"La raíz de este proyecto surge de la suma de culturas y de inquietudes”
EntrevistasHermanos Gutiérrez

"La raíz de este proyecto surge de la suma de culturas y de inquietudes”

Toni Castarnado — 07-09-2024
Fotografía — Archivo

El caso de Hermanos Gutiérrez es un fenómeno a estudiar. Con una propuesta ni muy convencional ni demasiado comercial han conseguido cautivar a público y prensa. Ahora publican Sonido Cósmico (Music As Usual, 24), una vuelta de tuerca a su personal sonido.

Es posible que el mundo de los Hermanos Gutiérrez diese un vuelco cuando Dan Auerbach –el tercer hermano, como le llaman ellos– apareció en la ecuación. Posiblemente amplificó su onda expansiva y consiguió captar la atención de muchos. En todo caso, su fórmula de carácter meramente instrumental ofrece infinitas posibilidades para desarrollarse y evolucionar. A pesar de que ya llevaban unos cuantos discos publicados, no fue hasta la llegada de su anterior El bueno y el malo (22) que Hermanos Gutiérrez empezaron a ser un reclamo. Tanto es así que han tocado desde el Ryman Auditorium de Nashville hasta Coachella, un escaparate como no hay otro. Ahora giran con Khruangbin, con quienes comparten filias e intenciones, pero antes afrontaron una gira europea que les trajo a nuestro país. Estevan y Alejandro vendieron todas las entradas y vivieron una jornada especial. Les había acompañado parte de su familia para celebrar el cumpleaños de su madre. Posiblemente el regalo fuera escuchar las canciones de este “Sonido Cósmico”, una vuelta de tuerca a la concepción de su propio sonido, más rico y al mismo tiempo con algo esotérico en su ambiente. Un paso adelante de cara a la consolidación definitiva de una propuesta particular. Con esas dos guitarras inconfundibles se han permitido sumar, esta vez, cumbia y salsa. “Nosotros no queremos dejar de crecer. Lógicamente ahora somos mejores que antes como músicos. Tiene que haber una evolución. Si no fuese así sería un mal asunto. Te lo digo así porque es la forma en la que lo sentimos y en la que reaccionamos ante los nuevos estímulos y los retos que tenemos por delante”. Y así se lo muestran también al público que se acerca a verles a las salas de distintas partes del mundo. “La vida de músico es agotadora, y somos muy conscientes de ello. A veces las giras se eternizan y al final tienes la sensación de que no tienes un hogar, pero creemos que en ese camino como forma de conocernos mejor. Y eso te lo da el viajar y sentirte fuera de la comodidad. Es la manera en la que conoces a las personas, haciendo frente a las dificultades y dejándote llevar por la ilusión de descubrir. Como hermanos, siempre hemos tenido claro el camino y cuál era nuestro objetivo vital y profesional”.

La música de Hermanos Gutiérrez, así de primeras, la asocias al desierto y al cine del oeste. “Es normal que exista esa asociación porque en el desierto nos sentimos cómodos. También con los westerns, porque lo que queremos es construir una banda sonora que te acompañe, pero desde nuestra propia perspectiva. Por eso es difícil etiquetarnos. Puede que haya ciertas barreras al ser una banda instrumental, pero al mismo tiempo eso nos brinda un sinfín de posibilidades sonoras. Y lo que nosotros hacemos es coger todo lo que tenemos a nuestro alrededor que sea susceptible de ser una influencia”. Esa banda sonora podría remitirnos a las películas de Sergio Leone con partitura de Ennio Morricone, sin embargo me sorprenden con la última película que les ha dejado huella. “La segunda parte de ‘Dune’ es alucinante. Por momentos, en la película, se detiene el tiempo. Ese paisaje crepuscular y, por otro lado, visibiliza un futuro que no sabemos a dónde nos va a llevar. Es una película inspiradora. Nos dio muchas ideas”.

En la conversación es inevitable que no emerja la figura de Dan Auerbach, padrino en esta aventura y quien en su día vio en ellos un enorme potencial. “Trabajar con él es un lujo. Con este disco sentíamos que estábamos antes una gran oportunidad. Queríamos ampliar horizontes y desmarcarnos un poco de lo que habíamos hecho en ‘El bueno y el malo’, porque no queríamos hacer una segunda parte de ese álbum. Estamos muy satisfechos con él, por descontado, pero este disco es otra cosa, otro viaje. El propósito con Dan era acentuar nuestras obsesiones y alcanzar otras metas. Conseguir que el sonido nos llevase a otros lugares. De alguna manera, somos unos exploradores”. Y tampoco puedo evitar preguntarles por ese hito que fue actuar en Coachella. “Es increíble que, a veces, la vida te otorgue esa clase de regalos. La verdad es que nunca nos hubiésemos imaginado que podríamos movilizar a tanta gente”. Por último, les pregunto por la mezcla de culturas en su música. Recordemos que son hijos de madre ecuatoriana y padre suizo. “Para nosotros es muy enriquecedor y parte de lo que somos es fruto de esa mezcla. Una mixtura que evoca la pasión latina y el sentido más cerebral de los europeos. Estamos agradecidos porque la raíz de este proyecto surge de esa suma de culturas y de inquietudes”.

 

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