Hola James, ¿satisfechos con el resultado y el recibimiento de Hot Motion?
Nunca he quedado satisfecho al cien por cien al terminar un disco, siempre me entran ganas de hacer más cambios. Pero lo cierto es que con este disco, esos deseos se han reducido al mínimo.
Habéis hecho un disco bastante guitarrero, “en una época donde las guitarras mueren”, como has comentado en alguna ocasión. Pero no es una declaración de intenciones, ¿verdad? ¿O sí?
No sé como definirlo. Lo que sí está claro es que nos hemos vuelto a enamorar de las guitarras. Hemos pasado una etapa en la que no las usábamos tanto, pero no por hacer ninguna declaración de intenciones en sentido contrario, sino porque no nos inspiraban para componer tanto como otros instrumentos. Ahora han vuelto a hacerlo. Pero las hemos usado de un modo poco clásico, por decirlo de alguna manera. No son guitarras de rock lo que hay en este álbum. Usamos ciertas discordancias y variaciones de sonidos de guitarras con baja fidelidad, para transformarlas en nuevos sonidos. Hemos estado muy pendientes de generar una solidez, una coherencia con ese método.
Hay poquísimos sintetizadores en el disco, muchos menos de los que parece (la mayoría son guitarras empleadas de forma heterodoxa).
Creo que sólo hay uno, de hecho. Los diferentes sonidos de guitarra, tocados de formas diferentes, más minimalistas, o más orquestales, son los que generan todas las atmósferas.
"España es increíble para nosotros, los fans que hay allí son muy entregados"
Ha sido como redefinir el efecto que vuestras influencias guitarrísticas producen en la música de Temples, ¿no?
Absolutamente. Ha sido como recontextualizar esas influencias en un nuevo ecosistema. Es un enfoque bastante original, una referencia bastante extraña para hacer un disco. Nuestras influencias en cuanto a composición y producción también han ido en consonancia con ese objetivo de recontextualización.
El lugar de grabación, tu casa, ha sido muy definitorio de lo que es el resultado final, ¿no es así?
Eso creo, sí. Tener una habitación dedicada a la grabación en mi casa, o mejor dicho separada de mi casa, nos ha dado un lugar de trabajo donde no hay nada más que música. Ni una tele, ni un teléfono, ni una máquina de café, ni nada. La concentración que hemos alcanzado en este proceso ha sido muy emocionante, y ha sido en gran parte por tener este lugar cómodo, tranquilo, en el que todo lo que necesitábamos estaba al alcance de la mano.
Los singles Hot Motion y You’re Either On Something han sonado en nuestra radio pública, ¿también lo hacen en la inglesa?
Eso es genial. En la nuestra sólo la han puesto unas pocas veces, para serte sincero. España es increíble para nosotros, los fans que hay allí son muy entregados, y debe ser que también tenemos alguno por ahí en las emisoras de radio (risas). Cuando vayamos os vamos a dar un conciertazo que vais a flipar.
Mi favorita del disco creo que es You’re Either On Something (que se puede traducir como Tú también vas puesto de algo).
No es una canción sobre drogas (risas), ni sobre cómo ser feliz sin ellas ni nada de eso. Trata más bien de la observación social, de cómo todos nos sentimos cómodos en una situación social y política completamente desmadrada. Yo me siento incómodo en las discotecas llenas de gente ruidosa, me generan ansiedad. La letra de esta canción hace una especie de paralelismo con lo que vemos a nivel social.
Lanzasteis un single llamado Context, en el que hay un homenaje a una técnica de grabación empleada por los Beatles en In My Life. ¿Cómo surgió?
Sí, sí. Siempre probamos a hacer cosas como esa en el estudio. En este caso ocurre algo muy curioso cuando reproduces una canción a la mitad de su velocidad y tocas por encima buscando espacios vacíos. Te da una nueva concepción de la sensibilidad de la canción. En In My Life, el solo de piano es muy difícil de tocar, especialmente la última parte, la que lleva a la siguiente sección. Y el truco es que el piano está grabado a una velocidad inferior y se ha acelerado a posteriori. Por eso encuentras tantísimas cosas en los espacios supuestamente vacíos. Es algo que no puedes hacer en directo, claro, pero en el estudio te permite hacer experimentos increíbles. En este sentido, en Context la guitarra consigue ofrecer con este método algo que se aleja mucho de los típicos acordes y solos de guitarra rock. Forma parte de ese enfoque de revalorizar lo que se puede hacer con una guitarra.
