Canciones directas de punk rock con mensaje y, sobre todo, con energía. Esta vez además lo estarán presentando en dos fechas españolas en los festivales O Son Do Camiño (30 mayo, Santiago de Compostela) y Road To Río Babel (1 junio, Madrid).
Pides un día sin sueldo en el trabajo, subes a un avión hacia Londres que va con retraso, alguien te derrama un potito de zanahoria sobre tu pantalón blanco. Uno de los músicos está enfermo y no asistirá a la entrevista. Ok. Aterrizas. Vas corriendo a por el tren. Vas corriendo a por el metro. Llegas a un hotel de esos que se dirían fancy y te predispones a escuchar el nuevo disco del grupo. ¡Ah! Por cierto, el cantante se encuentra indispuesto y tampoco podrá atenderte. Los altavoces no funcionan. Lo escuchas como puedes a través de un móvil, después en un ordenador que suena a lata y tomas notas con un bolígrafo al que se le acaba la tinta. Pero no pasa nada. No pasa nada porque la música tiene esa capacidad de emocionarte y hay ciertos grupos que llevas grabados a fuego bajo la piel de la memoria. Así que buscas corriendo otro boli y escuchas el nuevo disco de Green Day. Al final consigues sacar adelante una entrevista en dos partes en la que tienes la oportunidad de compartir puntos de vista con, ahora sí, Billie Joe Armstrong, Mike Dirnt y Tré Cool.
“Creo que con este disco avanzamos musicalmente"
Si desgranamos con atención la playlist que los propios Green Day ha publicado en Spotify podríamos dibujar paralelismos con la carrera de los californianos. Más de tres décadas en las que se han forjado himnos generacionales y baladas que expanden el radio de influencia del grupo. También temas que pasaron sin pena ni gloria, joyas escondidas o inventos que no tuvieron el éxito esperado. Ahí están “Boulevard Of Broken Dreams”, “Holiday” o “American idiot”. También “Brain Stew” o “Basket Case”, aunque estos formen parte de otra liga. Y en esa misma línea se encaminan los cuarenta y seis minutos de “Saviors”. ¿El resumen de toda una vida?
“Amo el punk rock. Lo escucho cada día, ya sea a través de nuevos grupos o bandas como Ramones”, contesta Billie Joe Armstrong al otro lado de la pantalla y prosigue: “Está en nuestro ADN, así que canciones como ‘Look Ma, No Brains!’ nos vienen de manera natural. En cierta medida me recuerda a canciones muy antiguas. El punk no se puede forzar, tienes que esperar a que llegue la inspiración”. Y no es la única. “Goodnight Adeline” o “Father To A son” bien podrían ser el equivalente de “21 Guns” o “Wake Me Up…”. De hecho, esa misma reflexión la hizo Mike Dirnt, bajista de la formación, en nuestro cara a cara londinense, justo después de pedir perdón bromeando por no ser Billie Joe. Sentado cómodamente en un sofá tan elegante como caro, reconocía el potencial de esas baladas y la importancia de explorar sonoridades nuevas para el grupo, llegándose incluso a “sorprender” tras crear temas como “Corvette Summer” o “Suzie Chapstick”, la que podría ser la más prescindible del álbum. “Creo que con este disco avanzamos musicalmente, pero utilizando la gasolina que tenemos en nuestro depósito de toda la experiencia anterior y sí, mirando también a nuestros discos en busca de inspiración”, puntualiza Tré Cool, batería del grupo. Así que en parte se entiende que desde su entorno lo describan como la quintaesencia de un disco de Green Day. “Habíamos explorado y arriesgado mucho más en ‘Father Of All Motherfuckers’ (20), reflexiona Mike Dirnt. “Queremos hacer discos que no estén muertos, que sean incómodos y que pongan a prueba a los fans y a nosotros mismos”, añade Armstrong. Ese fue un álbum que no cosechó buenas críticas en general y del que muchos esperaban cierta beligerancia política en la era Trump –como fue el caso del aclamado “American Idiot” (04) en la época de Bush. Sin embargo, años después, la banda al completo confiesa que no sentían que fuera el ambiente correcto para crear música reivindicativa. “Ahora la perspectiva es mucho más profunda”, asegura Dirnt. Con una hija recién graduada en la universidad y siendo todos padres en general, hablan de lo que pueden esperar los jóvenes hoy en día. Y es que analizando las letras de las canciones al vuelo, conceptos como el miedo, el aislamiento o el hacerse preguntas, flotan sobre melodías soleadas de punk-rock californiano, como en “1981” o “Comma City”. “A eso lo llamo yo la identidad de los discos”, explica Billie Joe y prosigue: “En 2018 escribimos ‘The American Dream Is Killing Me’ y era una muy buena demo. Pero no queríamos publicarla en ‘Father Of All Motherfuckers’ porque tomamos una decisión consciente de no ser políticos en ese disco. Ahora es natural para nosotros que en ‘Saviors’ seamos algo que ya fuimos: comentadores sociales. Así que teniendo temas como ‘Strange Days Are Here To Stay’ o ‘Living In The 20’s’, tenía todo el sentido del mundo recuperar ‘The American Dream…’. Podemos escribir estas letras después de unos cinco años para digerir todo lo que ha pasado en América y el conflicto y la división en la que vivimos”, sentencia.
