El manejo del garaje, el rock y el surf caracterizan su estilo desenfadado y joven, otorgándoles un sonido alternativo e indie. Letras sobre el trabajo, la falta de dinero, amores y desamores, definen la línea de un disco con el que los Go Cactus han adoptado un sonido más limpio y maduro grabado en los estudios La Mina de Sevilla.
“We Wasted The Chance But We’re Fine”… ¿Cuál es esta oportunidad habéis perdido?
La oportunidad de la que hablamos es aquella que se espera de nosotros a veces, como tener un trabajo fijo, tener tus movidas super claras, la estabilidad… y bueno está claro que elegimos otro camino y no por eso nos hemos arruinado la vida. Que fluya un poco y vamos haciendo.
Porque vosotros tenéis…
Yo (Pau) tengo veintisiete, Joan tiene veintidós y Joan Amengual, veinticinco. Somos muy jóvenes y la verdad es que no creemos demasiado en los valores del sistema en el que estamos.
"Fuimos a tocar a un local de Nueva York donde habían tocado The Strokes en sus inicios"
Se siente como que a veces sería mejor dejarlo todo e irse a Bali a surfear, ¿no?
Sí, totalmente, es como que aquí parece que te vas a pasar la vida currando por un sueldo de mierda, sin poder llegar después a una pensión, y toda esta competitividad… No lo vemos muy claro [ríe].
“No Money” habla de esta situación actual que describes. ¿Cómo ha sido el feedback?
Pues la verdad es que muy buena, estamos muy contentos. A la peña le ha gustado bastante, ya hemos salido en Radio 3, la hemos probado en directo y nos mola como suena. Hemos cambiado un poco el rollo, antes hacíamos un rollo garaje más sucio, ahora todo suena un poco más limpio. Se entienden mejor los sonidos.
¿Qué novedades aporta vuestro cuarto proyecto, después de los tres epés previos?
Pues un poco esto que te comentaba. Los anteriores eran más a lo loco. Decíamos “tenemos cinco canciones, las grabamos y las lanzamos”. Era bastante aquí te pillo aquí te mato. En este disco ha sido la primera vez que hemos hecho un proceso más paulatino, hemos cuidado más las canciones que hacíamos, están más reforzadas… Y creo que ahí se nota mucho nuestra evolución.
Déjame preguntarte sobre el proceso de creación, ¿componéis todos? ¿lo haces tú? ¿solamente juntáis ideas que os vienen a la cabeza de forma aleatoria? Cuéntame un poco…
Mayoritariamente escribo yo. También es un poco una combinación de todos, es decir, a veces pongo la letra y a mi primo se le ocurre una melodía chula con la guitarra, mi hermano pone batería, probamos, metemos bajo. Si mola seguimos y si no lo desechamos.
¡Vaya, veo que todo queda en familia! No sabía que estabais emparentados, ¿cómo fue que decidisteis comenzar una banda y apostar por este proyecto?
Pues mi padre tenía una guitarra vieja en casa, así que me puse a aprender y practicar mucho. Comencé a hacer canciones y le dije a mi hermano “tío, te tienes que pillar una batería”, y así comenzó. Tenía una batería mini, de esas reducidas, tocábamos en el garaje y decidimos ponerle cara y ojos… y nombre. [ríe].
¿Quiénes os inspiraban?
Siempre hemos escuchado de todo, pero principalmente la música de rollo americano.
¿Y ahora?
Es curioso porque antes solamente escuchábamos un estilo muy concreto y ahora ya casi te diría que rock es lo que menos escuchamos. También nos van el reggaetón y el trap también [ríe]. Pero si me tengo que quedar con uno te digo que Parquet Courts me flipan.
¿De qué habla este disco? Es decir, ¿cuáles son aquellos motivos que aparecen más?¿Con qué temas os sentís más a gusto?
Normalmente voy caminando por la calle o yo qué sé, se me ocurren ideas, las apunto y luego las hilamos y salen letras. Son sobre el día a día: ir cortos de pasta, los rollos que tengo, amor, desamor, el curro… [ríe]. Hay una letra en particular muy buena en la que hablo de un profesor muy imbécil que tuve en la universidad. Y la canción describe lo que él decía en clase rollo: “tenéis que ganar mucha pasta”, etcétera. Vaya que te vendía la moto y después sales de ahí y no tienes nada.
¿Qué estudiabas?
Ingeniería mecánica.
¿Y qué haces ahora?
Montar lámparas como un cabrón [ríe].
Sois una banda que se ha formado en Mallorca, ¿cómo crees que os ha afectado estar lejos del barullo de grandes metrópolis? Supongo que habrá puntos a favor y en contra…
Por un lado es bueno porque nos fue fácil destacar en la escena de Mallorca, puesto que casi nadie hace lo que hacemos nosotros. Pero somos conscientes de que “la movida” está en Barcelona y Madrid. Hay más sitios para tocar, más grupos con los que relacionarse. La escena, vaya. Y de hecho nosotros queremos volver a Barcelona. Yo estuve siete años estudiando allí, el único que todavía no ha vivido en Barcelona es “el primo”.
Es decir que vuestro primo se quedó atrás.
Bueno, claro, porque es el pequeño [ríe].
Cambiando de tema, habéis estado ya tocando en varios sitios, entre ellos Estados Unidos. ¿Cómo os financiasteis?
Pues todas las ganancias que tenemos las metemos en una cuenta común y vamos sacando, y lo guay es que en Mallorca hay un programa que da ayudas a personas que quieren volar fuera de las islas, y realmente pedimos un presupuesto y nos devolvieron gran parte de lo que invertimos en el viaje.
¿Cómo fue la experiencia de tocar tan lejos?
Pues la hostia. Fuimos a tocar a un local de Nueva York donde habían tocado The Strokes en sus inicios.
¡Qué pasada! ¿Podríais decir que tenéis más público fuera de España?
Yo creo que el mismo, no mucho de momento [ríe].
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