“Juntarnos los cuatro para tocar de nuevo fue mágico”
EntrevistasGigolo Aunts

“Juntarnos los cuatro para tocar de nuevo fue mágico”

JC Peña — 10-09-2024
Fotografía — Archivo

Gigolo Aunts, una de las bandas de power pop más queridas de nuestro país, se despide en septiembre de sus fans españoles en una serie de conciertos donde, además, venderán en exclusiva la esperada reedición en vinilo de “Minor Chords And Major Themes” (99). El que es para muchos, incluyendo al propio Dave Gibbs, su obra magna, cumple veinticinco años, y por fin ha recibido el tratamiento que se merece.

Vigo (Festival Underfest, 20 septiembre), Vitoria (Helldorado, 21 septiembre), Mallorca (Es Gremi Centre Musical, 22 septiembre), Barcelona (Upload, 24 septiembre), Bilbao (26 septiembre), Madrid (El Sol, 25 y 27 septiembre) y Murcia (Visor Fest, 28septiembre) verán el canto del cisne de la formación clásica: Gibbs, Steve Hurley, Paul Hurley y Paul Brouwer grabaron su debut “Everybody Happy” allá por 1988, justo a punto para la explosión del indie de guitarras que marcó a varias generaciones. En los noventa, el grupo cautivó al público español con más canciones de pop soleado, y el idilio culminó con aquella estupenda versión de “La chica de ayer” de Nacha Pop. Quienes acudan a la cita de septiembre podrán comprar una copia de “Minor Chords...” en doble vinilo desplegable, con abundantes notas y nuevo arte. La edición es muy limitada: quinientas copias y se acabó.

Dave, todo simpatía y calidez, pasó por Madrid porque toca el bajo con su viejo camarada Tom Morello en el festival Mad Cool. Me encuentro con él en el lobby del hotel en el que se aloja. El músico tiene unas horas para aprenderse unas ideas nuevas que le ha pasado el virtuoso guitarrista... Aunque vive en el presente, el tiempo pasa y la nostalgia pesa, claro. Sobre todo cuando uno se despide de sus amigos.

¿Tocas esta noche con Tom, verdad?
Acabamos de llegar de Italia y me acaba de mandar una lista de canciones para que me las aprenda hoy...

¿De verdad?
Acaba de cumplir los sesenta. Pero así es él.

¿Sois muy amigos?
Sí, nos conocemos desde hace mucho tiempo. He tocado con él mucho, pero el bajo, no la guitarra. Es un gran tipo. Y te pone las pilas musicalmente. Nunca es lo mismo.

¿Y lo disfrutas?
Sí. No es lo mismo que cantar y tocar la guitarra, pero es un reto distinto. Lo disfruto. Es muy divertido tocar con alguien de su calibre, me lo tengo que currar mucho cada noche, tratando de cometer los menos fallos que pueda. Y mola ser un personaje secundario, no el protagonista. Tratas de hacer que alguien brille, que sea mejor. Es una buena experiencia. Los dos vivimos en Los Angeles, y ensayamos antes de salir de gira. El año pasado hicimos un poco de Europa y Sudamérica, pero esta ha sido la gira más larga, seis semanas. Está yendo muy bien.

Bueno, vamos a hablar de los conciertos de despedida que harás con Gigolo Aunts por aquí. ¿Cómo surgió la idea?
Pues realmente ha sido porque he tenido cosas de salud y ahora estoy mejor. Tengo problemas en mi mano izquierda, y una dolencia llamada enfermedad de Ménière, que es del oído interno. Se te llena de fluido y hace que sea increíblemente difícil cantar entonando. Tuve que dejar de tocar porque no podía cantar. Daba miedo. Era como conducir viendo borroso, sin saber a dónde vas. No se sabe mucho de esta enfermedad, y muchas cosas pueden agravarla. El año pasado con Tom [Morello] lo pasé muy mal, y pensé que iba a ser mi última gira. Me costaba muchísimo oír. Y luego tengo una contractura en la mano.

