"Lo que piense el público está fuera de mi control"
EntrevistasGuineu

"Lo que piense el público está fuera de mi control"

Patricia Castellar Mesquida — 08-03-2023
Fotografía — Archivo

En apenas cuatro años, Aida Giménez, o mejor dicho Guineu, ha dado muchos pasos adelante sin dar uno atrás. El camino la ha llevado hasta “Una sacsejada” (Propaganda Pel Fet!; 23), su segundo larga duración y el que ahora está presentando también en directo.

Podrás verla en Lleida (10 marzo, Café del Teatre), L’Hospitalet de Llobregat (11 marzo, Salamandra; dentro del Let’s Festival) y Barcelona (18 marzo, Sala Vol).

En 2018, apareció en la escena musical catalana un nuevo proyecto bajo el pseudónimo de Guineu. De acuerdo con el nombre de su proyecto –“zorra” en catalán–, la artista originaria de Terrassa se presentó con una máscara de zorro en sus primeros vídeos, aunque “lo de la máscara duró muy poco. En un principio me daba vergüenza mostrarme, también por mi pasado”. Y es que Aida Giménez no se inició en el mundo de la música con Guineu sino que en 2013, a sus diecisiete años, la artista había comenzado como Aida Sstrings. Se ríe cuando escucha el nombre y lo recuerda con ternura. “Al final Aida Sstrings es como cuando ves una foto de cuando eras pequeña”. En este sentido, recalca que ese proyecto inicial murió. Sin embargo, a pesar de que Aida Sstrings “era una persona muy joven con poquísimas referencias en ese momento, y con muy poco mundo”, la artista reflexiona sobre algunos dejes que se han mantenido de esa primeriza en Guineu: “Por lo que respecta a las melodías y la capacidad de crearlas, sigue siendo la misma”, apunta. “Incluso podría tomar una canción de ese proyecto, transformarla con lo que estoy haciendo ahora y podría colar”.

“Mis canciones las llevo a diferentes situaciones, pero todas acaban yendo al cuestionarme ciertas decisiones”

Entre aquello y Guineu pasaron cinco años a lo largo de los que la artista empezó a discernir poco a poco cuáles eran sus verdaderas inquietudes, y qué tipo de proyecto quería impulsar. Durante un período, “no estaba en ningún proyecto en serio, a veces tocaba con Bye Bye Pedro, un grupo punky de Olesa”. Fue progresivamente, a la que empezó a recopilar canciones de producción propia, cuando “ya empecé a plantearme hacer algo mucho más mío y fue cuando nació Guineu”.

La artista autodefine Guineu como “indie power pop con melodías ‘cuqui’ y tendencia ‘trash’”. Al preguntarle sobre el significado de la etiqueta “cuquitrash”, se sincera. “La etiqueta de indie o pop es tan grande que al final me lo inventé y se quedó así”. Profundizando un poco más, la artista vincula la parte “cuqui” a la parte de las melodías que “son un poco como una intro del anime de Sakura pero modernizadas”. La parte “trash” vendría a ser el contenido de las letras. “Suelen ser muy negativas, muy Alex Ubago”. De hecho, la melodía parece camuflar ese mensaje negativo. “Si tú escuchas la canción y no sabes de qué habla, quizá pienses que estoy hablando de cosas ‘cuquis’”. Lo “cuqui” y lo “trash”, una dicotomía que extrapola también para definirse a sí misma, como Aida Giménez. “Yo creo que personalmente soy más ‘trash’, pero a los ojos de los demás creo que soy más ‘cuqui’”.

En cuanto al nombre de Guineu, no fue una decisión aleatoria como pueda parecer desde fuera, sino que viene “de una connotación mucho más chunga”. Previamente a su proyecto actual, la artista de Terrassa participó en una banda “en castellano, así del rollo de la movida madrileña”. Aida era la cantante del grupo, pero “no era un proyecto mío personal”. En varias ocasiones, durante sesiones de fotos promocionales, “querían que me pusiera delante, más provocativa, más guarrona”. A modo de respuesta, la cantante le dio la vuelta al término, haciéndolo suyo. “No sabía qué nombre ponerme y dije ‘¿Quieres que sea una zorra? Pues mira, pues voy a ser una zorra porque quiero’”. Y decidió usar la palabra y llamar así a esta nueva aventura, pero en catalán. “Guineu mola porque no suena nada como en castellano y me hizo gracia jugar con eso”.

Después de un álbum debut en 2021, “Forats Negres”, ahora ha estrenado su segundo proyecto, “Una sacsejada” (Propaganda Pel Fet!; 23), un disco muy personal, hasta terapéutico, en el que se ha permitido también desarrollar un sonido con una mayor presencia electrónica. “Ahora me estoy reflejando mucho en grupos tipo Alvvays, incluso un poco el aura de Beach House, por eso tiene más electrónica este disco”. De hecho, la artista escogió “Vull sortir i no puc”, la canción más electrónica de todas, como adelanto porque “ya que era la primera pincelada, quería enseñar algo nuevo”. El resto de temas mantienen, todavía, una esencia similar a la de “Forats Negres”, “porque en las demás hay más guitarra, más contundencia”. Pero adelantando “Vull sortir i no puc”, nos transmitió ese aire de novedad que buscaba, dando protagonismo a “una canción que quizás hubiera pasado desapercibida en el disco porque es de las más distintas”. Fue la elegida también por ser “la más representativa de las letras y temas del disco”. Y es que, los títulos de “Una sacsejada”, como pueden ser también “No ho supero”, “No sé” o “Què em passa? No sé que faig?” confluyen en esa incerteza o negatividad de las que la propia Guineu es consciente. Al leerle los títulos en voz alta, se ríe. “¿Estás bien, niña? [risas]”, ironiza hablándose a sí misma. En cierta manera, el álbum pretende materializar en canciones la frustración que provoca la eterna esclavitud a la obsesión del “¿y sí?”. “Mis canciones hablan de esto. Las llevo a diferentes situaciones, pero todas acaban yendo al cuestionarme ciertas decisiones”. De ahí esos títulos. Guineu hace referencia a un verso cantado por Manel que dice: “La vida que nos hemos perdido simplemente no existe”, una frase que la artista reconoce repetirse a si misma periódicamente. De hecho, Guineu reconoce que, para ella, “Una sacsejada” ha formado parte de un proceso terapéutico individual. El nombre del álbum viene del impacto que tuvo en ella volver a escuchar las canciones que lo componen, escuchar sus letras y percibir su propio dolor. Lo describe como una especie de despertar: “pasó cierto tiempo y volví a escuchar las demos y fue el día que puse el título en el disco”. “Una sacsejada”, una sacudida en el sentido más personal. “Fue como una hostia en toda la cara, en plan: ‘Joder, estoy jodida’. Llamé a mi terapeuta [ríe]. No es broma, eh, y empecé terapia”. Y prosigue: “Es raro porque pienso que a mí me ha impactado este disco, pero no sé si la gente pensará que soy una drama o que es un mensaje vacío porque no les llega. Supongo que he de vivir con esto porque lo que piense el público está fuera de mi control”.

 

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