PRIMERAS SACUDIDAS
Las siguientes líneas están basadas en la escucha de las siete canciones terminadas de “Evil Heat”. Otro título efectista para el nuevo disco de Primal Scream. Esa es la base con la que Mani (bajo) y Robert Young (guitarra) lidiaron mis preguntas, dieciocho horas después de mi primer contacto con el disco, entre cañas y tapas. Una vez más Bobby Gillespie dejaba a la deriva la promoción de su disco (aún sin título en aquellos momentos) en España, en manos de los citados y del desconcierto y tremendo celo de su compañía (las canciones en secreto y una única escucha para los medios, aunque en Siglo XXI-RNE3, ya sonara el single “Miss Lucifer” insistentemente como primicia nacional). Mi intención era dar toda la importancia que merece a su nuevo trabajo, pero sin Gillespie delante y con tan rácana escucha, no era tarea fácil. Y la cosa quedó tal y como preveía: liviana y sin la profundidad que el acontecimiento merece. Mani me recibe besando el escudo de su camiseta del Manchester mientras se caga en Inglaterra a propósito del Mundial de fútbol. Apuesta por Nigeria. Al mismo tiempo esgrime una enorme jarra de cerveza con movimiento resuelto en busca de un brindis amistoso... Cheers.
“Quién sabe si nuestro próximo disco va contra el jodido Ariel Sharon” |
Robert Young, que va con Irlanda, se interesa más por los calamares y da la impresión de estar deseando volverse a Glasgow cuanto antes. Apenas lleva quince horas en Madrid. Ambos se muestran ilusionados con estas canciones y parecen no tener muy claro cómo quedará finalmente el disco (“Esencialmente irá en la misma línea de lo que ya está grabado”). La escucha me dio muy buenas sensaciones y me empujaba a la idea de que finalmente el disco sería mejor que “Xtrmntr”. Al menos más pop, superando la cima que aquel alcanzó. Ello dependería de las cuatro canciones que faltaban, pero... faltaban. Young, ex-Felt y único miembro de la banda junto a Bobby que ha participado en todos los discos desde “Sonic Flower Groove” (Creation, 87), permanece normalmente en silencio, mientras Mani, ex bajista de The Stone Roses y presente en el line up desde “Vanishing Point” (Creation, 97), lleva la voz cantante, el compromiso, los chascarrillos y la energía. A veces da la impresión de estar siguiendo un guión escrito por otros. Parece que su nuevo disco es menos áspero y agresivo. “Según los momentos de la vida sabemos donde estamos políticamente, dentro de la sociedad y musicalmente. Cada disco refleja el estado de ánimo en el que estamos, tal vez con ´Xtrmntr´ reflejábamos la rabia que teníamos. Ahora estamos más tranquilos, nos hemos divertido haciendo el disco, hacía mucho que no nos divertíamos tanto; la rabia sigue ahí y los mensajes también, si los quieres buscar los encuentras, pero quizás no son tan trasparentes o explícitos como otras veces. Estamos cansados de darnos contra la pared y no avanzar. La música tiene un límite y sólo hasta cierto punto puedes llegar con ella”. Parece entonces que esa esencia combativa casi extenuante de “Xtrmntr” tiene como fin una calmada búsqueda de bienestar tras chocar contra un muro de realidad. Muro que Bobby siempre ha pretendido traspasar como bien demostró en su última actuación en el FIB cuando, tras cortarle la organización el sonido poco después de anunciar que tocarían “Higher Than The Sun”, pedía una respuesta popular, que nunca llegó, quedando en un pequeño y anecdótico arañazo a la pared. La revolución quedaba pospuesta y lejos de producirse sin aviso previo. ¿Desmotiva entonces la desunión entre la música y el efecto que ella puede producir en el cambio de la realidad socio-política? “No es falta de motivación, siempre estamos motivados. La verdad es que desde hace diez años venimos descargando rabia. Sigue apasionándonos la música, pero tal vez ahora