“No hay que desesperarse, la música volverá”
EntrevistasGojira

“No hay que desesperarse, la música volverá”

Rubén G. Herrera — 02-06-2021
Fotografía — Archivo

Cinco años después del hito que supuso “Magma”, llega Fortitude (Roadrunner/Warner, 21), el sexto álbum de Gojira, la banda francesa de metal más internacional.

Creadores de un sonido propio, también lo son de un movimiento solidario sin precedentes. Hablamos con su frontman Joe Duplantier, guitarra y voz, un hombre profundamente comprometido con los problemas a los que se enfrenta el mundo en estos tiempos.

¿Cómo se encuentran los miembros de Gojira y sus familias?
Muy bien. A pesar de que… bueno, hemos tenido que cancelar giras y seguimos frustrados por ello. El hecho de lanzar un álbum sin tener claro este aspecto de girar es un suicidio comercial a todas luces. Pero, ¿Qué haces? ¿Esperar eternamente? Teníamos que avanzar de un modo u otro. Entre los aspectos positivos, es la primera vez desde que mis hijos nacieron, y mi hija tiene ahora nueve años, que su papa está en casa todo el verano. Y esa es sin duda la parte buena para mí.

Estamos en otra nueva etapa del COVID, la cuarta fase la llaman, la cual probablemente nos dejará congelados toda la primavera...
Uf, la verdad es que ya no pienso en nada de eso. Mira, soy vegano y te lo voy a resumir así… Yo no puteo a los animales. ¿Y qué pasa cuando puteas a los animales? Cosas como esta. Si vas demasiado lejos, esto es lo que consigues y lo que supone para todo el planeta.

¿Piensas, por eso mismo, que esta pandemia ha expuesto la debilidad del sistema global, especialmente de Occidente? ¿Crees que el COVID podría suponer una llamada a la acción y al cambio, en el mundo?
Por supuesto. Puedes denominarlo como quieras. Hay quien habla de que la Madre Tierra nos envía un mensaje, o la mano de Dios y todo eso. Pero de base, es realmente es muy sencillo: si destruyes la naturaleza, esto te va a destruir a ti. No hace falta una intervención divina, es pura lógica. No es un castigo, es un resultado de nuestros malos comportamientos. Hace poco hablaba de esto en relación a las granjas avícolas. Cuando tu modelo de industria alimentaria es explotar a “billones” de pollos, sobrealimentándolos en tres semanas en lugar de los seis meses que estos animales tardan en crecer; cuando necesitas además inyectarles antibióticos y hormonas para que este proceso sea rentable… ¿Qué crees que iba a pasar? Pues ahí están los problemas derivados de la gripe aviar... Hay una parte de la condición humana en el progreso, que es completamente enfermiza. Y necesitamos despertar. Estos virus nos están enseñando por la vía más perjudicial, que tenemos que cambiar. Es como golpearte la cabeza contra una pared y cuando sientes dolor dices, “Oh Dios, ¿por qué me haces esto?”. La verdad es que podría estar hablando de esto horas, pero no creo que sea conveniente para ti ni para mí.

"Cuando amas lo que haces, no es un problema trabajar duro. Sé que es una respuesta muy decepcionante, pero es así".

Te aseguro que podemos dejar cualquier otro tema musical y centrarnos en esto. Si lo deseas.
No sería muy justo. Aquí estamos por Gojira y otros componentes de la banda ni siquiera son veganos ni piensan como yo. Pero necesito transmitir estos pensamientos, siempre respetuosamente, sin sermones, y más si tú me preguntas por ello. Pero también es algo que cansa, sobre todo cuando llevas decenas de entrevistas y el tema COVID lo ha eclipsado todo. Así que, ¿qué puedo decir? Haceos veganos, amigos [risas]. O reducid el consumo de animales y evadiremos nuevos problemas que lleguen en el futuro.