“Pienso en una palabra para describir la letra de ‘Strange Days…’ y la primera que se me viene a la mente es: absurdo”, confiesa el bajista del trío. “Y es absurdo porque bebe de ese sentido del humor que surge de todo el bombardeo de información constante. Hay una frase que dice: “Everyone is racist / and that Uber is running late” (Todo el mundo es racista / y el Uber llega tarde) y estás hablando de dos cosas completamente distintas y es un poco lo surrealista del mundo en el que vivimos. O en ‘Dilemma’, donde se habla de la adicción, de los problemas de salud mental. Pero la canción, escrita de esa manera en clave mayor y con esa melodía, está hecha para ser coreada al unísono. Y la gente se puede identificar con ella y creo que esa es la luz al final del túnel; el tipo de música que puede cambiar el mundo y la vida de la gente. O al menos en mí han tenido ese efecto [ese tipo de canciones en general] y por eso queríamos devolver el favor”, relata Dirnt.
"Venimos de familias de clase trabajadora y creo que eso empapa la música que hacemos"
En el momento de escribir estas líneas, de “Saviors” solo se habían dado a conocer tres canciones del que será el decimocuarto disco de estudio de los californianos. Grabado entre Los Ángeles y Londres, ha sido de nuevo producido por Rob Cavallo, la mano detrás de “Dookie” (94) y “American Idiot”, entre muchos otros más. “Puede que Rob sea un alto ejecutivo, pero para nosotros sigue siendo Rob”, confiesa Mike Dirnt y prosigue: “Nos hicimos famosos juntos y siempre tendrá un lugar especial entre nosotros. Reconocemos su gran talento; su habilidad por querer aprender constantemente. Tendrías que ver todo el equipo que tiene en el estudio y el hecho de haber contado de nuevo con él hace que nos quitemos la presión de tener que producirnos nosotros mismos y nos podamos centrar en ser músicos. Y eso nos empuja a tocar mejor”. El resultado de estas nuevas sesiones juntos son quince canciones en las que hay guiños autorreferenciales, comentario social, skate parks, cierto grado de exploración y punk-rock 2.0. Melodías soleadas, rápidas y afiladas; medios tiempos y baladas escritas para ser coreadas en estadios y sonar más allá de tu radio indie de confianza. Hay ecos a The Presidents Of The United States, a The Hives, algún amago cercano al Britpop o escaladas de tintes épicos a lo The Who; algo que hace sonreír a Mike Dirnt cuando se lo menciono (“¡Exactamente!”).
