"Hemos tenido muy presente cómo se grababa antes"
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"Hemos tenido muy presente cómo se grababa antes"

Andrés García — 02-06-2014
Fotografía — Archivo

La banda de Zestoa publica este mes su tercer disco, “Animal” (Octubre/Sony, 14), su trabajo más maduro y menos hedonista. Proponen una vuelta a la frescura de su debut, con un sonido más crudo y menos adornado, en un cóctel de rock de corte anglosajón, electrónica retro y guitarras atronadoras.

Lo de la banda Grises es un verdadero maratón. En enero de 2013 publican su segundo trabajo, “No se alarme señora, soy soviético”, y se embarcan en una gira de presentación que se prolonga hasta el pasado mes de febrero. Durante la temporada estival aprovechan el tiempo libre entre bolos para componer los diez temas que darán forma a su último trabajo, “Animal”, un disco que graban entre diciembre y enero, para publicarse este mismo mes; y de nuevo a la carretera. Suma y sigue.
Todo el mundo en el planeta indie sabe que el directo de Grises es sencillamente demoledor, uno de los más divertidos del panorama estatal, pura descarga de energía eléctrica donde el quinteto guipuzcoano acostumbra a darlo todo y a conectar desde el principio con su público. Buscando esa frescura, esa chispa de alegría propia de sus conciertos, la banda de Zestoa ha afrontado la grabación de “Animal”. En este trabajo el grupo comandado por los hermanos Gaztañaga ha dado una vuelta de tuerca a su propuesta para despojarse de lo prescindible y conseguir un resultado “muy de directo. Hemos intentado conseguir el sonido que tenemos en el local cuando ensayamos. La grabación ha sido muy rápida, con muy poco arreglo, hemos buscado las primeras tomas”, confiesa Eñaut Gaztañaga, vocalista, guitarra y productor de Grises. El resultado es el trabajo más ambicioso de la banda, y también el menos hedonista. Con un sonido más crudo y directo, menos adornado y barroco que el segundo, afrontan un giro hacia la frescura inicial que encontráramos en su debut, “El Hombre Bolígrafo”, en la línea de la deriva asumida recientemente por El Columpio Asesino en “Ballenas muertas en San Sebastián”. En “Animal” parten del pop-rock con ascendencia anglosajona y del synth pop presentes en sus trabajos anteriores para elaborar un decálogo de canciones que coquetean con el power pop y el post-punk, que ahondan en la senda de electrónica ochentas con atmósferas vintage y cuya principal novedad radica en el contraste entre los sintetizadores retro y el marcado protagonismo de las guitarras. Si en “Señales” o “En tu mente” los riffs nos dejan momentos atronadores, en “Alienígenas”, el tema más metalero del disco, el resultado es de lo más contundente. Es el antídoto perfecto contra la escucha del disco en modo música de fondo. Grises te agarran por la solapas de la chaqueta, te zarandean y te gritan: ¡Escucha, piensa, disfruta!

Entre los momentos más inolvidables de “Animal” quedan el regusto dub de “Impares”, la reminiscencia dubstep de “Mork”, el regreso al sonido “Wendy” de “Indecisión” o la narración de una ficción en magnífica “Lopan”. Las letras también marcan un punto de inflexión. Resultan aquí menos eufóricas, más maduras, con espacio para abordar la melancolía, el paso del tiempo y el dilema entre seguir los sueños o resignarse a la realidad. “Miras hacia atrás, solo este instante es real… Resucitar al animal se convirtió en mi obsesión… Ayer busqué un hogar y se transformó en mi prisión… Nuestros cerebros están dormidos”. ¿Será la crisis de los treinta?

Si en sus inicios Grises bebían del “misterio” que aportaba la electrónica a la propuesta de Smashing Pumpkins en discos como “Adore”, y después grupos como Glasvegas o Editors, el sonido de “Animal” debe mucho a bandas como Reptile Youth, productores como Flood y Alan Moulder y “a muchos documentales de grupos musicales que hemos visto durante la gira, de Sound City, Foo Fighters. Todo eso nos ha influido en cierta agresividad, en buscar las primeras tomas… Hemos tenido muy presente cómo se grababa antes, la sinceridad que tenían Nirvana…”, confiesa Eñaut, una vez más productor de Grises y responsable de la grabación del disco, que se ha vuelto a realizar en su propio estudio, Gaztain. Asegura que grabar así “tiene muchas ventajas porque puedes probar muchas cosas, tienes todo el tiempo del mundo para hacerlo”. Prueba de ello es haberse permitido el lujo de trasladar medio estudio a un viejo teatro de Zestoa para grabar unas baterías.
Con “Animal”, Grises dam el salto de Origami a una multinacional, Octubre, subsello de Sony que edita a Sidonie o Russian Red. “Con Origami tenemos muy buena relación pero teníamos un contrato para dos discos y surgió la opción de Sony, que nos ofrece una promoción más potente”, explica Gaztañaga.

Grises actuarán en festivals como Polifonik Sound, Ojeando, 101 Sun Festival o Sonorama.

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