Felicidades por otro increíble álbum. Han pasado cinco años desde “Magma”, y ya con las primeras publicaciones que hicisteis en redes, alguien dijo “Los dioses del metal moderno han vuelto y se han pronunciado”. Habéis escrito algunos de los pasajes, riffs y melodías más emblemáticas del género en los últimos años. Por lo que, ¿cómo asumís todo esto a la hora de enfrentaros al reto de volver al estudio?
Es difícil describir cómo me siento cuando entro en el estudio con mi hermano, y empezamos a hacer las primeras jams y a trasladar lo que está en nuestras cabezas. Siempre tenemos la misma excitación por traer nuevo material. A veces nos sentimos muy inspirados y creativos, pero otras veces no es así en absoluto. De un modo u otro, siempre hay algo que motiva a salir adelante, porque nos seguimos sintiendo emocionados como críos que están deseando ponerse a construir algo con Lego, o qué sé yo [risas]. Cuando amas lo que haces, no es un problema trabajar duro. Sé que es una respuesta muy decepcionante, pero es así. Lo encontramos divertido, pero también un reto que resulta inagotable. La música metal además tiene ese componente que la hace siempre tan atractiva, de buscar lo novedoso. Pero esa mezcla, de tomarte algo muy en serio a la vez que lo disfrutas, es algo impagable y, pasados los años, sabemos que es lo que hace que funcione, con lo que la gente empatizará. El criterio general del público, sabemos que está ahí, sentimos la presión, pero no pensamos que debamos rendirnos a ella, pues eliminaría el factor diversión inherente a la creatividad.

¿Habéis realizado cambios importantes durante el confinamiento? Sabemos que hubo un antes y un después, ya que el inicio de la pandemia os pilló en mitad del proceso de grabación del disco.
Pues… Sí y no. Porque al final sigue siendo lo mismo, un proceso que evoluciona. Una vez que grabamos juntos las primeras demos está el esfuerzo individual, el escuchar cada uno en casa ese trabajo, y ver cómo continuarlo. Este proceso de poner piezas en común, no ha cambiado. Donde sí nos lleva más tiempo y detalle es cuando se graba el trabajo final. En lo que sí reflexionamos fue en el hecho de que no tenemos por qué ceñirnos a una configuración concreta. En este álbum, cada canción tiene una personalidad. Incluso dentro de cada canción, algunos riffs o partes tienen personalidad propia. Esto requiere una búsqueda abierta, sin limitarte en las configuraciones que hagas del sonido. Muchas bandas de metal definen su sonido con configuraciones o técnicas muy concretas y cuando graban no quieren tocarlas. Nosotros también lo hemos hecho así mucho tiempo, pero esta vez hemos querido ir más allá.

Andy Wallace ha mezclado a algunas de las bandas más importantes de metal: Slayer, Sepultura, Avenged Sevenfold, Dream Theater o Ghost entre muchísimos ejemplos. ¿Cuánto dejáis en sus manos cuando el trabajo sale de vuestro estudio, Silver Cord?
En este negocio hay una frase habitual que es “menos es más”. Y en este caso, mientras menos propiedades le des a un instrumento, más autenticidad posee. Mientras menos trabajo haya en la mezcla, más auténtico es para la banda. Andy es un genio absoluto. Tiene un talento increíble. Hace cosas que ni siquiera aspiro a comprender. Pero puedo escucharlo y notarlo. Y ni siquiera es EQ, ni compresión… Es tal vez una mano maestra y sutil en volúmenes. Es una intervención mínima, donde otros productores van a hacer demasiados añadidos, con efectos, capas duplicadas y todas esas cosas. Andy es un artista desde los ochenta, viene de toda la vieja escuela, de procesos analógicos, por lo que sabe exactamente escoger sabiamente sin afectar a la “marca personal” del músico. Y conseguir lo que justo tú estás pensando. Hace su magia y la hace perfectamente.

"La preservación de la naturaleza es un tema que sobrepasa a la política".

Hablemos un poco del single, “Amazonia”, porque ha sido uno de los hitos más importantes de la banda. Sobre todo por su trasfondo solidario. ¿Cómo nace esta idea?
Siempre quisimos hacer algo así, o al menos, siempre hemos hablado entre nosotros de la importancia de hablar de las cosas verdaderamente importantes. Pero luego es muy difícil ponerte en el papel y defender una acción o un discurso concretos, ¿sabes? Porque siempre habrá otro que podrá sentirse incómodo en algún sentido. Y en este caso, no sabíamos cómo se tomarían los fans de Brasil el mensaje de esta canción y su campaña. Que pensaran: “¿y tú nos vas a decir lo que tenemos que hacer?”. Pero yo verdaderamente pienso que el bosque del Amazonas, por su relevancia, pertenece al mundo, en sí mismo. No solo al Gobierno de Brasil. Y entiendo que en la diplomacia, cuando el presidente de Francia dice algo al de Brasil, estas exigencias pueden ser ignoradas. Todos los gobiernos se pueden acusar de cosas mutuamente. Y la preservación de la naturaleza es un tema que sobrepasa a la política. Más aún cuando estamos en 2021 y el mundo es cada vez más pequeño y las comunicaciones más inmediatas. Debemos mirar las cosas como activos para la humanidad, no para la economía. Nos hablan de la sobrepoblación humana, pero lo que hay es una desigualdad de reparto en aumento y una pésima relación con los recursos. Y el Gobierno de Brasil, en particular, está haciendo todo lo posible por destruir el Amazonas. Y eh, yo solo lo digo. Los veganos probablemente solo representamos el cinco por ciento de la población humana, esperando que algún día seamos tal vez un veinte o algo así. Porque de ese modo podremos reclamar que prioricen problemas como los incendios masivos, el esquilmado de los océanos, la tortura animal en factorías. No es humano. Y perdóname, me estoy poniendo pesado.

