Su primer álbum homónimo lo edita el dinámico sello asturiano Discos Humeantes, que sigue apostando por perlas del underground estatal. Alfonso nos explica las claves de un disco en el que ambos vuelcan toda su experiencia, con resultados que no pasan desapercibidos.
Lo primero: ¿Cómo surge la banda? Ambos tenéis trayectorias muy consolidadas con Lüger y Schwarz.
Efectivamente hemos estado en las bandas que mencionas y nos conocemos del mundo de la farándula desde hace algún tiempo. Con el cese de actividad de los dos grupos, éste era un buen momento para hacer algo juntos. El hecho de vivir en ciudades distintas (Madrid y Murcia) ha supuesto un problema menor de lo que se podría pensar.
Apostáis por un híbrido entre electrónica y "kraut rock" -por poner una etiqueta que habréis oído mucho-. ¿Teníais clara esta dirección musical? ¿A qué retos os habéis enfrentado en la grabación del disco?
La dirección sí estaba clara, pero el sonido lo hemos ido trabajando de una forma intuitiva con la ayuda de una pequeña pero importante cantidad de tecnología. ¿Retos durante la grabación? Ninguno lo bastante grande como para hacer desfallecer a Enrique Borrajeros (teclista de la banda albaceteña Mercromina) y Rubén Suárez (ambos, ingenieros de sonido y productores), los dos titanes con los que hemos contado para esos menesteres.
Al ser un dúo, ¿habéis contado con colaboraciones? Por ejemplo, la batería de "Ropa cara"...
Desde el punto de vista estrictamente musical no las hay, todo está tocado por nosotros. La batería que escuchas en “Ropa cara” (y en bastantes otras canciones) está ejecutada por el maestro Raúl.
¿Cuáles son vuestras fuentes e inspiraciones musicales?
Krautrock, ambient, proto-electronics, synth-pop, prog-rock, dark wave, acid-punk, psych-rock, electro y un par de decenas más de etiquetas chulas.
En temas como "Hacia la Rubedo" escucho sintetizadores analógicos. Ahora que se reivindican tanto, ¿creéis que aportan algo diferente?
Utilizamos tanto equipo analógico como digital, cada uno tiene sus características propias, sus puntos fuertes y débiles. Es cuestión de trabajar armoniosamente con los aparatos, mimarlos para que te den lo mejor. Hay que convencerlos, no vencerlos.
Respecto a las letras, "Ropa cara" parece la más explícita en sentido político...¿qué os motiva a la hora de hacer las letras?
Política y esoterismo, en diferentes cantidades según la canción.
Fasenuova (también en Discos Humeantes) llevan en esto un tiempo, pero ahora es cuando tienen más visibilidad y reconocimiento. ¿Hay algo parecido a una escena en Asturias? ¿Para vosotros, lo natural es estar en Discos Humeantes?
Raúl podría responder mejor a esta pregunta, mi conocimiento de la escena asturiana, si es que existe tal cosa, es muy limitado.
En cuanto a Discos Humeantes, forma parte de una serie de sellos relativamente nuevos que, como Matapadre o Burka for Everybody, tienen una visión de la jugada distinta de los vetustos esquemas de las discográficas tradicionales. Desde ese punto de vista, y no desde el geográfico, para nosotros es natural editar el disco con ellos.
No puedo terminar sin pedirte que me hables de "99 mariachis" y sus más de 10 minutos lisérgicos...
“99 mariachis” fue la última canción que grabamos y lo hicimos en un estudio diferente. No era una canción sencilla de grabar, como prueba el hecho de que hay una versión anterior que descartamos porque quedó realmente chunga. Hacía falta una especie de iluminación para alcanzar el trance, que es el objetivo. Y como en toda canción que busque alterar la consciencia, el minutaje es necesario.
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