“Tener un grupo como el nuestro es más difícil que nunca”
EntrevistasGoat Girl

“Tener un grupo como el nuestro es más difícil que nunca”

JC Peña — 31-05-2024
Fotografía — Holly Whitaker

Por si quedaba alguna duda, “Below The Waste” (Rough Trade/PopStock, 24) consagra a Goat Girl como una de las bandas más interesantes y originales del ecosistema musical de su país. El sábado 15 de junio estarán tocando gratis en el Andoaingo Rock Jaialdia

Y toca hablar de él con la bajista Holly Mullineaux, tercera parte de un grupo reconvertido en trío tras la salida de la guitarrista Ellie Rose Davies justo antes de grabarlo. Holly se explaya sobre un álbum que cuenta con maravillas como “Motorway”, con su majestuoso sintetizador, o “Take It Away”, que compuso ella misma al piano. Pero también hay tiempo para hablar sobre las dificultades que encara un grupo como el suyo, en un mundo en el que girar y sobrevivir de la música se hace cada vez más cuesta arriba.

“Below The Waste” tiene un filo más duro o incluso oscuro que los dos discos anteriores. ¿Fue algo consciente?
Sin duda es más oscuro y pesado, pero también tiene una ligereza, como una austeridad que no tienen los otros álbumes. Creo que quisimos bucear en sonidos extremos que no habíamos tocado y que nos interesan. Y como lo coproducimos y teníamos un poco de más de visión y control, ha salido así. Creo que es una representación genuina de nuestro sonido o al menos de cómo queremos sonar.

El título es ambiguo, pero me ha suena un poco pesimista. ¿Estás de acuerdo?
Puede ser. Te cuento la historia: para nosotras, el título siempre sale al final. Haces canciones y luego las miras para ver si puedes sacar un sentido a la colección. ¿Qué hay? ¿Qué tratamos de decir? Y éste empezó como un chiste. Suena oscuro y pesimista, como dices, pero tiene mucha gracia cómo salió. Estábamos en un granero donde grabamos las cuerdas y yo me acababa de duchar. Rosie (batería) entró a la habitación y yo dije: “Cuidado, que estoy desnuda de cintura abajo” (waste y waist suenan igual). Y nos gustan los dobles sentidos. Pasó lo mismo con “On All Fours”. Pero tiene otros sentidos, hay un significado ambiental en cuanto a que los residuos lo están jodiendo todo: las cosas que no necesitas, innecesarias, que no ayudan. Y esas cosas están representadas en las canciones de diferentes modos. Al final puede significar cosas distintas para cada persona.

“No nos preocupa encajar en ningún género”

Es lo que tienen los nombres de discos. Más allá de eso, para mí sois una de las bandas más personales, y no lo digo de forma ligera. ¿Tenéis esto en cuenta a la hora de descartar material que suene a algo?
Es un buen punto, pero no he pensado mucho en ello. Voy a hacerlo ahora. Tenemos influencias, sin duda. Hay veces que estamos componiendo y decimos: “mira, eso es un poco Broadcast”, o lo que sea. Pero no es deliberado. Tenemos suerte de hacer música para nosotras y que nos influyan muchas cosas. Creo que nunca hemos llegado a tirar algo porque suene demasiado a otra cosa. Tenemos suerte de que nuestras personalidades permeen en nuestra música tan bien. Y no nos preocupa encajar en ningún género. Lo hacemos para nosotras, y dentro de eso tenemos nuestras habilidades y gustos.

Ya…
Como yo entré en la banda un poco más tarde, me preocupaba que algunas de mis ideas y maquetas no fueran Goat Girl. Pero al final se trata de que todas tengamos un input en la idea para que suene a nosotras. Todas tenemos nuestra propia interpretación. Me he dado cuenta de que Goat Girl no es género o un sonido, sino una colección de personas. Y seguirá cambiando como lo hacemos nosotras.

Yo creo que vuestro segundo disco fue un gran salto adelante en ese sentido. ¿Mezclar melodía y experimentación os sale naturalmente?
Me lo pregunto mucho yo también. Es una de las cosas que más me gustan del grupo. Todas crecimos con el pop de los primeros dos mil, y a todas nos encanta la música pop que te hace sentir algo, pero al mismo tiempo tenemos gustos bastante oscuros. Creo que ahora tenemos más confianza en esa apertura de miras y somos buenas músicas. Lottie (Pendlebury) en particular es una compositora tremenda, y Rosie (Bones) y yo nos estamos poniendo las pilas también. A nosotras no nos ha costado combinar ambas cosas, pero sé que es raro. Y por eso, entre otras cosas, me encanta hacer música con ellas.

¿Por qué habéis retomado las pequeñas piezas musicales, los interludios entre canciones que usasteis en el primer LP?
Pensamos en el disco como en un todo. La primera canción -“Reprise”-, “Pretty Faces” y “Wasting” estaban ya en la primera maqueta de Lottie. Nos gustaba la idea de coger la misma idea y llevarla a lugares completamente distintos. Creo que fui yo quien propuso poner “Reprise” al principio, aunque fuera raro. En muchos de los discos, que me encantan, de grupos como Blonde Redhead, hacen cosas así. Este disco también habla de ciclos, del ciclo de la vida, y nos encantaba que empezara y acabara con lo mismo. Y pusimos las cortas entre medias para que fluyera como un todo.

