Ajenos normalmente a lo que ocurre en territorio sudamericano, el pasado año la música chilena traspasó el Atlántico gracias a nombres como los de Gepe o Javiera Mena. Aunque puestos a cerrar el triángulo de este enjambre pop, el tercer nombre en discordia corresponde a Dënver, un dúo formado por Mariana Montenegro y Milton Mahan que, gracias a su segundo largo, “Música, gramática, gimnasia”, han conseguido fraguar una vasta legión de fans en nuestro país. “Nos ha sorprendido muchísimo la repercusión que hemos tenido. Y cada día que pasa nos sorprendemos más. En mi caso hice el disco para mis amigos, principalmente, y se ha expandido más de lo que teníamos previsto”, afirma Milton. No es para menos: aparte de la radiada “Los adolescentes” (¿alguien dijo “Kids” de MGMT?), el álbum es una ecléctica bacanal pop que bebe tanto de la épica orquestal (“Lo que quieras”) como del patrón de bandas como La Buena Vida (“Cartagena”). Ellos se restan méritos. “Desde que empezamos en 2005 creo que he comprendido con más claridad el trabajo de producción. Ahora me demoro menos en llegar a un sonido. En cuanto a las canciones no sé, nunca he tenido un método para hacerlas, me dejo llevar por la intuición. Es más, hay temas que compongo sin saber si son o no para Dënver”. Esto último viene a raíz de ese otro proyecto en solitario que Milton dirige, Nueva Orleáns, cuyo álbum aún no ha tenido tiempo para meditar como merece. Puestos a buscar culpables de esta “revolución chilena” de la que ellos son participes, ¿qué factores cree que ha llevado a este desembarco? “Supongo que la gente se ha dado cuenta de que lo que se hace en nuestro país no es tan subdesarrollado como se pensaba. O quizás sí, y eso puede que sea medio pintoresco”. Enamorado de Abba (con quien le gustaría que le compararan), Vainica Doble o Carlos Berlanga, Milton no ha tenido reparo alguno en reivindicar, incluso, “Hawai Bombay” de Mecano en sus directos. “Fueron una locura en Chile. Tocaron en el festival de Viña del Mar, lo más mainstream que tenemos y que bordea el mal gusto. Mecano son transversales allá, le gustan a mi madre y a las generaciones más jóvenes”. El tiempo determinará si ellos acaban siendo su versión actualizada.
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