Hablamos con las hermanas Casady -ambas guapísimas- Bianca (Coco) y Sierra (Rosie) poco antes del excelente concierto que ofrecieron el pasado mes de noviembre en la sala barcelonesa de La Paloma junto a Antony –que acaba de firmar uno de los discos del 2005, el inmenso “I Am A Bird Now”-. Mi principal curiosidad es saber, cómo, casi sin quererlo, se han convertido en uno de los grupos de moda dentro del panorama folk underground mundial. ¿Cómo lo llevan? (Sierra) “Creo que nos lo tomamos de forma diferente. Para mí es una completa sorpresa y me sorprende constantemente que la gente entienda a su manera lo que hacemos. Ese es uno de mis grandes sueños: ser capaz de hablar a la gente a través de mi música y la verdad es que no sé si algún día me acostumbraré a eso, es increíble”. (Bianca) “Es una gran sorpresa para mí también. He trabajado en otras disciplinas artísticas, tenía un grupo de amigos artistas con los que me sentía muy a gusto y me respetaban con los que hacía cosas y siempre pensaba que todo eso que creaba no saldría de nuestro pequeño círculo. Porque igual lo que hacíamos era un poco inaccesible, pero estoy muy contenta al ver que hemos hecho algo muy puro y honesto sin la intención de sacarlo a la luz”. La cuestión es que al final se editó y coló en la mayoría de listas de los mejor del año. La culpa de todo la tiene Touch And Go, el sello que apostó primero por ellas. Un disco tan conmovedor y especial como “La Maison De Mon Rêve” debe de tener una historia especial también.
"Era sólo un divertido juego, era algo muy fresco que grabábamos para nosotras" |
Ahí va la leyenda. (Sierra) "Yo estaba estudiando en París y fue una coincidencia que Bianca viniera a verme. Sólo estaba de paso, vino a verme a mi casa para saludarme durante un día, y ese día se convirtió en seis meses. Y la verdad es que fue una verdadera sorpresa”. (Bianca) “Hubo varias etapas entre la creación del disco y su publicación. Nosotras ni lo intentamos. Y un amigo nuestro de Brooklyn nos pidió si queríamos tocar tres canciones en su fiesta de cumpleaños, y fue todo un reto. Le dijimos que sí pero no teníamos ni idea de cómo lo íbamos a hacer. Y nuestro amigo, durante nuestro mini-concierto, llamó al jefe de Touch And Go y nos escuchó a través del teléfono, le gustamos y se ofreció para editarnos un disco. Fue algo inesperado”. Y vaya sorpresa, CocoRosie, que nació como un proyecto casero e íntimo sin motivaciones comerciales, consigue subir a la superficie gracias a su personal mezcla de folk, electrónica casera, guiños a Billie Holliday y espíritu lo-fi. Menos es más, reza el dicho. (Sierra) “Era sólo un divertido juego, era algo muy fresco que grabábamos para nosotras, de una manera muy barata y un sonido muy lo-fi. Nos los pasábamos increíblemente bien y estábamos un montón de horas grabando canciones sin la intención de editarlas". (Bianca) “Empezó como algo divertido y luego se convirtió en una cosa más seria. Pero, a pesar de eso, continuó siendo divertido. Solamente teníamos unos auriculares, así que los partimos por la mitad para compartirlos (risas), y tratábamos de sonar perfectas con ese equipo tan rudimentario. Nos lo tomábamos muy en serio, nos perdíamos en la creación de cada canción, nos tirábamos horas”. Buena culpa de su éxito la tienen la canciones que forman “La Maison De Mon Rêve”, una colección de instantáneas sonoras plagadas de sonidos extraños, percusiones imposibles, arpas y voces agudas y operísticas situadas en Haití, Nueva York, París y Tahití, que hablan sobre un Jesucristo que únicamente las ama a ellas o sobre un viernes perfecto gracias al amor, y que destacan, pese a su belleza, por un poso generalmente amargo. Se lleva la palma la canción que cierra el álbum, un caramelo envenenado titulado “Lyla”, inspirada en parte en la protagonista de la durísima y estupenda película del sueco Lukas Moodysson sobre el mundo de la prostitución de menores titulada “Lilya 4-Ever”. (Bianca) "Sí, es verdad, pero la letra de esa canción es una combinación de cosas que estaban pasando a la vez. Primero leí un artículo sobre el negocio de la prostitución infantil en la Europa de Este y luego vi la película. Además en nuestro vecindario de París hay un montón de jóvenes prostitutas. El personaje de la canción sí que está basado en el del filme, pero el resto pertenece a las otras cosas que he explicado antes. La canción es una especie de nana para ese personaje que es tan joven e inocente".
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