El irlandés Grian Chatten necesitaba dar salida a unas composiciones alejadas de la electricidad urgente y visceral de su banda. Instrumentos acústicos, atmósferas oníricas y ritmos electrónicos sutiles arropan unos textos más personales si cabe.
El resultado es de un clasicismo con toques modernos y por supuesto irlandeses, en el que tiene mucho que ver el toque cómplice del experto productor Dan Carey. Llamamos a Londres a un cordial Grian para que nos cuente más. La eterna conexión entre Irlanda y España sale a relucir, así como la rara y preciosa complicidad con su sello Partisan y el refinado estilo vocal de Chet Baker.
He hablado tres veces con Carlos (O´Connell, uno de los guitarristas de Fontaines D.C.), pero es la primera vez que lo hago contigo.
Pues te compadezco…(bromea).
Ja ja ja, en serio, ¿de dónde ha salido el impulso para hacer un disco en solitario?
Se me ocurrió cuando tuve una idea para una canción que acabaría en el disco, “Bob´s Casino”, un día mientras estaba contemplando el mar en Dublín. Me llegó como una cosa cerrada, y no quería pedir a los otros chicos del grupo que tocaran exactamente lo que quería, sino hacerlo yo mismo.
También me parece que hoy en día, por cómo está la industria, lleva tanto tiempo hacer un disco, por los plazos que se manejan en cuanto a la producción, los arreglos y el prensado (de los vinilos), que necesito estar en dos proyectos a la vez.
“Me habría dado un poco de vergüenza presentar estas canciones al grupo, son más personales”
Obviamente, es un álbum muy personal, con una mezcla interesante de instrumentos acústicos y electrónica…¿Cuál fue la inspiración musicalmente?
Creo que gran parte vino del primer tema, “The Score”. Al principio sonaba mucho a Leonard Cohen, y le fuimos quitando cosas esencialmente para que no sonora a una especie de imitación, sino a una canción que hubiera surgido en un casino. Crecí en una ciudad costera pequeña con casino, y siempre me han gustado los ruidillos y sonidos asociados a las máquinas que oí durante los ochenta y noventa. Quería que todas las canciones parecieran como generadas por esas máquinas, en lugar de sonar a imitaciones de Leonard Cohen.
Entonces, ¿cómo elegiste la instrumentación de cada tema?
Llamé a Dan Carey, es el cuarto disco que hago con él. En cuanto a la composición, yo hice los arreglos de cuerda y vientos en las canciones que los tienen. Grabamos todo en diez días entre dos giras de Fontaines. No sé si lo has leído, pero una buena parte la compuse en España. Algunas canciones, en Madrid. Siempre me ha parecido un lugar muy inspirador para componer. Creo que fue el primer sitio al que fui solo con mis amigos, sin familia ni nada por el estilo. Fue el primer lugar al que fui con libertad total. Madrid siempre ha tenido algo especial para mí.
Qué curioso.
De hecho, me compré una guitarra una en una tienda de Madrid. No recuerdo el nombre, pero es bastante famosa. Volví con ella y compuse “Fairlies”, “All Of The People”…gran parte del álbum.
Pasando a los textos, es evidente que pones mucho cuidado en tus letras. ¿Cómo de diferente a sido el proceso de escribirlas en relación a los discos con el grupo?
Bueno, una de las cosas que pasaron es que como sabía que eran para un disco en solitario, se hicieron más íntimas y personales. Por ejemplo, la de “All Of The People”. Los sentimientos que expreso en temas como ése son sencillos, un poco ingenuos. Me habría dado un poco de vergüenza sacar las canciones y decirles a los demás: “Vamos a sacar esta canción, así es como suena”. Creo que una parte de querer sacar un disco en solitario es precisamente expresar estas cosas y seguir adelante.
¿Qué me cuentas de “Season Of Pain”, la última? Es mi favorita.
Oh, gracias. A mí también me gusta. Es probable que la compusiera con la guitarra que compré en Madrid. Hice unas cuantas cuando estaba tocando con la banda, si no me equivoco, al final de la última gira. Por aquel entonces las cosas se pusieron un poco demasiado oscuras e intensas para todos. Esa canción es muy personal, va de cortar con una persona a la que quieres mucho, pero que no te conviene. Es como “amputarte” una amistad.
Tu voz destaca para bien. ¿Pusiste especial empeño en las interpretaciones vocales?
Sí, no cabe duda de que tuve que trabajar los estilos, porque hay varios a lo largo del disco. Está el estilo a lo Nick Cave, pero desde niño siempre quise cantar como Chet Baker. ¿Le conoces?
Claro, el cantante y trompetista de jazz.
Exacto. Pues se trataba de concentrarme en la nota, en la calidad de la nota, sin cantar demasiado alto ni nada parecido. Y alargarla todo lo que pudiera. Lo hice en “The Score”. Y esa práctica, en cierto modo, hizo que algunas de las líneas fueran un poco más largas en esa canción.