Vaya...
Me cuesta moverla y me duele. Pero resulta que empecé a estar muy bien. Velvet Crush me pidieron tocar con ellos y les dije que sí, son muy colegas. Y luego, unos amigos de Boston, Letters To Cleo, con los que tocamos mucho en los noventa, nos pidieron que Gigolo Aunts tocáramos algunos bolos con ellos. Se sumó Paul [Brouwer], el batería original, y fue divertidísimo juntarnos los cuatro para volver a tocar esas canciones. Fue mágico.

Entiendo que seguís siendo muy amigos. Lo digo porque los grupos a veces son delicados. Y vosotros cambiasteis de formación.
Somos amigos, sí. Vivimos en sitios diferentes del país, pero seguimos siendo muy buenos amigos. Todavía nos vemos cuando podemos, pero es complicado. Somos mayores, tenemos vidas diferentes. Pero empezamos a hablar del tema, e hicimos tres bolos en la Costa Este a finales de año. Y luego David, cuando había terminado con Velvet Crush, me dijo que teníamos que reeditar “Minor Chords And Major Themes”, que cumplía veinticinco años. Luego, claro, se habló de hacer un bolo. Pasaron a ser dos, tres, cinco y al final son siete u ocho. Yo le dije que sólo lo haría si podía conseguir la formación original. Todos dijeron que sí, así que va a ser muy divertido.

¿Y cuáles son tus sentimientos? ¿No es un poco agridulce el concepto de gira de despedida?
En cierto modo es triste, porque quiero mucho a estos tíos. Son mis mejores amigos. Los conozco de toda la vida, desde la escuela primaria. No va a ser la última vez que toquemos un bolo juntos, pero sí será la última gira. No podemos hacer más. Es demasiado duro. Todos tenemos niños, y se hace más cuesta arriba. Lo hicimos durante mucho tiempo, cuando era nuestro objetivo principal, pero ahora tenemos que hacer otras cosas. Es agridulce, porque es triste, pero esto lo hace más especial. Hubo momentos en los ochenta y noventa en los que salíamos de gira sin que nos apeteciese, y ahora es al revés: lo queremos hacer. No tengo por qué hacerlo, pero lo voy a hacer. Esa es la diferencia.

“No va a ser la última vez que toquemos un bolo juntos, pero sí será la última gira. No podemos hacer más. Es demasiado duro. Todos tenemos niños, y se hace más cuesta arriba"

Vivimos un momento en el que los grupos no se separan nunca y están en la carretera constantemente. ¿Qué opinas?
Creo que depende de ellos. Yo me alegro de que lo sigan haciendo. Significa que les va bien y que tiene salud, que todavía son capaces de tocar. Lo veo como un regalo. Es un regalo estar compartiendo la misma sala con Neil Young, Paul McCartney, Mick Jagger o Keith Richards, sin importar lo que toquen. ¿Es lo mismo que cuando eran jóvenes? Pues no. Mis padres son muy mayores y tienen alzheimer, pero cada vez que paso tiempo con ellos es precioso. Esos artistas míticos no van a estar ahí siempre. Y el hecho de que hayan elegido seguir saliendo a tocar es fantástico.

Se puede ver así.
El problema es que la gente se confunde comparando el Neil Young de setenta y cinco años con el de veinticinco. No lo hagas, son cosas diferentes. Tú también eres distinto a cuando eras joven. ¿Me entiendes? Creo que si eres capaz de mirar más allá de eso, pensarás que mola mucho que haya un puñado de esos artistas, Bruce Springsteen o Paul McCartney, actuando a ese nivel. ¿No te gusta ver dónde se encuentran ahora? Algunos han dado un pasito atrás, pero a Mick Jagger se le ve muy bien... Es un regalo. Y me parte el corazón pensar que hay algunos a los que no podré ver nunca, porque han muerto o lo que sea. Ojalá les hubiera visto.

¿Qué repertorio llevaréis?
Vamos a tocar un poco de todo. El foco estará en “Minor Chords...”, porque se trata de un disco muy especial para nosotros. Pero también habrá material de “Flippin’ Out”, “Pacific Ocean Blues” e incluso alguna cosita nueva. A quien le gustemos, le gustará, y espero que también se lo pase bien quien no esté tan familiarizado con nosotros.

