Horizontes cercanos
EntrevistasLemon Jelly

Horizontes cercanos

Redacción — 11-03-2003
Fotografía — Archivo

Con su nuevo larga duración, “Lost Horizons” (XL Recordings/Everlasting, 02), Fred Deakin y Nick Franglen han conseguido dar una nueva vuelta de tuerca a la electrónica meditabunda, a esos mundos digitales que optan por la melodía y que jamás recurrirían al cuatro por cuatro para darnos gato por liebre. Unos soles, vamos. Estarán el 1 de abril en Barcelona (Razz 3) y el 2 en Madrid (Arena).

Lemon Jelly son cómo se supone que son. Encantadores e hiperactivos. Cuidan obsesivamente todos los aspectos de su creación musical y visual, y les da igual que los chicos de moda digan que todo lo que suena a downtempo o a lounge ya no está de moda. Lo saben, pero se encierran en su torre multicolor para seguir creando paisajes rítmicos, melódicos y dulces, y les cuesta dar explicaciones sobre el contenido de sus temas porque no quieren que nadie deje de tener sus propios sueños. Así que nos enfrentamos a “Lost Horizons” y le empezamos a dar vueltas a su distinción y a su falta de ubicación en el entramado musical. (Nick Franglen, también productor del disco) “No nos gusta hacer las mismas cosas que los demás. Siempre es más trabajo para nosotros, pero es divertido”. Pero no se sabe si prefieren sentirse diferentes porque no les gusta lo que hay alrededor o porque realmente no hacen caso de lo que les rodea: “No sé lo que hay alrededor y es algo muy negativo enfrentarse a la vida comparándose con lo que te rodea. El hecho de que sea diferente no lo hace especial, sino que lo hace nuestro”.

“Usamos el mundo de la música para crear el mundo de Lemon Jelly”

Es curioso ese enfrentamiento de lo “diferente” y lo “especial”, empezando porque no se dejan fotografiar nunca. “Existe una fotografía de la primera vez que hicimos una entrevista, pero eso nos aburre. No somos la cara visible del grupo. La música es el objetivo de la música y Fred es un gran diseñador, además nos aburre eso de sólo tener fotografías porque no le dan la réplica a la música. Debe ser algo más que la imagen de sus creadores”. Parecen tan razonables, que se antojan utópicos. Incluso coleccionan recuerdos de casi todos los paisajes en los que les han dicho que su música es perfecta, desde Johannesburgo hasta Naxos, pero, al fin y al cabo, hay que dejarse vencer un poco por el juego de las referencias, aunque sólo sea por amueblar cabezas y porque algunos dicen que son como unos Dj Shadow amantes del pop y del lounge. “Si empezamos así, terminaremos dándole categorías a todo. Lo que compartimos con Dj Shadow es un punto de vista ecléctico, desde una mente muy abierta. No nos da miedo probar algo que sea extraño, porque nos da solidez”. Bueno, eso, la melancolía y el hecho de que tanto “lemonjelly.ky” (XL Recordings/Everlasting, 00) como “Lost Horizons” pueden funcionar muy bien como banda sonora cotidiana, aunque eso en 2002 sea un insulto. “Nuestra música se desarrolla en varios niveles muy distintos. Nos gustan las capas y está bien que se utilice de música de fondo. No te golpea en la cabeza diciendo ´escúchame´, pero si quieres ponerte los cascos empezarás a cambiar de punto de vista a medida que te acerques. A veces parece que nunca llegas al final. Suelen haber sonidos divertidos porque somos gente alegre, pero siempre hay un elemento oscuro”. Ya, pero ahora tampoco es que la gente se detenga demasiado a investigar. Si hay una superficie accesible, se acabó el más allá. “Así es el mundo moderno, pero es que no somos una banda que te quiera enganchar desde la primera nota, sino que nos tienes que llevar a tu terreno. Hacemos canciones que se usan mejor en el mundo real”. Que explique entonces esa máxima promocional que dice de ellos que hacen música de baile que no es para bailar: “Usamos las convenciones de la música de baile como los beats, la música cíclica y las repeticiones hipnóticas, pero no nos movemos por la razón fundamental de la música de baile que es hacer que la gente baile sintiéndose bien durante toda la noche. Usamos el mundo de la música para crear el mundo de Lemon Jelly. Y esto nos parece una evolución de la música de baile”. Exagerado es, pero será una de las razones por las que los críticos dejan de razonar con ellos y simplemente describen su música diciendo que es bonita o bella, dos adjetivos tabú. “Es como preguntar por qué amas a esta mujer e intentar describirlo, pero no puedes. Será que estamos haciendo algo bien. Por eso quisimos hacer más y sacarlo poco a poco, y pintamos a mano las primeras portadas, pero terminamos con un álbum entero, que habíamos empaquetado y que era nuestro de principio a fin. Nacía de la diversión y del amor, no de la preocupación por cómo debía encajar en el mundo. Por eso queremos mantener esa sensación de control total. Y nos importa tanto a los dos, que ahora estamos trabajando el doble de duro que la mayoría de la gente en nuestra situación, porque sabemos que podemos hacerlo. No necesitamos que una gran discográfica nos convenza de hacer algo que nos encanta. En el momento en el que esto sea una aventura para hacer dinero, habremos perdido algo importante”. Ahora prueba a escucharlos viviendo.

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