Como digo, es lo que más quería sacar de ti, Joe.
Es genial para mí poder expresarme así porque nunca lo hago en entornos amistosos o familiares, te lo aseguro. No es mí día a día. Soy pacífico y solo busco pasar un buen rato con las personas que quiero. Pero realmente que tenemos que dar algunos pasos como especie. No podemos aceptar el racismo, la esclavitud o el especismo.

La emergencia, en cualquier caso, es real. La deforestación del Amazonas, la minería ilegal, el colapso por una mala gestión de la pandemia del bolsonarismo, que es puro fascismo del siglo XXI… Recuerdo que 2019 fue el año del movimiento #prayforamazonia… En fin, es una pena pensar cuánto pueden empeorar las cosas en ese país…
Nos estamos quedando sin tiempo, sin recursos, sin energías. Y respeto que todo el mundo no se haya dado cuenta todavía. Y en el caso de Brasil, necesitamos pararnos y pedir ayuda a la gente y para los pueblos indígenas. Y eso es lo que Gojira hace aquí. Y estoy contento por haber encontrado el camino para poder estar ayudando mínimamente a las tribus amazónicas. Y se lo debemos a Sonia Guajajara representa a más de trescientos grupos indígenas. A través de sus acciones se está consiguiendo una atención histórica, que ya era extremadamente urgente; había casos incluso de suicidios colectivos. Este álbum es un tributo íntegro a la cultura indígena. Porque representan como nada a la humanidad, porque son los más capaces de vivir en armonía con la naturaleza. Ellos solo cogen lo que necesitan y están siempre preocupados por el impacto de sus acciones. Necesitamos aprender de ellos, no destruirlos. Los efectos de la contaminación o la minería son brutales allí. Directamente pienso que boicotear el negocio del oro… En fin, creo que debo dejarlo en este punto.

"La sensación en general cuando te paras con los fans, todos esos metalheads de cualquier lugar del mundo, es la de estar en una gran hermandad".

Pero esta operación solidaria de Gojira está yendo increíblemente bien. En las redes sociales se está viendo.
Hemos conseguido recaudar más de 200.000 dólares. Gracias al apoyo de músicos que se han unido a la causa, de una manera inesperada, como Robert Trujillo (Metallica), Slayer, Korn y más gente que se está uniendo. Abe Cunningham (Deftones) ha donado la caja de la batería con la que grabó el primer disco de la banda (“Adrenaline”, 1995). Slash ha donado una guitarra y un sombrero. Son auténticas piezas de la historia del rock ¿Qué te parece eso? Sabemos que estas acciones no son quizá tan cercanas a los fans, evidentemente solo se podrán permitir estas reliquias fans con mucho dinero que además podrán presumir del aporte solidario. ¿No es genial? Es una oportunidad increíble de hacer algo grande.