¿Cómo ha sido la experiencia de volver a ese disco para reeditarlo? ¿Has disfrutado del proceso?
Lo he disfrutado mucho. Me emocioné un poco. Ese grupo de canciones salieron de unas experiencias malísimas para Steve y para mí. Que Phil [Hurley] y Paul se fueran, tener que meter a dos personas nuevas, y luego cambiar de sello, y que nuestra carrera no fuera como pensábamos que iba a ir, más las cosas personales...

Ese disco es del 99.
Se publicó en el 99, pero lo grabamos en el 98. Y empezamos a componer las canciones antes. Una o dos eran más viejas. Pero volver a aquel momento y escuchar las canciones y las maquetas ha sido muy instructivo y disfrutable, porque me ha hecho recordar ciertas cosas. El disco bonus tiene las maquetas, y algunas son muy parecidas a las canciones que se editaron, y otras completamente distintas. Hay una canción que se titula “You’d Better Get Yourself Together, Baby” que escribí originalmente para Cheap Trick. Hicimos la maqueta en Los Ángeles y suena como una canción típica de Cheap Trick, para nada como acabó siendo en el disco. Y puedes ver cómo pasó a ser una cosa a otra. Algunas son sólo una acústica y Steven cantando, lo cual es muy gracioso. Pero es muy disfrutable, porque te lleva a aquel momento.

¿Recuerdas con nostalgia aquella época?
Sí, es una de esas cosas raras. No fueron ni peores ni mejores tiempos, eran diferentes porque yo lo era. Pero hay algo bueno en ese sentimiento de no tener que preocuparte mucho sobre nada: no necesitaba gran cosa, ni siquiera un sitio en el que vivir, me bastaba con un poco de comida, cuerdas de guitarra y poco más. No pensaba ni el seguro médico, ni en pagar la hipoteca. Ahora tengo que ahorrar para que mis hijos vayan a la universidad. Las cosas eran mucho más simples. No había Internet, eran tiempos más fáciles y simples. Mis recuerdos de la grabación y de los ensayos son buenísimos. Quedábamos en nuestro local cutre y éramos cuatro seres humanos que se lo pasaban bien tocando, sin pensar en nada más. Poder hacer algo así es precioso, un privilegio. Echo de menos esos días. Doy las gracias de que me llevaron a donde estoy, pero a veces no puedes evitar mirar atrás y pensar: “Ojalá pudiera cantar más alto, tocar igual de bien, ojalá no me doliera todo el rato porque soy viejo”...

Es normal, por supuesto. ¿Crees que este disco es el mejor que hicisteis?
Me cuesta decirlo, paso por fases diferentes. Me encanta “Flippin’ Out” y “Pacific Ocean Blues”, porque es muy luminoso. Pero para mí, y no hablo por Steve, Jon o Fred, Phil o Paul, éste es probablemente el más personal. Tiene más de mi vida. Había llegado a cierto punto y elegí ir en esta dirección. Probablemente sea mi favorito.

Es gracioso que cuando salió el vinilo, como formato, estaba totalmente muerto. Era una oportunidad.
Claro, nunca salió en vinilo. “Flippin’ Out” salió, como nuestros dos primeros discos, que nunca se publicaron en CD. Son imposibles de encontrar ahora mismo. “Flippin’ Out” salió en vinilo, CD y cassette. Y “Minor Chords...”, sólo en CD. Estamos corrigiendo ese error, aunque el CD molaba. Lo gracioso es que cuando trabajábamos en el relanzamiento y la portada mi amigo Aaron, que hizo el arte, me dijo que era imposible de recuperar porque los archivos digitales estaban totalmente dañados. Así que hemos hecho un arte completamente nuevo.

Tiene también gracia, ¿no?
Sí, lo tuvo que rehacer completamente. Y mira que me gusta el arte antiguo. Éste también, es distinto, como nosotros. El original de “Flippin’ Out” tiene que estar en algún sitio, porque entonces se hacía una foto y se colocaban manualmente las letras y todo, era físico. Pero con el otro trató de exportar los archivos y no pudo, qué gracia. Algunas de las maquetas estaban en viejas cintas DAT (Digital Audio Tape) y tuvimos que comprar un reproductor antiguo para transferirlas.

