"Ha sido la grabación más agotadora de mi vida"
EntrevistasQueens Of The Stone Age

"Ha sido la grabación más agotadora de mi vida"

Nacho Serrano — 04-07-2013
Fotografía — Archivo

Como si no fuera suficiente con el lustro largo que ha pasado desde su anterior entrega, Queens Of The Stone Age han echado el resto para convertir “...Like Clockwork” (Matador/Popstock, 13) en uno de los más esperados del año. Y no hace falta repetir que la espera ha valido la pena.

Con la ahora infalible técnica del cuentagotas (ideal para la era Internet), se han ido lanzando de forma paralela los anuncios de colaboradores estrella, los micro-adelantos misteriosos, los teasers de videoclips… hasta que medio mundo ha acabado preguntándose qué demonios habría hecho el bueno de Josh Homme esta vez. Al otro lado del teléfono saluda uno de los tipos que más respeto nos imponen a los periodistas, que como todo hijo de vecino nos dejamos impresionar por esa pose altiva de las fotos promocionales. Y qué coño, por su manera de combinar cerebro y músculo al crear música. Como era de esperar, todo eso se desvanece enseguida. En cuanto preguntamos qué tal lleva lo de separarse de su mujer y sus hijos cuando toca volver al tajo, aparece un sensato padre de familia que se dedica a la música, nada más. “Tío, despedirme de ellos cada vez que me voy de viaje es lo más difícil que he tenido que hacer en mi vida. Intento que vengan a verme todo lo que pueden”. La buena pinta que adquiere la entrevista espolea un comentario acerca de una reciente declaración suya: “La gente me ve como a un tipo antipático y autoritario, un dictador”. Homme se descojona. “Lo que quería decir en realidad es que los periodistas me presentan de ese modo. Y me parece tan estúpido, tan alejado de la realidad… Especialmente de la realidad del grupo, donde todas las decisiones se toman por consenso. Cuidamos mucho cómo nos hablamos, la manera de decirnos las cosas con respeto. Todos los que tocan en Queens son veteranos en esto de la música, y ninguno está dispuesto a dejarse llevar por dinámicas estúpidas”. Por lo que Homme nos cuenta a modo de introducción sobre “…Like Clockwork”, comprendemos que no exagera cuando dice que sin un equipo así de profesional, un disco como este “se hubiera quedado a medio hacer”, en un cajón. “Me siento muy agradecido por el hecho de que la grabación de este disco se haya terminado”, exclama el cantante y guitarrista. “Definitivamente ha sido la grabación más agotadora de mi vida. Terminar este disco”, dice haciendo un juego de palabras, “ha sido una liberación en todos los sentidos” (liberación en inglés se dice release, que también significa publicación). Aunque Homme quiere puntualizar que no se está “quejando”, que sólo está “contando la verdad de cómo fue”, su discurso resulta algo preocupante así que seguimos preguntando por tan tormentosa grabación, que aparentemente no funcionó precisamente como un reloj. “Para empezar, el grupo tomó la decisión de dejar marchar a Joey (Castillo, con el que llevaban una década). Fue un suceso bastante duro, fue muy difícil afrontarlo… un día estoy tocando con Joey y al día siguiente con Dave (Grohl) y al siguiente con Jon (Theodore, ex The Mars Volta). La grabación se estaba convirtiendo en una montaña rusa. Son muchas subidas y bajadas en tan pocos días. Fue un proceso interesante, pero creaba cierta confusión”.

