“El tema general del disco me pedía un sonido contundente”
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“El tema general del disco me pedía un sonido contundente”

Kepa Arbizu — 05-11-2021
Fotografía — Samantha López

El segundo disco en solitario, "La onda expansiva" (Oso Polita, 21), de Garbayo, el proyecto personal, pero con alma de banda, de Ignacio Garbayo recupera los ritmos más enérgicos y pegadizos para, en medio del ineludible tiempo de pandemia que vivimos, reivindicar los lazos afectivos como bien supremo.

Ya que tradición manda, habrá que remontarse a la época en que Ignacio Garbayo lideraba la banda procedente de Getxo, Zodiacs, todo un ejemplo del más explosivo power-pop. A pesar de que su actual carrera en solitario, bautizada con su propio apellido y escoltado de tres músicos de máxima confianza como Pit "Flanagan", Lander Moya y Javi Estrugo, nunca se haya desligado en líneas generales de aquellas fórmulas, sus dos álbumes, incluido el recién editado, poseen entidad suficiente como para emerger con personalidad propia.

Eso no significa que si en su debut, "Sonido Forestal", su sonido era más orgánico y cálido, pese al nervio innato que siempre traslada el vasco, su continuación dirija la mirada hacia unos ritmos por un lado más variados pero por encima de todo tocados por una mayor contundencia y crudeza. Características que perfectamente podrían significar la respuesta a esta gris época que todo lo inunda pero que sin embargo se posicionan como la reacción emotiva ante tal descalabro humanitario.

Tras “Sonido forestal” llega “La onda expansiva”, donde mantienes tu apego a los sonido power pop con alma “rockandrollera” pero mostrados con más energía y contundencia, ¿esa apuesta sonora surge como oposición a los días tristes y grises de la pandemia o era algo que ya tenías preparado para un hipotético segundo trabajo?
Es una apuesta sonora que tenía pensada desde que salimos a girar con "Sonido Forestal." La banda estaba recién montada y a medida que íbamos dando conciertos nuestro sonido se fue solidificando. Me fui dando cuenta de que lo siguiente que grabara tenía que enfocarlo con más sentido de grupo, y eso significaba caña. Al mismo tiempo consideraba que el tema general que aborda el disco me pedía contundencia.

El álbum muestra una musicalidad más amplia, contundente, con más detalles y variedad que el debut, ¿hasta qué punto ayuda y te impulsa a realizar un trabajo así saberte flanqueado por una banda que te aporta confianza y calidad?
Totalmente. La gran diferencia con el anterior trabajo es que éste lo he compuesto pensando en cómo iban a funcionar las canciones tocadas por nosotros cuatro, a diferencia del anterior que lo compuse sin saber si iba a tener banda. Fue mágico entrar en el estudio; grabamos casi sin ensayar, pero sabía que Pit iba a sacar chispas en ciertos momentos y que Lander lo iba a dar todo en otros. Con Javi estoy más tiempo porque vive en Madrid y viene a menudo a casa a grabar maquetas, él sí que lo llevaba preparado... Son una gozada. Me siento muy afortunado por tenerles conmigo.

Pese a ese mayor tono de rock and roll y crudeza que prioriza el disco es igualmente visible un espíritu pop, ya sea en temas concretos como “Maquinarias engrasadas” o “Gran gorro de paja” o en el tono general, con el uso de coros y otros recursos melódicos...
La mayoría de las veces escribo antes los acordes que la letra, construyendo melodías que simplemente tarareo. Cuando creo que esa melodía es buena, tiro del cajón de las letras. Quiero decir que las melodías mandan bastante en mi manera de componer, y aunque este disco es deliberadamente más crudo y contundente, lo es en cuanto a sonido pero creo que también lo es en lo relativo a las melodías. Todas se pueden cantar casi sin instrumentos.

Al contrario que en tu predecesor, grabado en Garate y con Kaki Arkarazo, éste decides hacerlo en El Submarino Recordings y producirlo tú mismo. ¿Por qué tomas esa decisión y de qué manera crees que ha influido en el resultado final?
La decisión de grabarlo en El Submarino fue porque Iñigo es un gran amigo que comprende las peculiaridades de la banda. Es muy agradable trabajar con él y nos genera mucha confianza con todo, desde las tomas, las mezclas o los sonidos.Como yo soy quien compongo y grabo demos en mi estudio, y por lo tanto soy el que más claro lo tengo, pues me puse a tomar decisiones. Alguien tenía que hacerlo, porque, excepto Javi, nadie se sabía casi las canciones muy bien al llegar al Submarino. Creo que toda la banda, y el mismo Íñigo, hemos quedado muy satisfechos. Lo mejor es que sentimos que sonamos en el disco a lo que realmente somos en directo. Me encantaría repetir toda la fórmula.

En cuanto al contenido del disco, pese a no rechazar hablar, y a veces duramente, de los malos tiempos que hemos pasado también te inclinas por reivindicar el amor en su sentido mas amplio, ¿durante esta época has notado que ha incrementado tu necesidad de mostrar ese tipo de vínculos afectivos de manera más fuerte que nunca?
Esta época me ha enseñado que lo más importante de todo lo que un ser humano puede tener a su alrededor es el amor. A uno mismo, por encima de todo, y luego desplegarlo sin complejos a las personas o a las cosas con las que uno se relaciona, porque si lo demuestras crece el bienestar a tu alrededor. Como dicen los "Delincuentes Románticos”, el amor es la respuesta, a todo.