Leí que en este disco os influyó el minimalismo de Philip Glass.
Es más una cosa de Lottie, Su padre toca la viola profesionalmente, así que creo que ¡ha tenido que estar muy expuesta a esa música cuando crecía. Yo he oído este tipo de música ya de adulta. Pero la idea de hacer rock con un enfoque de música clásica nos interesa, como hacer cosas opuestas y orquestaciones, pero de un modo no tradicional.

“Nos encanta el pop, pero también tenemos gustos bastante oscuros”

¿Por qué grabasteis en Irlanda?
Por coproducirlo con John “Spud” Murphy. Fue un proceso completamente distinto al del último disco, llevó más tiempo. Fuimos a su estudio en las colinas de Dublín, que conocíamos porque somos colegas de Black Midi y nos lo habían mencionado. También compartimos sello con Lankum, y nos encantan los discos que ha hecho. Estuvimos diez días allí y grabamos casi todo, y luego decidimos grabar las cuerdas en un granero en Essex que es donde vivía nuestro técnico. Y las letras las hizo Lottie totalmente aislada. Yo y Rosie hicimos nuestras voces de modo diferente, en los 13 Studios del Oeste de Londres. Como nos conocemos tan bien y somos tan amigas, lo hicimos sin ninguna prisa, probando cosas. Fue un camino largo, pero muy gratificante y especial. Tuvimos suerte de tener tiempo y que el sello no nos metiera prisa.

Creo que en este disco tocáis más instrumentos que nunca, lo cual es otra novedad. Y se nota.
Sí, creo que tuvimos más confianza a la hora de dejar brillar ciertos instrumentos en ciertos sitios, y que no tenemos que probar nada tocando todo a la vez. Prestamos más atención a las necesidades de cada tema, y tomamos decisiones más valientes. Ya no necesito probar que puedo tocar el bajo. Ni necesitamos meter una batería porque tenemos a una batería. Esas decisiones vienen con la edad, la confianza y la madurez.

Siendo ahora un trío, ¿va a cambiar el modo en que afrontáis el directo?
Ellie se fue justo antes de grabar y que hubiéramos terminado de componer, así que esencialmente tuvimos que darle una vuelta a todo: qué queríamos hacer, galvanizarnos para terminar la cosa como queríamos. Pero para el directo no es un problema. Cuando grabamos no pensamos en ello. Hemos decidido no pensar en términos prácticos para servir a la canción. Tener a Ruben va ayudar con los sintes, y yo me compré un mellotrón, lo cual también será útil, porque hay muchos instrumentos. Pero insisto, lo que queríamos es que las canciones tuvieran otra vida. No somos tan pijoteras para pretender que cada instrumento que suena sea el mismo en directo. En Londres tendremos músicos extra. Pero ya sabes cómo se ha puesto girar: es carísimo. Molará de todos modos, somos reacias a usar pistas grabadas.

Abundando en esto de las giras: ¿Cómo están las cosas para un grupo como el vuestro?
Más difíciles que nunca. Por muchas razones: Dinero, Brexit, Internet, visados…No sé ni por dónde empezar. El coste de girar se ha vuelto una locura. The Guardian publicó un artículo hace poco, muy difundido, en el que se decía que los músicos de clase obrera ya no podían plantearse esto como una carrera viable. Y nosotras estamos en este punto tan raro en que desde fuera parece que somos una banda de éxito, y puede que lo seamos. Pero creo que a no ser que tengas el tamaño de poder encabezar el cartel de un festival, no ganas dinero. Se convierte en un hobby caro, y la gente tiene que hacer de todo, lo cual está mal, porque la música es muy valiosa. Y es muy frustrante que el gobierno del Reino Unido no lo vea. Tenemos una escena musical muy rica, que genera dinero y tiene un valor.

Es sorprendente que las cosas sean así.
De momento todo va mal. Es muy triste y duro. No hemos podido ir a sitios donde quieren que vayamos. No podemos permitirnos ir a Latinoamérica o Australia. Vamos a tratar de hacer la primera gira europea como grupo principal, que para una banda que tiene diez años es demencial. Y ni siquiera sé si nos van a salir las cuentas. Dependerá de si vendemos suficiente merchandising. Y eso depende a su vez de los fans, que están afrontando la subida del coste de la vida. Espero que las cosas cambien pronto. No sé cuáles son las respuestas, pero creo que hay un modo más justo de que los músicos se ganen la vida y la gente pueda disfrutar lo que hacen.

Si te sirve de consuelo, mucha gente me dice lo mismo o cosas parecidas.
Leí en algún sitio que en la música existe la mayor disparidad de riqueza en cualquier sector. Y no me sorprende, porque algunas de las personas más ricas del mundo son músicos. Luego tienes a un montón, a los que conozco, que dependen del Universal Credit (una especie de renta mínima en Reino Unido) o tienen tres trabajos, como yo.

Agenda de conciertos

Sábado 15 jun - Sábado 15 jun 06.36h Gratuito

 

 

Lo siento, debes estar para publicar un comentario.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.