2024 será un año clave en el calendario de Billie Joe Armstrong, Mike Dirnt y Tré Cool. Un año en el que publican su nuevo disco, pero en el que también celebrarán los aniversarios de su masterpiece “Dookie” y de “American Idiot”. Dos –¡incluso tres!– líneas del tiempo en el que vivir. Billie Joe Armstrong lo tiene claro. “Los aniversarios se acercaban mientras hacíamos ‘Saviors’ al mismo tiempo y veías cómo todo se alineaba. Queríamos celebrarlo; celebrar todo lo que hemos hecho. Así que tocábamos en directo algunas canciones más de ‘Idiot’ o de ‘Dookie’. Y al mismo tiempo estábamos super emocionados con el nuevo disco, el cual consideramos que es el mejor que hemos hecho. Así que es de locos, haces malabares para encajarlo todo”. Aprovechemos pues para hablar de la completísima edición del treinta aniversario de “Dookie”, con un precio poco punk-friendly. “A lo largo de los años, te das cuenta de que si vives lo suficiente, vas a pisar alguna mierda. Y tienes que aprender a recoger tu propia mierda y apesta. Y vas a tener también que aprender a tapar el olor”, filosofa Tré Cool. “Y es por eso que el box-set del ‘Dookie’, contiene bolsas de recoger excrementos y ambientador”, puntualiza Mike Dirnt y prosigue: “Queríamos que el packaging fuera divertido y con un punto de broma. Refleja un poco ese momento en el que veníamos con una actitud irreverente básicamente sobre todo en general. A ver, a día de hoy seguimos haciendo broma, contando chistes malos y aún así, nos hacemos reír los unos a los otros”. Pese a lo absurdo de (casi) todo, los tres insisten en la seriedad de la música, en cuanto a calidad y esfuerzo. “Puede ser que la música se haya hecho algo más seria y de ahí también que haya un mayor éxito detrás. Queremos ser exitosos. Pero venimos de familias de clase trabajadora y creo que eso empapa la música que hacemos. Porque trabajamos muy duro para componer estos discos: somos pacientes y muy perfeccionistas”, asegura el músico.
"Veníamos a España y nos quedamos en casa de gente maravillosa en Zaragoza"
“En ese tiempo del que habla Mike viajábamos en furgoneta y no había Starbucks ni cafeterías en las que pudieras ir al baño. Así que nos pasábamos buena parte del tour y gastábamos nuestra energía buscando sitios en los que poder cagar”, recuerda Tré Cool. “Liquid dookie” es lo que se llamaría una especie de diarrea explosiva y el disco fue llamado así porque durante las giras anteriores, como tan explícitamente ha recordado el batería, pasaban mucho tiempo buscando un baño, ya que solían sufrir de este tipo de descomposición estomacal por la mala calidad de la comida que tomaban de gira. “Estábamos obsesionados con ‘dookie’ en esa época”, añade Tré Cool. Soy incapaz de saber si se refiere a la gestación del disco o a lo escatológico del tema, imaginándome a tres veinteañeros con camiseta, bermudas, eyeliner, pelo de colores y risa fácil. “Es parte de la vida de mucha gente, de hecho”, puntualiza Billie Joe. No pillo la broma en ese mismo instante y prosigo con la pregunta: de hecho, sí, estoy de acuerdo, “Dookie” es una parte integral de la vida de muchísima gente. Facepalm. ¿Las nuevas generaciones conectan mejor con este disco o con posteriores como “American Idiot”? “En los conciertos vemos a gente joven, aunque también a gente mayor, de nuestra edad y chicos de catorce años que se tiñen el pelo verde y azul por primera vez y llevan eyeliner y son super creativos. Y formamos parte de la banda sonora para esos jóvenes que se están encontrando a sí mismos por primera vez. Me identifico completamente con esa experiencia, como cuando empecé a ir a Gilman street por primera vez”. En el 924 de la calle Gilman de Berkeley se encuentra uno de los clubs más emblemáticos de la escena punk. Fue uno de los hotspots durante los noventas y sobre su escenario han actuado grupos como Rancid, Operation Ivy, The Offspring o Green Day, antes de ser vetados en el 93 por “venderse” al firmar con Reprise.
Volvamos por un momento a la edición de lujo del “Dookie”, en el que se encuentra uno de los dos conciertos que el grupo ofreció en la desaparecida sala Garatge Club de Barcelona. ¿Por qué ese, entre tantísimos donde escoger? “Fue un show memorable. Veníamos a España y nos quedamos en casa de gente maravillosa en Zaragoza. Y la escena en general era genial, había pop, punk, todo estaba floreciendo más que en cualquier otro lugar de Europa, salvo en Inglaterra. Jose Antonio nos consiguió el bolo y el resultado fue un viaje genial y se hicieron bootlegs y un montón de cosas guays. Incluso recuerdo que estaba hablando con un periodista que llevaba una camiseta de un grupo que me flipaba y nos las intercambiamos. Fue un bolo memorable”, recuerda Billie Joe Armstrong.
La nostalgia es un arma de doble filo; un filtro pesado bajo el cual a veces es complejo avanzar o incluso disfrutar del aquí y ahora. Green Day han sabido caminar una delgada línea en la que furgonetas y colchones amarillentos se conjugan con llenar estadios y el reconocimiento mundial. Y a punto de rozar la edad de una temprana jubilación, han decidido hacer lo que mejor saben: hacer añicos las expectativas a golpe de guitarra.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.