Por si no hubiese suficiente, esta vez los textos se le resistían. “Llegué a ponerme un poco nervioso con el tema de las letras. Cuando escribí las de Them Crooked Vultures ya noté que a ratos me costaba más de la cuenta. Las siguientes letras han sido las de este disco, y dar con lo que quería me resultaba difícil todo el puto rato. Disfrutaba el proceso, pero avanzaba con mucha dificultad. Se me han quitado las ganas de volver a hacer un disco con letras como estas, la próxima vez todo será más ligero (risas)”. Lo de las letras, de todos modos, no era para menos. “Durante el año previo a la grabación me ocurrieron muchas cosas, y escribir sobre ellas me ayudó, de alguna manera, a romper con ellas, a cerrar esos asuntos. Las cosas de las que hablo en el disco son realmente recientes”, explica Homme. La composición arrancó durante una etapa especialmente dura, cuando pasó hospitalizado varios meses tras volver desde el otro barrio, literalmente. Una simple operación de rodilla salió mal, y la vida abandonó su cuerpo durante unos instantes. Así lo describe: “Terrorífico, pero es lo mejor que me ha pasado en mi vida. Nunca he aprendido tanto de ninguna experiencia, acerca de lo importante que es la gente que te rodea. Son mucho más importantes de lo que tú mismo crees que eres. Estoy realmente agradecido por haber muerto y haber regresado para vivir. Ahora estoy aquí para vivir mucho más intensamente”. Las secuelas le obligaron a tener paciencia para recuperarse completamente, de ahí “uno de los sentidos que puede tener” el título“…Like Clockwork”,: “no dejaba de mirar el reloj, viendo cómo pasaban las horas, los días, las semanas… Había mucho tiempo para pensar. Es irónico, pero la sensación acaba convirtiéndose en una especie de mantra”. Pero, como si fuera una película que creías terminada, el “making of” de “…Like Clockwork”, aún tenía más para el final. “Las complicaciones no acabaron ahí, ni mucho menos”, dice Homme. “La producción también fue difícil porque de pronto me vi enfrentándome a mi peor miedo como productor: obsesionarme con la perfección. Sentía la tentación de ‘arreglar’ las cosas constantemente, hasta que me paré a reflexionar. Siempre he querido presentar las canciones en su estado primigenio, con sus errores naturales, sus cicatrices, con el amateurismo que guardamos en nuestro interior todos los músicos. Eso es lo real, lo que nos retrata de verdad, y para mí lo perfecto es lo real. Tuve que recordármelo para poder terminar la producción. En eso me ayudó mucho Mark Rankin, que lo desnuda todo, para él la perfección es un concepto ridículo. Es el que grabó ‘Rolling In The Deep’ de Adele. Y lo que estás oyendo ¡es una puta demo! Rick Rubin intentó mejorarla y no pudo”.

Del resultado, Homme sólo desea que sea algo nuevo para nosotros. “De mí se espera que intente hacer algo nuevo en cada disco. Si me hubiera repetido en este álbum, se consideraría un fracaso. A veces me preocupa ir demasiado lejos, hacer algo ininteligible y que los fans se cabreen. Pero es un miedo necesario, hay que pasar por él, si no es que estás acomodado y estancado. Recuerdo que en la época de ‘Songs For The Deaf’ nuestra compañía de discos no paraba de repetirnos: ‘Sólo seguid haciendo esto, lo mismo, venderemos mucho’. Yo sólo les contestaba: ‘Creo que no sabéis con quién habláis, simplemente no puedo hacerlo’. Los hombres de negocios aparentan saber de lo que hablan, pero no tienen ni puta idea de música”.

Josh y sus amigos

Y es que las colaboraciones de “…Like Clockwork” no tienen desperdicio. A lo largo del minutaje nos encontraremos con gente como Elton John, Trent Reznor, Dave Grohl, Jake Shears, Mark Lanegan, Nick Oliveri, Alex Turner…
“Como la grabación se estaba poniendo tan complicada, decidí contar con una pequeña ayuda de mis amigos, parafraseando a The Beatles. Les llamé para tomarme unas vacaciones mentales, para relajarme y disfrutar. Hay muchos, pero el álbum suena a QOTSA porque no somos un grupo de hip-hop con ‘features’. Es difícil detectar dónde colabora cada uno, y lo prefiero así porque, quiero ser honesto si me lo permites… Las colaboraciones estaban ahí para divertirme a mí, a Dean, a Troy y a Mickey, no a los fans. No queríamos hacer una exhibición de amistades, sólo que nos echaran una mano con algo que se nos puso cuesta arriba. El más efectivo fue Elton John, un verdadero queen
(risas, frente al juego de palabras). Llegó un momento en el que necesitábamos ayuda desesperadamente. Teníamos los ánimos por los suelos, estábamos a punto de tener verdadero mal rollo entre nosotros. Y cuando llegó fue como si nos golpeara un hombre-bala”.

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