La canción Monuments es muy enigmática. ¿Qué desencadenó su composición?
El Brexit. No sé por qué, pero es un tema sobre el que se ha hecho muy fácil escribir canciones, porque está constantemente presente en la vida de los británicos. La letra no es muy explícita, y por eso puede entenderse como una reflexión sobre la política en general. Habla de la división, de cómo las mentalidades se han polarizado en la sociedad.
Debéis estar hartos de los juegos políticos. Aunque he de reconocer que eso nos suena cercano a nosotros también…
Muy hartos. Si pudiéramos votar mañana, estoy convencido al cien por cien de que decidiríamos seguir en Europa. Amamos nuestro país, pero también a Europa. Es extraño que las mismas crisis identitarias estén teniendo lugar en tantos países diferentes. Los jóvenes tienen un enorme reto por delante para que el liberalismo y el igualitarismo no se desequilibren demasiado. Yo vengo de una familia de clase obrera y en mi propia familia hay divisiones sobre el Brexit. Es preocupante.
"Yo vengo de una familia de clase obrera y en mi propia familia hay divisiones sobre el Brexit. Es preocupante"
Hot Motion es un disco tremendamente compacto, ¿os resulta extraño trocearlo en singles?
El single es el Santo Grial de la industria musical actual, pero para nosotros sigue siendo el álbum. Ahora bien, los Kinks, Elvis, sacaron singles que siguen siendo importantísimos para mí a día de hoy. También es emocionante volcar toda tu creatividad y concentración en un solo tema, pero es otro tipo de viaje. En Hot Motion no queríamos un disco lleno de singles, queríamos un álbum. Está muy pensado para ser escuchado como un álbum.
Y la explosión de la música urbana, ¿cómo os hace sentir?
Un poco como unos proscritos, sí (risas). Lo divertido es que podrías decir, “vale, todas las estrellas del pop van por ahí”, pero lo cierto es que hay mucha cosas de la música urbana que son muy cursis, o muy poco novedosas, basadas en cosas que ya se hicieron en los ochenta. Y gran parte de los éxitos de esa escena son música vacía, que podría hacer un bebé con un ordenador. Al margen del hip-hop, no creo que la nueva música urbana siga dominando la escena musical dentro de diez años, por el mero hecho de que es una música a la que no le veo mucho más recorrido histórico. No da para mucho más.
Temples es fruto de la unión de músicos con influencias muy diferentes, ¿cada vez es más fácil encontrar el equilibrio?
Sí, porque con los años te haces menos… ¿cómo explicarlo? La estética de las influencias que tenemos cada uno se van por la ventana cuando empezamos a grabar, en el sentido de que nos quedamos con la esencia de esas influencias. Eso nos permite opinar, cambiar cosas, sin caer en algo demasiado referencial, y eso facilita la cohesión.
¿Por qué os habéis cambiado de Heavenly a ATO?
Lo dices como si hubiera sido un divorcio (risas). Es broma, seguimos siendo amigos de Jeff y Danny, amamos Heavenly, y no ha sido una cosa de “no queremos trabajar con vosotros”. Simplemente, ATO abría oportunidades en nuevos países y esperamos que también amplíe nuestra presencia en Estados Unidos.
¿Qué pasó con Samuel, vuestro baterista? ¿Lo dejó, o lo echasteis? He leído diferentes versiones.
Él no dejó la banda.
Vale… termino preguntando por los conciertos que hicisteis en España este verano, ¿qué tal fueron?
Fueron geniales, lo pasamos muy bien como siempre. Ahora empezaremos la nueva gira, primero tocando en algunas tiendas de discos en Inglaterra. A España volveremos en 2020, con una buena gira en condiciones.
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