Precisamente tanto el título de ese tema como su idea es muy curiosa, una especie de banda de Robin Hoods que “firman” sus acciones con la frase “el amor es la respuesta”, toda una declaración de intenciones, desde luego...
Me propuse escribir una historia romántica y me divertí bastante. Cuento que ellos viven felices a pesar de su condición de fugitivos porque se enorgullecen con sus actos, hacen lo que les dicta el corazón y al final siempre perdura lo que es digno y valiente. El amor es la respuesta. El toque frívolo es que también son unos dandys seductores, "rompiendo tu corazón..."

“Lo mejor es que sentimos que sonamos en el disco a lo que realmente somos en directo.”

Y a pesar de que ”Esperando el fin del mundo” es probablemente el tema más explicito y duro en cuanto a los tiempos que estamos viviendo, aun así sigues colando en él la necesidad de pensar y sentir en la gente cercana...
"Esperando el fin del mundo" pertenece a una tanda de canciones que deseché porque llevaban un mensaje pandémico que me empezó a generar mal rollo. Tenía demasiadas letras sobre "el final de algo" o sobre "enfermos por alguna cosa"... incluso "La Onda Expansiva" era una canción que escribí con nueve estrofas que hablaban de mierdas pandémicas. Pero cuando se me ocurrió el cambio de "mientras arden sus banderas…", me pareció que la canción tomaba un brillo especial que me gustó mucho. Incluso el final, aunque dice que "nos vamos a la mierda", me suena positivo y muy vital. Puedo imaginarme a peña en un bar con jarras de cerveza cantando esto.

“Mejillas” es una canción en la que utilizas un poema de Ricardo Lezón. ¿qué encontraste en ese texto, o cómo surgió la idea, para convertirlo en una canción de tu repertorio?
Surgió porque flipé al leer su libro "Los minúsculos latidos" (Bandaaparte editorial). Lo devoré en un día y lo he vuelto a leer varias veces. El libro se compone de poemas escritos en prosa o relatos con una prosa muy poética, que es lo mismo explicado de distinta manera, por eso están cargados de una tremenda expresividad. Cuando me topé con "Mejillas" literalmente visualicé una explosión de colores, cuerpos, humo... algo súper expresivo y surrealista. Estaba escribiendo letras en esos días y le pregunté si me dejaba adaptarla. Dijo que sí. Ahora cada vez que la canto me tiembla la voz.

”Iron Man (menear el cuerpo)” es una reivindicación de cómo la música, en este caso la de Black Sabbath, puede cambiar la vida de una persona, aunque llama la atención que la cantas en femenino, ¿qué hay detrás de ese recurso?
Es curioso, estaba pensando en una chica que trabaja en la calle, esclavizada por algún proxeneta y que, de pronto, experimenta una epifanía. Ve la luz en forma de Líder hipnótico y envolvente, alguien a quien seguir, militar en su secta... pero no seguí por ahí y cambié a Black Sabbath, banda que amo. Y como ya digo que el amor es la respuesta a todo, me dejé llevar por el resto. Es una gamberrada.

En el otro extremo está “Maquinarias engrasadas”, donde criticas la homogeneización de la música, su conversión en un mero producto que su publicita para su éxito, una reflexión que no queda solo ahí sino que la haces extensible a todos los aspectos de la vida...
Hablo de esa homogeneización en la que cada vez más gente se siente cómoda porque le permite vivir sin pensar en nada más que consumir y ser consumido por la maquinaria. Desde la música, noticias o estética hasta las ideas. Solo hay ideologías cerradas donde el que piensa distinto, o critica un poco, no cabe. Pero bueno, yo mantengo un mensaje vitalista y confirmo que aún queremos más de lo nuestro, que nos gusta nuestra manera y que nos mantenemos milagrosamente vivos. También pienso que el amor en estos temas tiene toda la importancia.

“Esta época me ha enseñado que lo más importante de todo lo que un ser humano puede tener a su alrededor es el amor.”

El álbum se cierra con una canción, “Un fantasma”, que transmite un sonido mucho más analógico, casi improvisado, con un estilo entre la ELO o Beach Boys que casi parece marcar cierta ruptura con el tono global del álbum, ¿por qué un cierre tan particular?
Esta la canté con gripe y es la única que está grabada en mi estudio. Fue un arrebato de una noche. Solo hay piano, bajo, batería y muchas voces. Uno de los juegos que más me gusta en el estudio es experimentar con las voces, sus planos y armonías. Escuchar y modificar hasta que doy con lo que busco y en "Un fantasma" me gustó mucho el resultado con las toses y el ruido de fondo, el final caótico... Además la letra me parece que aporta un punto optimista al disco, porque hablo de liberarse de una carga que no te deja avanzar y ser tú mismo, una carga que no sirve para nada.

Mientras en las épocas más duras de confinamiento todos echábamos de menos poder residir en un paraje solitario y tranquilo, tú hace tiempo que tomaste la decisión de abandonar el ruido e irte a la Sierra de Gredos, ¿se ve la vida, y por extensión la música, de una manera muy diferente según el ambiente en el que resida uno?
Se vive de otra manera en el campo. Entras en unos ritmos de vida más lentos pero si te relajas demasiado o no tienes inquietudes, puedes perderte. El placer está en la dosis. Yo intento escaparme a Madrid y respirar aire sucio, ir al cine, ver un concierto, notar el jaleo. Si no lo hago de vez en cuando, me aplasto.

En cuanto a la música, he notado un crecimiento. Sigo haciendo lo que puedo, pero me conozco mejor y he superado algún complejo. Tengo más tiempo para tocar y jugar con el piano, órgano, batería y esto ayuda a mi creatividad.

Supongo que ahora toca pensar en en los directos, especialmente con un disco como éste...
Sí, desde luego, lo estamos deseando...

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