“Quería un ‘punch’ nuevo y este disco lo tiene”

Garamendi edita nuevo álbum con la ilusión de quien sabe que ha arriesgado y ha funcionado, y en el que explora nuevos mundos dando un salto de calidad en su trayectoria. Tras año y medio de trabajo y de haber participado en otros proyectos como la producción del disco de los también getxotarras Smile, publica su segundo largo “Desert plains” (Warner Chapell). Adentrándose en el mundo de la autoproducción y con el apoyo de varios músicos, este trabajo consigue dejar de lado las guitarras para explorar atmósferas en las que el viento es predominante y marca el hilo discursivo del álbum.

Muchos meses de preparación de este trabajo, ¿cómo ha sido el proceso hasta convertirlo en realidad?
He estado un año y medio en el estudio de Saúl Santolaria y el proceso ha sido muy bonito. Venía buscando un sistema con el que pudiese autogestionarme: quería mezclar las pistas, poner y quitar según me apeteciera y en el estudio de Saúl lo encontré. Cuando estás tan metido en un proceso y te haces cargo y responsable de todo, acaba y tienes una sensación de trabajo bien hecho y de haber aprendido un huevo. En definitiva, he hecho lo que he querido. Tenía muchas ganas de escuchar violines y ver mis arreglos en lo orgánico, y la verdad es que el resultado es un subidón. Creo que queda patente que es un disco elaborado poco a poco, con mucho mimo, sin prisas. Y al estar Borja Barrueta en la percusión creo que cuenta con unas bases muy buenas y trabajadas.

¿Por qué este ‘Desert plains’?
Al trabajar en el disco y en general, me sentía como si estuviera vagando un poco en el desierto. No me refiero a estar desorientado ni nada de eso, pero sí quiero decir que al estar solo y llevarlo yo casi todo, me sentía un poco así. Estaba en un punto de búsqueda, de soledad, muy positivo, pero al final yo solo ante el peligro.

Un álbum en el que has dejado de lado tu perfil quizás más rock para optar por un sonido mucho más atmosférico y con el viento como naturaleza dominante en la mayoría de los temas…
Vengo de tocar en locales, garajes y en otras bandas donde arreglábamos todo con guitarras; ahora tenía la oportunidad de dar un paso más hacia arriba y creí que era el momento. Cogimos a nueve músicos para tocar los arreglos, los duplicamos tres veces y nos dimos cuenta de que tenía masa de orquesta, por eso dejamos las guitarras de lado. Pensé que tenía eso, más batería, más piano, bajista, programaciones… Es cierto que siempre he escuchado rock, pero aquí quería apostar y jugarlo más todo a la distorsión. Quería un ‘punch’ nuevo y distinto en este álbum.

Para ese ‘punch’ nuevo me imagino que habrán sido cruciales las colaboraciones.
Como he dicho, buscaba un sistema concreto y en el estudio de Saúl hay mucho músico itinerante (Gorka Barrueta es un ejemplo), y con todos ellos fuimos trabajando en pequeños elementos del disco. Luego fue cuando decidimos coger a la orquesta al completo. La verdad es que hemos aprendido mucho de gente que tiene el culo ‘pelao’, que son profesionales de primer nivel.

¿Por qué “So high” como single? Parece que ha funcionado muy bien si nos fijamos en las reproducciones en Youtube… ¿Tienes ya pensado los siguientes singles?
Me parecía un tema muy representativo, bueno para abrir boca. Creo que iré sacando singles poco a poco… Dentro del disco hay canciones que quizás gente con más nociones musicales apreciará más, y otras más accesibles, para un público más general. Incluso hemos contado con Tchad Blake (Arctic Monkeys, Travis, The Black Keys) para la mezcla de uno de las canciones. En esta selección de temas quería complicarme en armonías, modular, hacer alguna canción solo con la orquesta y creo que todo ello se refleja en el disco.

A veces cuando alguien se acerca a Garamendi no sabe muy bien en qué liga juega, si en la de lo independiente, en lo comercial…¿Crees que eso te ha perjudicado de alguna manera?
Probablemente a corto plazo pueda parecer que estoy en tierra de nadie, pero a largo creo que es mucho más interesante lo que hago. Tampoco me importan mucho las etiquetas, no me preocupan demasiado. Si haces música para salir en tal revista o acceder a tal festival, me parece respetable, pero no es mi forma de trabajar.

Hablemos del directo, ¿cómo piensas plantearlo con un sonido tan atmosférico y de tanto peso de lo instrumental?
Haremos las fechas con la banda al completo porque hemos estado probando en algún directo y vemos que funciona. No creo que sea un tipo de música para sala, sino para algo más contemplativo y para explorar, quizás un teatro. Tenemos algunas fechas por el norte y Castilla, e iremos cerrando más cosas de ahora en adelante. Creo que la gente que tiene buen oído verá que no hay miedo en este álbum y sí un afán por seguir creciendo como artista.