¡El DAT! Ni me acordaba de eso.
En los noventa se suponía que iba a ser el futuro... y todo el mundo se hizo con un DAT. Hasta que se dieron cuenta de que no duraban mucho, o que algunas cintas no se reproducían en otros reproductores. El disco se grabó en cinta y se transfirió a cinta para masterizarlo. Ha sido un proceso largo.

Y doy por hecho que muy caro.
Sí, muy caro. Y las maquetas no se hicieron para ser escuchadas, sino para aprender. Canto la canción tocando una acústica y la grabo con una grabadora de cinta para que Steve, John o Fred la oigan. No había calidad, eran muy lo-fi. Pero quería incluirlas. Así que las tuvimos que digitalizar y limpiar para masterizarlas. En una de ellas Steve canta en su apartamento y se oyen los coches pasando y a alguien subiendo las escaleras y abriendo la puerta. Tienen encanto. Es un poco como mirar fotografías antiguas borrosas.

Me gustaría terminar preguntándote sobre cómo ves el panorama musical comparado con cuando empezaste, o en los noventa.
Es diferente. No sé si mejor o peor, eso lo dirá la historia. Pero creo que la principal diferencia es que la música no forma tanto parte de la vida de la gente como antes. Es una parte, pero no todo. Ahora tienes videojuegos, TikTok, Instagram, plataformas audiovisuales, películas... La música grabada ahora está un poco de fondo, como ahora [se refiere al hilo musical del hotel]. En general. Cuando era un crío, iba a casa de cualquiera sólo a escuchar música. ¿Te vienes a oír discos? Nos sentábamos y lo hacíamos. Ahora mi hija puede ir a casa de una amiga y ponerse música, pero de fondo, mientras hacen otra cosa.

Está claro.
La otra diferencia, y esto es agridulce, positivo y negativo, es que está en todas partes. No estoy diciendo que no tenga el mismo significado, pero no cabe duda de que cuando tienes que currar para ganar dinero y comprarte un álbum, una cassette o un CD, cuando tienes que ir a un sitio físico para comprarlo, esperando que lo tengan, significa más. La música es tuya, es diferente a ponerla en Spotify , aunque Spotify esté muy bien porque te descubre cosas. Yo he viajado mucho con músicos, sé mucho de música, pero todavía me sorprenden cosas raras. Es distinto.

"Cuando era un crío, iba a casa de cualquiera sólo a escuchar música. ¿Te vienes a oír discos? Nos sentábamos y lo hacíamos. Ahora mi hija puede ir a casa de una amiga y ponerse música, pero de fondo, mientras hacen otra cosa"

Hablando de plataformas, ¿cuál es tu percepción del negocio?
Pues que ojalá la gente pudiera seguir viviendo de la música. Antes salías de gira porque no ganabas dinero girando y querías apoyar las ventas. Ahora es al revés. Sólo se gana dinero girando. Haces un disco para poderte ir de gira. Me sabe mal que sea mucho más difícil ser músico si no estás en el top. En nuestra época había dinero. Ahora mismo si eres The Posies, Velvet Crush o The Jayhawks, no ganas ni un duro. Cero. Nada. A nosotros nos llegan cheques de Spotify de cien pavos. O doscientos. Mientras que un cheque de la ASCAP puede ser de cincuenta mil. La diferencia es abismal. Antes era mucho más equitativo. Lo siento por quienes empiezan...

Volviendo a lo de esta noche: ¿qué opinas de los festivales que ahora están por todas partes?
Mis favoritos son los shows pequeños, pero el otro día en un festival de Francia tenías a ochenta mil personas dando palmas, cantando y saltando... y nosotros éramos parte de ello. Dondequiera que tengas a gente que esté de acuerdo en algo, va a ser muy especial, y más en estos tiempos. Si es en un festival, pues estupendo. Cualquier cosa que una a las personas está bien. Cuando éramos más jóvenes y ponían algo bueno en la televisión, al día siguiente se comentaba en clase. “Dios mío, ¿has visto el vídeo de Nirvana?” Ahora es un poco diferente, tenemos festivales. Bueno, si me hubieras dicho hace treinta y cuatro años que iba a pasar el verano tocando en festivales de metal de Polonia y Serbia, me habría sonado fatal. Pero ha sido estupendo. Estoy asombrado de lo majo que es todo el mundo.

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