Durante la gira de “After Laughter” (2017), el último disco de Paramore, Hayley Williams notó que el nudo que a veces sentía en el pecho empezaba a crecer descontrolado. Había pasado demasiado tiempo intentando ignorar ciertos traumas de la infancia, y de pronto la bola se le atragantó. Acabó la gira como pudo, y al año siguiente escribió un ensayo sobre la depresión y las tendencias suicidas, en el que plasmó sus pensamientos más íntimos. “Regresaba a casa y no sentía ninguna alegría. Eso era muy extraño, porque la música es mi pasión y Paramore es mi primer amor”, confesaba en una de sus líneas más descarnadas. De pronto el pulso creativo volvió a aparecer como forma de terapia, y así es como nació “Petals for Armor”, su primer disco en solitario, producido por Taylor York.
"Mi terapeuta me dijo que empezara a escribir sobre mis sentimientos para no volverme loca, porque mi cabeza estaba empezando a dar vueltas como una lavadora".
El título de tu disco, “pétalos como armadura”, es una bonita metáfora sobre la vulnerabilidad. ¿Cómo se te ocurrió?
Estando en una sesión de terapia, tuve una especie de visión de mí misma, en la que me veía muy, muy sucia, como cubierta de mierda, y había flores que brotaban de mí. Fue una visión muy dolorosa, nada agradable. Muy grotesca. Me asusté, pensé que estaba teniendo una visión de mi propia muerte. Pero entonces me di cuenta de que no era mi muerte, sino el proceso por el que estaba pasando. Me dije, “tía, estás de mierda hasta el cuello, pero de algún modo saldrás de ahí. Te dolerá, te hará vergonzante de ti misma, pero saldrá algo bonito de todo esto". A partir de ahí me di cuenta de que había cosas de mi vida con las que tenía que hacer las paces. Tenía que convertir mis propios dolores, mis propias vulnerabilidades, en armas de cambio, en armas de conexión con otras personas. No para deshacerme de ese dolor transmitiéndoselo a otros, sino para usarlo como forma de conexión. Mi mensaje es que estando unidos para compartir el dolor, lo superamos todo mejor.
La analogía con la crisis del coronavirus está servida.
¡Oh Dios! es una locura. Yo me siento como en una montaña rusa de emociones. Estoy encerrada con mi perro, asistiendo a esta pandemia que nos ha dejado de piedra a todos. Por un lado, saber que lo estamos pasando todos juntos me resulta reconfortante.
En alguna ocasión has comentado que antes de la depresión que te llevó a esas sesiones de terapia, pasaste una época cabreada con todo el mundo. Y que al final descubriste que la rabia estaba intentando decirte que te estaba pasando algo.
En mi vida he perdido mucho tiempo gastando energía en la rabia. No sabía qué hacer con esa energía. Pero cuando pude tomarme el tiempo para analizar hacia donde estaba yendo como persona, descubrí que la rabia sólo sirve si te encauza en el camino correcto. Es como los súper héroes que aún no saben controlar su superpoder recién adquirido. Lleva su tiempo. Primero te da miedo, y después empiezas a controlarlo. Y cuando eso pasa, ocurren cosas maravillosas.
La negación puede ser nuestro peor enemigo.
Totalmente. En ese sentido he sido nefasta, lo he hecho fatal durante años, negándome a mí misma que me estaba pasando algo. Y así no se puede crecer como persona.
Imagino que las canciones que escribió inspirándose en todo esto eran demasiado personales para usarlas con Paramore.
Todo ocurre por una razón. Con los chicos acababa de grabar mi disco favorito de Paramore, “After Laughter", y cuando fuimos de gira me sentí llena de vida. Al final de la gira los tres decidimos volver a casa, tener vida normal, no grabar otro disco ni dar conciertos, ni hacer entrevistas o sesiones de fotos. Sólo ser amigos. A mí, parar la máquina me afectó de forma diferente y entonces vi que tenía que lidiar con mis problemas, parar de negarlos. Mi terapeuta me dijo que empezara a escribir sobre mis sentimientos para no volverme loca, porque mi cabeza estaba empezando a dar vueltas como una lavadora. Y eso hice. En cuanto empecé a escribir, me di cuenta de que estaba yendo hacia atrás, y más hacia atrás, en mi vida. Y cuando termine, dije: “Esto no es un disco de Paramore”. Decidí que yo tenía que contar mi propia historia. Ha sido muy empoderante utilizar mis vulnerabilidades para hacer mi primer disco en solitario, y estoy emocionada por ver hacia dónde me puede llevar esta experiencia en el futuro. A mí, y a Paramore.
"Ha sido muy empoderante utilizar mis vulnerabilidades para hacer mi primer disco en solitario".
Creo que el resultado es para estar satisfecha, tanto en letras como música.
¡Oh, gracias! Estoy sorprendida, impactada cuando escucho comentarios así. Cuando escribí estas letras, al principio no sabía que iban a ser parte de un álbum. Y cuando supe que serían parte de un álbum, no sabía cómo sonaría éste. He tenido ayuda de Taylor, el productor, de Joey, que es un gran compositor… Ha aprendido mucho con este proceso.
El divorcio de tus padres está en los orígenes de tus “dolores”, tus traumas. ¿Tuviste ayuda de alguien en aquel momento?
Era hija única, y mi padre tenía dos hijas de otro matrimonio. Una de mis hermanas se convirtió en una pequeña psicóloga, y me ayudó mucho. Cuando hay comprensión entre hermanos, es de gran ayuda. Parte de la vergüenza, de mi dolor de aquella época, fue una de las cosas que negué durante mucho tiempo. Mucha gente tiene padres divorciados, así que pensaba que no tenía por qué sentir un dolor especial. Por eso sentirme mal por ese motivo era como decepcionarme a mí misma. Hasta hace poco, esa sensación seguía causándome dolor.
El videoclip de “Leave it alone” representa una suerte de metamorfosis. ¿Es un símbolo de tu transformación durante estos últimos meses? ¿O de tu transformación musical en el disco?
Creo que las dos cosas. Siento que he renacido en muchos aspectos. En cómo me percibo a mí misma, en cómo me relaciono con los demás, con mi trabajo… Ha sido un renacimiento, como reimaginarme a mí misma. Esa canción habla de tantas cosas que necesitaba dejar salir… Habla de mi miedo a perder a la gente que quiero, miedo a la muerte. Ese miedo a perder a los que quiero vuelve está completamente conectado con el divorcio de mis padres. Quiero mantener a la gente bien cerca, bajo mis alas.
Hay un rollito bastante Radiohead en el disco, ¿estás de acuerdo?
¡Oh Dios mío! ¿Estoy autorizada a estar de acuerdo en eso? (risas). Me siento halagadísima. No podría compararme con Radiohead en mi vida, ni con ningún disco de los que están haciendo sus miembros por separado, que son increíbles. Me inspiran mucho, “The King of Limbs” es un disco que me ayudó mucho en todo este proceso. Son una enorme influencia. Si alguien me dice que mi música le recuerda a alguno de los músicos a los que adoro, me siento muy honrada.
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