tenemos otro enfoque, no pretendemos estar tanto encima de la gente con nuestros mensajes. Quién sabe, igual nuestro próximo disco va contra el jodido Ariel Sharon, dependerá de cómo nos sintamos en ese momento”. Mensaje, política, lucha, pero sobre todo diversión y rock. Porque al fin y al cabo, independientemente del odio mostrado al gobierno americano o asco a cualquier exaltación del espíritu británico, el peso de Primal Scream es más musical que cualquiera de sus querellas (creo que lo saben). Lo conseguido por ellos –elaborar un discurso rock en constante mutación sin doblegarse a ataduras creativas y haciendo del uso de la electrónica mucho más que simple impostura marcada por el signo de los tiempos- es en realidad lo que les han convertido en uno de los grupos más importantes de la música actual. “En realidad desde ´Vanishing Point´ hemos pretendido movernos hacia delante; no hemos pretendido descansar, sobre todo después de la inyección de motivación que supuso ´Xtrmntr´, con la idea de no retroceder en lo que habíamos hecho hasta ahora”. Pues recordemos lo hecho inmediatamente, en pequeños flashes. Escuché siete canciones: Una suena a Kraftwerk, otra a Sigue Sigue Sputnik, otra ya la he oído en otro disco. Recuerdo que me gustó. Recuerdo que pensé que necesitaba volver a escucharlo. De la entrevista recuerdo a un sonriente Mani dejando zanjado el asunto Stone Roses mientras engullía jamón. “Es tan probable que volvamos como que el Manchester gane la copa de Europa. Señor, imposible, señor (en castellano)”. Y dejando claro por qué vuelven al FIB. “Hay mujeres guapas, bebida todo el tiempo y mucho sol”. Tópicos festivaleros para un discurso no demasiado agitador. A la espera del disco.
ALGUNOS RASGOS DEL DIABLO
Finalmente “Evil Heat” saldrá a finales de julio. Será entonces cuando podamos escuchar el disco completo. Mientras, buscamos ubicación con ayuda de Mani y Young. De las siete canciones destacaría varias partes diferenciadas. Por un lado las habituales instrumentales son aquí la adictiva, aunque un tanto larga, “Autobahn 66” (el olor a Kraftwerk es bastante intenso) y “A Scanner Darkly” (muy ochentas), ambas en manos de un Andrew Weatherall que apuesta por la sencillez y limpieza con aire retro, cercano en cierto modo al “Higher Than The Sun” de “Screamadelica”. “Nos gusta mucho como han quedado, la verdad es que Andrew ha estado brillante en ambas. Es un paso adelante, es posible que puedan tener un rollo ochentas, pero nuestra idea es que sean actuales. Es cierto que suenan sencillas pero es porque queremos volver al sonido básico”. La primera pieza del puzzle descoloca, aunque agrada. Sigamos... El primer single será “Miss Lucifer”. “Premeditadamente es la continuación natural de ´Swastika Eyes´, menos combativa pero igual de salvaje”.
“Sabemos dónde estamos políticamente, dentro de la sociedad y musicalmente” |
Menos salvaje pero con parecida efectividad, single en manos de Jagz Kooner que se encargó de la versión menos escuchada de “Swastika Eyes” en “Xtrmntr”, proyecta, eso sí, ese sonido electro-punk cada vez más depurado. “En general en el disco el aspecto punk lo hemos querido llevar a otro nivel. Hemos incluido más elementos electrónicos”. Respecto a esa parte punk, encontramos por un lado “Rise”, un trallazo entre estridente y paranoico que les acerca a los PIL de John Lydon y que en realidad esconde algo más. “Originalmente se titulaba ´Bomb The Pentagon´, pero tras los atentados del 11 de septiembre decidimos cambiarle el título, igual que algunas letras que eran demasiado fuertes”. En ese momento aprovecho para pulsar el icono donde Primal Scream almacenan su odio a Estados Unidos. “No estamos de acuerdo con el atentado, pero, después de él, los Estados Unidos van de
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