voladoras” en la cara A; y “Al final nadie se salva” en la cara B) tienen como dos o tres movimientos en cada cara, y alguna de ellas son como tres canciones en una, incluso. De hecho, en algún momento barajamos que la canción “Las sillas voladoras” acabara en la cara A y empezara en el principio de la cara B: veíamos las partes tan independientes que lo llegamos a plantear. No es algo que intentemos hacer constantemente pero sí es algo que nos sale con bastante naturalidad el hacer dos o tres partes muy diferenciadas en cada canción. Lo que pasa que llega un momento en que no puedes meter seis o siete canciones de ese palo: aquí nos hemos permitido dos licencias, a la vez que nos hemos permitido hacer dos versiones de una canción, “Arde”, que es una cosa que Standstill hizo en algún momento, también.

¿Es Incendios un grupo liderado por Miguel Bellas y Atención Tsunami por Álvaro; o existe la misma democracia participativa en ambos?
No ha habido una reunión para hacer unos estatutos (risas) pero sí que hay un liderazgo claro en cada uno de los proyectos: al final, los que hemos llegado con un boceto de canción para cada proyecto hemos sido Álvaro y yo. En este caso en Incendios en los ensayos he llevado yo la voz cantante. Es lo que te permite tocar con esta gente: el hecho de tener miles y miles de opciones para hacer cosas completamente diferentes. Si algo toco en tantos grupos coincidiendo casi siempre con la misma gente no es por una cuestión de endogamia, sino porque estoy súper cómodo. Pero sí que hay un liderazgo. Por volver a Standstill, que también han tenido proyectos paralelos, recuerdo que Enric Montefusco decía que él se considerado el “motor creativo”, y a veces en Incendios sí que me siento así. Creo que Álvaro es un poco más reticente a esa idea, pero al final la realidad es la que es. Pero creo que es algo que pasa en la mayoría de los grupos: hay alguien que tiene una idea inicial y se tira por ahí, lo que cambian son las dinámicas internas en los debates y negociaciones.

“En “Las sillas voladoras” nos hemos permitido que haya alguna canción que incluso pueda formar parte del repertorio de Atención Tsunami”

Y sobre todo a partir de ahora, que tú mismo dices que hay muchos puntos de unión y canciones que pueden pasar por canciones de Atención Tsunami, ¿no os planteáis agrupar las dos facciones del proyecto en uno solo? ¿Sería posible un “Atención Incendios”?
(Risas) No te puedo decir que “no” teniendo en cuenta nuestra trayectoria tan loca, pero creo que nos está funcionando así mucho mejor. Alguna vez he analizado lo políticos que hemos sido en todos los años que hemos estado juntos; y a pesar de que hubo un embudo de dos o tres años sin hacer muchas historias y siendo incapaces de sacar nada, a raíz de haber separado los proyectos ha salido incluso un tercero (NdeR: Paracaídas) y ha sido todo mucho más fácil, hemos sacado tres discos y ha sido positivo. A mí no me preocupa que alguien diga que Incendios somos como Atención Tsunami… ¡Claro! ¡Si es que somos los mismos! Pero a la hora de funcionar éste es el método que está dando mejores frutos. También el tener Álvaro y yo voces tan diferentes era un poco enrarecedor: si escuchas “El lejano oyente” (Estoescasa, 2011) hay canciones que puedes preguntar cómo se nos ha ocurrido meter cosas tan radicalmente diferentes. Eso es algo que se lo pueden permitir grupos como Yo La Tengo y poco más.

¿Cómo tienes claro, a la hora de hacer canciones, que una es para Incendios y no para Paracaídas?
El punto de partida me lo da el hecho de si el instrumento dominante es el piano o la guitarra: si es con piano va más para Incendios, y si es con guitarra para Paracaídas. Por lo general las canciones más “desnudas” las identifico más con Paracaídas, porque al final nuestra manera de funcionar es mucho más directa, más cruda y más sencilla también: llego con una canción y a las dos horas ya está terminada; no nos metemos en rollos de capas ni nada de eso, por lo general. Alguien dirá que nos lo curramos menos, también (risas). Y cuando imagino algo más complejo pienso en Incendios.

Nueva referencia de Récords del Mundo. ¿Os publicáis vosotros por una cuestión de necesidad o tuvisteis ofertas de otros sellos?

Nosotros llevamos en la autoedición de siempre, pero nació como una casualidad: Dave ganó un premio en su universidad para emprendedores, y le dieron pasta para montar un proyecto, y así nació Estoescasa. Pero incluso en ese momento nosotros mostramos nuestros primeros discos a diferentes sellos, porque no tenemos ningún interés en utilizar más tiempo en los proyectos que el estrictamente musical, pero se ha dado así. Con Atención Tsunami estuvimos a punto de estar con un sello importante, pero al no acabarse de concretar decidimos tirar y seguir por nuestro camino. Y precisamente ahí coincidió con la idea de crear Récords del Mundo para no verlo como una derrota y empezar con un impulso nuevo. Este disco lo hemos movido un tiempo por sellos para ver si a alguien le interesaba ir adelante con él, pero no hubo propuestas así que seguimos nosotros por nuestra cuenta.

¿Y os planteáis, como hicisteis en Estoescasa, editar a otras bandas?
En aquel momento editamos a Havalina, Autumn Comets, Pedro Luengo o Why Go, incluso poniendo pasta para videoclips, pero eran otros tiempos: teníamos el dinero del premio y luego los proyectos tampoco funcionaros bien comercialmente hablando. Ahora mismo no tenemos prácticamente tiempo para hacer el trabajo de sello con nuestros propios grupos, menos aún lo vamos a tener para editar a otras bandas. La idea es que, de todos modos, el sello tenga una entidad como promotora y como sello de nuestros proyectos. Este año repetiremos el Fosbury Fest que el año pasado hicimos la primera edición en Siroco: lo haremos en abril y serán tres noches y seis bandas en total, entre las que estaremos Incendios y Atención Tsunami.

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