"Me apetecía salir de la escena club"
EntrevistasGeorge Fitzgerald

"Me apetecía salir de la escena club"

Daniel Mesa — 12-06-2018
Fotografía — Rhodri Davies

Hace unos meses, el londinense George FitzGerald publicó “All That Must Be” (Domino/Music As Usual, 18), un trabajo de electrónica melódica y preciosista que versa sobre la belleza, el nomadismo y la llegada de la edad adulta. Ahora lo presentará en directo en el barcelonés Sónar (jueves 14, Sónar Village).

“Fading Love” (15), el debut largo de George FitzGerald, lo sitúo en el top de la última hornada de beatmakers. En este segundo álbum, su música se ve enriquecida con nuevos matices que añaden un factor humano y emocional. No es casualidad. “All That Must Be”, su primer trabajo en alianza con Domino Records, se ha cocinado al tiempo que la vida mostraba al productor su cara más imprevisible. “Estaba viviendo en Berlín cuando de repente me llamaron desde Londres para decirme que iba a ser padre. Al principio estuve viviendo a caballo entre las dos ciudades, mientras seguía grabando el disco. Luego, me di cuenta de que no podía con todo ese trajín y decidí mudarme definitivamente a Londres con mi hija y mi novia. Fueron demasiados cambios de repente en mi vida, e inevitablemente han influenciado en el álbum”.

“He vivido desde 2010 en Berlín y siempre me he sentido más cerca del house y tecno que se hace allí".

Sin embargo, lejos de tratarse de un disco conceptual, es la preocupación constante en hacer convivir la lógica con la parte más visceral el leit motiv que mueve lo nuevo del productor londinense. “He procurado desarrollar mejor la técnica de grabación en el estudio, prestando más atención a todos los detalles: la composición, las armonías… No estaba en mi cabeza hacer un álbum que englobara una idea específica. Es un trabajo que, creo, refleja la manera en la que entiendo hoy la música, y mi ‘yo’ más emocional. Me gusta entenderlo como una suerte de documento sonoro de lo que ha ocurrido en mi vida en este tiempo”. De ahí, que el discurso escape a menudo de las fórmulas que le habían servido hasta el momento para adentrarse en terrenos menos predecibles e introspectivos. “Me apetecía salir de la escena club, no me apetece quedarme ahí estancado para siempre. Me interesa más hacer una música que esté en contacto con la realidad y no solamente con la pista de baile. Supongo que tendrá que ver también con la llegada de esta nueva realidad a mi vida. ¡No quiero decir que no vaya a pinchar más! Me encanta ir a clubes y es algo que, ahora que no voy, menos aprecio aún más”.

Atención especial merecen los featurings que brinda el disco, con artistas de la talla de Bonobo o Tracey Thorn. “Bonobo y yo somos amigos, así que todo surgió lo más espontáneamente posible. Solemos ir al estudio a cacharrear, salir juntos… No ha sido solamente una colaboración específica para mi disco. Con ellos tengo una relación personal. Con Tracey siempre había tenido ganas de hacer algo. Fue tan sencillo como contactarla y enseñarle el tema. Ella aceptó ¡y adelante!”.

Quienes quedaron prendados de su anterior largo agradecerán la atmósfera intensa y contundente de la versión más bailable de FitzGerald, que sigue presente en cortes en los que se intuyen trazas de la IDM de principios de 2000 o del dubstep londinense, escena que vivió desde muy cerca en sus años como dependiente de la mítica tienda de discos Black Market. Pero sobre todo, del clubbing berlinés. “He vivido desde 2010 en Berlín y siempre me he sentido más cerca del house y tecno que se hace allí. Imagino que es una influencia importante en lo que hago, pero creo que no es lo único. Londres sigue estando presente en este disco”.

Agenda
Fecha Ciudad Recinto Hora Precio
De 14/06 hasta 16/06/18 Barcelona Festival: SÓNAR

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