Horizontes musicales
EntrevistasDominique A

Horizontes musicales

Jorge Obón — 14-02-2010

Desde los primeros compases de “Le sens”, ya notas que “La musique/La matière” (Green Ufos) será pronto tratado como ese disco clásico en el que Dominique A quiso volver a ser un simple adolescente que necesita pocos recursos para comunicarse con su público. O dicho de otra manera, Ané está cansado de lirismo y producciones grandilocuentes.

Y lo hace con la maestría de los que ya no necesitan demostrar nada. “Me apetecía que el disco estuviera menos trabajando que los previos y que fuera más íntimo. Después de ‘L’horizon’ (Green Ufos, 06), monté un grupo para dar conciertos muy potentes, así que quería volver a mi esencia y a una manera de cantar más tranquila, como en el pasado, intentando a la vez no ser demasiado lírico”. Desde mediados de los noventa, Monsieur Ané ha ido confeccionando una colección con muchos pasados distintos. Uno de los que más recuerda el público español es el que lo retrata como trovador solitario rodeado de pedales, cuando por primera vez vimos aquí a un tipo con una guitarra grabando loops en directo y combinándolos como un hombre-orquesta post-moderno. “Ahora eso ya lo hace todo el mundo, así que me planteé justo lo contrario, que para llevar al directo mi disco no hubiera ni un solo loop ni una secuencia, y que hubiera especio entre los instrumentos para no saturar de información la música que tocáramos”. De hecho, siempre será curioso el calor con el que se lo recibe en un país en el que sólo una minoría entenderá sus letras. “Y así lo deseo, porque aquí la gente no se concentra en mis palabras, sino que siente la música y el sonido cobra significado”. De sonido son, precisamente, las diferencias entre “La musique”, y su reverso en edición limitada, “La matière”. “Pensé en que ‘La matière’ se pudiera conseguir sólo en los conciertos, pero mi sello decidió que era una pena sacrificar esas canciones de ese modo, así que accedí a que se hiciera una edición limitada con ‘La matière’, que es el lado oscuro de ‘La musique’, que para mí es un disco de pop… de mi idea del pop, mientras que ‘La matière’ es menos conciso y obvio”. Pero “La musique” no es tan obvio para el resto de los mortales, si tenemos en cuenta que empieza con un raro falsete que nunca le habíamos oído al de Nantes. “Esa es mi voz de las ocho de la mañana. Intenté grabar la canción la primera vez que la cantara, cuando se está creando, sin esforzarme lo suficiente por cantar, casi como si leyera la letra. Y sorprendentemente cuando lo oí unas horas después vi que había conseguido algo especial que sólo se puede conseguir en una situación muy íntima”. Es un factor más que aleja esta grabación del frío sintético de los ochenta, en los que dice Dominique que está inspirado el disco. “Tampoco quiero hacer un homenaje a los ochenta, pero siempre seré un adolescente de los ochenta, y eso se nota en canciones como ‘Nanortalik’ (incluido en ‘La matière’), que es muy de la época”. Casi se nota más una pulsación hip-hop e incluso bristoliana que otra cosa. “Sí, es muy probable, porque trabajo con una caja de ritmos muy básica de hip-hop con la que me he ayudado a componer muchas de las canciones. En ‘Le sens’ se nota mucho porque era la primera vez que usaba esa herramienta”. De cualquier modo, cada paso de Dominique A es, sobre todo, una reacción a lo que haya hecho antes. “Sí, porque me canso de mí mismo. Enseguida me canso de tocar de una manera o del sonido que he estado creando. Para este disco estaba cansado del sonido de mis compañeros franceses, demasiado folk, con demasiadas guitarras acústicas. Por eso quería un sonido más impuro, más sintético y menos orgánico”. Monsieur Ané tolera de nuevo ser el autor de “La mémoire neuve” (Lithium, 95), aunque se ha cansado de la grandilocuencia de “Tout sera comme avant” (Green Ufos, 04) y “L’horizon” de los que apenas hay referencias en su gira española, justo en el momento en el que el público español prefiere la experimentación de “Auguri” (Labels, 01) y “Remue” (Lithium, 99). Después de todo esto, ¿qué ilusión musical inédita le quedará por realizar? “Siempre me estoy planteando hacer un disco muy desnudo. Corro tras mi ‘Nebraska’, pero además me gustaría hacer algo para bailar, y algo mucho más oscuro y experimental, así que con esas excusas creo que puedo pasar diez años más haciendo música. Lo que me hace plantearme si tendré la misma valentía que he tenido antes, porque cuanto más tiempo pasa, más clásico me vuelvo a la hora de escribir”. ¿Teme Dominique que le tomen por un clásico? “No, es lo mejor a lo que puedo aspirar, pero me gustaría tener la valentía de Scott Walker que ahora hace discos para nadie con resultados que impresionan y dan miedo, aunque por eso, es imposible pasarlo bien con sus grabaciones. Yo querría que a la gente le gustara además lo que grabo. Esas contradicciones son las que me permitirán seguir a partir de aquí”.

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