“No he querido sonar como un simple imitador de Leonard Cohen”
Nunca has escondido las influencias irlandesas, todo lo contrario. Me pregunto si en este disco querías que fueran aún más evidentes, como en “Salt Throwers Off A Truck”.
Sí, quizá. Pero me parece que ésa está más inspirada por el musical “Sweeney Todd”, no sé muy bien por qué… Tiene ese sentimiento de bajar por una calle de adoquines con una canción en la cabeza, un poco trivial...el título provisional era “Sweeney”. Quería que sonara como que pasa de Dublín a Nueva York y después Londres. La última estrofa la inspiró la muerte de mi abuelo. Quise usar todas estas situaciones para crear una sensación de una vida completa alrededor del mundo, en distintas etapas.
Antes mencionaste a Leonard Cohen y Nick Cave. ¿Qué peso tienen este tipo de artistas clásicos en tu manera de entender la música?
Bastante grande. Pero en este disco he querido tener la cantidad justa de clasicismo y modernidad. Mi novia es muy buena a la hora de sacarme de mis gustos más antiguos, también con la literatura. Está empeñada en que me gusten cosas que se hacen hoy, y probablemente eso sea bueno. Sin su influencia no habría modernizado el disco, por decirlo de algún modo, con sonidos electrónicos.
¿Qué hace tan especial a Dan Carey para que hayas vuelto a trabajar con él?
Creo que es capaz de ver muy, muy rápido la esencia de lo que intentas conseguir. En un sentido casi espiritual. Creo que lo ha vuelto a hacer con su toque genial, en el sentido de que el álbum entero suena muy brillante. Yo no entendía al principio a dónde quería ir, hasta que comprendí que le estaba dando a todo el disco una pátina fantástica, casi una especie de falsedad surrealista. Es como cuando vas a ver una película y los colores están un poco realzados. Sucede, por ejemplos, con las películas de Almodóvar: los colores en todas sus películas tienen ese aspecto onírico. Pues creo que Dan ha realzado los colores del disco, haciendo que prácticamente parezca un sueño.
Desde luego suena muy diferente a los tres discos del grupo. Las canciones tienen, además, una variedad de tonos bastante pronunciada. ¿Querías no quedarte en el mismo estado de ánimo?
Creo que sí. Siempre he sido una persona más de discos completos que de singles. Y quizá la cohesión de los discos de Fontaines haga que se pierda eso. Hay variedad, pero tienen una coherencia mucho mayor que este disco. Quizá ha sido un experimento ver si canciones tan distintas podían coexistir de forma armónica.
Por cierto, el LP sale también a través del sello Partisan. ¿Cuál es tu relación con ellos?
Es alucinante. O sea, les debemos mucho. Estuvieron dispuestos a ayudarnos en los malos tiempos; por ejemplo, durante la pandemia o cuando decidimos regrabar nuestro segundo disco (“A Hero´s Death”). Fueron muy comprensivos. He hablado con amigos que están en sellos más grandes y les da mucha envidia que no interfieran para nada. Especialmente con “Skinty Fia”: se lo entregamos sin más. Nos dieron el OK y lo sacaron.
Uno tiende a pensar que esto es lo normal, pero resulta que no.
Así es. Por desgracia. Si te soy sincero, no conozco demasiado el mundo de los grandes sellos. Pero sé de bandas que han tenido que componer tres veces su disco.
¿De verdad?
Sí, no me jodas. ¿Te puedes imaginar cómo eso destruye tu relación con la composición?
Y tu ego artístico.
Exacto. Va totalmente en contra de lo que hacías cuando eras un chaval. Yo asocio la composición de canciones con la libertad. Y gracias a Partisan puedo seguir disfrutándola.
Pasando a los vídeos: has hecho dos cosas completamente diferentes: uno contigo en una especie de feria y otro de animación. Lo de las ferias es un clásico.
Sí, el de la feria lo hizo mi novia y prometida, que se llama Georgie (Jesson). No tenemos mucho presupuesto para vídeos y esas cosas con este disco, así que nos salió por 90 libras. Fuimos en tren a una feria y le pedimos prestada una cámara pequeña a su hermano. Grabó un montón de material y luego se lo mandó a un editor. Como era la primera canción que salía, se trataba de presentar el mundo del disco con un cierto estado de ánimo, un sentimiento. Con el segundo, “Fairlies”, habíamos rodado uno que no quedó bien del todo. Tenía que ser un poco fantástico, con esos elementos surrealistas que produce la memoria.
¿Tienes planes para presentar estas canciones en directo?
Bueno, no los tenía inicialmente. He hecho una actuación para televisión con banda completa, pero no te puedo dar detalles porque aún no se ha anunciado. El plan inicial propuesto por mi management y el sello era que me tomara un descanso. Supongo que sacar un disco en solitario no es el mejor modo de tomarte un descanso…pero de todas formas, ahora que tengo un poco más de energía me gustaría tocarlo.
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