¿Crees que la escena de metal en el mundo, “Global Metal”, que dicen algunos teóricos, puede ser un germen importante de consciencia colectiva? La música metal ha demostrado durante décadas que es una comunidad estética muy comprometida con numerosos valores humanos. Y también con la tradición y con la historia, que es algo completamente extramusical. Gojira, por ejemplo, os habéis inspirado a menudo en las religiones antiguas, en el budismo en particular, en el libro tibetano de los muertos, etcétera. El metal busca estas conexiones, que parecen más una búsqueda de un estado espiritual. Esa espiritualidad perdida en un mundo que cada vez cree menos en religiones.
Estoy realmente sorprendido por la pregunta y hasta me emociona responderla, en este momento en concreto. Solo podría decirte que estoy orgulloso de formar parte de la comunidad metal. La sensación en general cuando te paras con los fans, todos esos metalheads de cualquier lugar del mundo, es la de estar en una gran hermandad. De gente que se entiende entre unos y otros con gran sencillez. Que entienden el significado de la palabra “comunidad”, que buscan la verdad, y tienen un conjunto de valores muy amplio. Y que no tiene reparos en plantear cuestiones que, por lo general, son tabú en nuestras sociedades, como más evidente, la muerte. Por lo tanto pienso que sí, tal vez haya un propósito colectivo que podríamos buscar, por la forma tan honesta y desinteresada en que nos vinculamos. Además de que siento que ya nos deberíamos estar librando de toda esa mierda de ser cool, del ego, y en el metal eso es lo que veo que está pasando. Veo que se entienden todos los efectos más negativos del impacto humano que hemos comentado antes. Y que podemos cambiar el mundo con las acciones más simples: vender productos fetiche, combatir el capitalismo desde dentro y ayudar a los más débiles. Si vieras todos los emails y llamadas que tengo con la gente de esta escena… Y esto no es un alegato personal por un género musical: soy muy respetuoso y admirador de otras músicas, pero francamente, no veo lo mismo en la música clásica, el reggae o la electrónica. No es exactamente lo mismo. Y si tan solo lo viéramos desde el punto de vista del negocio, también es hermoso, el compromiso de la gente en comprarte merchandising por educación, de pararse a hablar contigo, de conocer infinidad de detalles de tu trabajo artístico, letrístico, gráfico… Esa esencia de ser un geek dentro de un colectivo. Quien simplifica, que todavía los hay, que la música extrema nos lleva a convertirnos en psicópatas… que es un estilo de degenerados, no puede estar más equivocado.

¿Llegará el momento de un libro biográfico de Gojira?
Pues es algo que está sobre la mesa y nos han preguntado a menudo. O incluso nos preguntan si queremos colaborar en esto. Pero pienso que no es exactamente el momento para eso. Pero llegará, seguro.

En 2019, en el Sonic Temple Festival, los efectos de pirotecnia casi os llevan a la desgracia. El fuego alcanzó a la cara de vuestro guitarrista Christian Andreu. Por suerte solo fue un susto. Pero qué susto. Y aún así, siguió tocando. Eso sí que es ser todo un profesional. ¿Es frecuente que ocurran estas cosas durante las giras?
La verdad es que es más frecuente de lo que piensas. Pero tocamos madera, nunca nos ha pasado nada demasiado malo. Lo cierto es que hay numerosos riesgos. Yo también me he quemado y fue precisamente en España. No recuerdo dónde. Me puse demasiado cerca del fuego. Fue un fallo mío. Había mucho humo. Demasiadas veces he sentido el calor muy cerca de mi cara mientras canto. Y eso realmente asusta. He pasado varios días enteros sintiendo el latido de mi corazón en mi cara. “Shit happens”, pero gracias a Dios, nunca fue demasiado lejos.

La última vez que os vi fue en Download Festival en Madrid, en 2017. Recuerdo ese momento porque mucha gente que no os conocía admitía ser el concierto que más disfrutó del festival. ¿Cómo conseguís mantener la misma energía sobre el escenario, año tras año? Porque debe ser realmente agotador.
El rock and roll te mantiene siempre joven, amigo. Te da una razón para estar animado o para estar cabreado con algo y manifestarlo al micrófono. Creo que, en el fondo, casa mejor que nada con el comportamiento humano. Nos mantiene en pie, y nos hace soportar el día a día. Y además te digo... nunca salimos en las emisoras de radio o en la televisión. El metal dejó de formar parte de los mass media. Lo único que nos queda es el directo, las giras. Es lo que nos permite gustarle al público. Y esa sensación, aunque parezca una locura, es lo único que tiene sentido en esto. Y por supuesto el no caer en las drogas y todo eso hace que esa sensación sea fresca.

Habéis anunciado una gira pese a como están las cosas. Estaréis teloneando a Korn y a Deftones, además de participar en varios grandes festivales. ¿Crees que estos eventos podrán tener lugar sin problemas?
No. No sé si lo de Korn podrá hacerse, por ejemplo. Honestamente. Creo que todo lo programado para Europa se podría cancelar. Salvo quizás Finlandia.

Finlandia tiene las tasas más bajas de infección de todo el continente. Quizá no deberíamos ser pesimistas…
Incluso así no estoy seguro de si podremos ir. Hace falta muchísimo trabajo de producción, para hacer solamente dos shows, así que quién sabe. Pero cruzaremos los dedos. Tengo más esperanzas en la gira con Deftones entre agosto y septiembre. Pero, ¿sabes qué? Que no hay que desesperarse. La música volverá. Aprenderemos una lección de todo esto, e incluso igual hasta nos hacemos todos veganos (canturrea y ríe). Mírate el documental “Cowspiracy”, o “Seaspiracy”. Piensa, reflexiona, y valoremos lo que tenemos, amigo…

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