"A pesar de nuestras limitaciones económicas llegamos a un acuerdo (con Dave Fridman) porque le gustaba nuestro material" |
"El disco anterior fue grabado de forma casera a lo largo de varios meses, y muchos de los temas fueron escritos durante ese período. Con "A Dream In Sound" la calidad de la grabación fue muy superior, ya que dispusimos de un estudio propio y el proceso se redujo a unas pocas semanas. Por eso el álbum suena más límpido y menos experimental". Para ello contaron, no obstante, con la inestimable producción de Dave Fridmann (Flaming Lips, Mercury Rev, Mogwai), todo un veterano a la hora de exprimir las posibilidades de grupos ajenos a la corrupción implícita del mainstream musical. "Nos gustan algunos de los discos que él ha producido y además queríamos trabajar con un equipo más profesional que el que teníamos en casa. Así que, a pesar de que nuestras limitaciones económicas, llegamos a un acuerdo porque le gustaba nuestro material. Fue una experiencia muy aconsejable. El estudio estaba situado en una casa rodeada de árboles en las afueras de Nueva York, y con ese aislamiento y tranquilidad éramos capaces de grabar durante catorce horas en una jornada y no dar golpe el resto de la semana. La verdad es que las observaciones de Dave resultaron muy acertadas y nunca intentó imponer su visión, al contrario de lo que ocurre con otros productores". Con un ambiente de trabajo que alberga escasas comparaciones con los incesantes titubeos de los habitantes de Wall Street, las tareas compositivas se antojan exitosas y fluidas, sin obviar el factor inspiración derivado de un ambiente de lo más bucólico. "Normalmente obtengo la estructura básica de la canción a partir de la guitarra, y la registro en un ocho pistas. Después busco la melodía y finalmente trabajo en los textos, que se revelan como la parte más compleja y que más tiempo me lleva. Por eso le doy tanta importancia a las letras". Y fruto de tan esquemático proceso, el quinteto ya se encuentra trabajando en lo que será su nueva entrega, mientras siguen girando con J. Mascis y arañando huecos en los artículos de la controvertida prensa musical. Una escalada tan merecida sólo comparable al aumento del precio del carburante. El poder del crudo.
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