Con los cuatro adelantos, Ganges ya había generado unas altísimas expectativas a un público aún despistado por el cambio que parecía tomar su carrera musical. “Ya no te quiero”, “Okinawa”, “6º” y “Ojalá fuéramos amigos” fueron los elegidos para abrir apetito de un disco en el que, según Teresa, hay mucho más de ella que en toda su música anterior.
Estrenas nuevo disco, “Dime algo (bonito)”, ¿qué tal lo está recibiendo tu público?
Muy bien. Está teniendo muy buena acogida y estoy súper contenta. La verdad es que creo que es el que mejor está funcionando con diferencia y el que más me gusta a mí, o sea que todo bien.
¿Cómo ha sido el trabajo de composición en el que, además, imagino que se interpondría el confinamiento del pasado año?
Bueno, cuando empezó la pandemia ya lo tenía compuesto, lo que pasa es que sí que ha influido a la hora de decidir cuándo empezar a sacarlo, pero si saqué el disco anterior en noviembre, en diciembre empecé a aprender a producir y a la vez a empecé a componer nuevas canciones y lo tenía hecho súper pronto. O sea, ya en marzo estaba hecho todo, más o menos, el master y eso no. Pero ya con la pandemia tenía mi disquito ahí y entonces esperé un poco, aparte de por la situación, porque quería tener un equipo de trabajo bueno con quien sacarlo y planificarlo todo bien, así que esperé a sacar singles hasta octubre.
¿Tenías algún concepto en mente que quisieras expresar a través de este disco?
Sí, yo creo que todas las canciones tienen mucha coherencia a nivel sonido y a nivel letra. Hay canciones más bestias, con muchísimas capas como puede ser “6º” y, de repente, está “Domingo Imaginario” que son tres capitas y que es algo muy acústico, pero tienen una cohesión. Creo que está bastante empacado, como que todo pertenece a un mundo y tampoco es que hiciera un estudio de lo que quería hacer, simplemente surgió en una época en la que me salían cosas parecidas entre comillas y tenía una conexión natural. Sí que lo veo ahora y tiene sentido, pero tampoco es que lo pensara premeditadamente, fue surgiendo. De hecho, iba a ser un EP de siete canciones pero hice el interludio, “Dime algo (bonito)”, que le da nombre, y se convirtió en disco. También me apetecía que fuera largo, porque pensaba que, aparte de que tenía sentido, al final tiene más repercusión y pisas más fuerte.
Decías que lo tenías compuesto hace más de un año. ¿Has compuesto algo nuevo en este tiempo?
Sí, seguramente saque un EP el año que viene, pero sí, tengo muchísimas compuestas. Imagínate, un año entero, pero tengo muchas canciones, tengo que hacer criba. Hay algunas fijas que me encantan pero sí, ya tengo compuestas bastantes cosas. Estoy mirando a ver cómo lo hago.
En 2018 decías en una entrevista que aún estabais buscando tu sonido. Ahora, me da la impresión de que lo has encontrado. ¿Cómo ha sido el proceso?
Ha sido dificilísimo, la verdad. Porque ha sido un proceso de años y de estar, psicológicamente, en muchísimas fases. Al final he tenido que llegar a un momento en el que estaba bastante regulera y entonces dije “voy a hacer este disco o lo dejo todo”, más o menos. Suelo decirlo mucho, pero es que mi personalidad no estaba nada representada en la música que hacía. Soy una persona que estoy siempre de coña, estoy un poco loca, un poco infantil… Y nada de eso se veía en mis anteriores discos que era como algo súper profundo, ambiental, tristísimo… Todo muy en serio. Ahora es todo un poco de coña y yo creo que eso se nota, que de repente hay mucho más de mi persona en este disco que en toda la música anterior.
"Mi personalidad no estaba nada representada en la música que hacía".
Además, también has dicho que justo antes de trabajar en este disco te planteaste dejar la música. ¿Qué te dio el empujón para seguir?
No tengo ni idea, la verdad. Yo creo que es porque soy trabajadora y luchadora y porque he puesto muchísimo en este proyecto. Entonces decía “tengo que seguir”, no sé por qué. Podía haber sido que no, pero dije “venga, vamos a hacer exactamente lo que tienes en la cabeza y a por todas”. A la Teresa del pasado la quiero abrazar [risas].
De hecho, ahora que hablabas de ese tono menos serio, incluso infantil, me recuerda a alguna de las referencias que hay en tus canciones a temas como el universo otaku.
Claro, yo quería hacer eso, pero que tuviera clase porque es verdad que, por ejemplo, todas las canciones de anime me flipan, pero igual no me siento representada en ese rollo. Que, por otro lado, me gustan mucho Axolotes Mexicanos, que son como si fuera anime en español pero yo quería hacerlo elegante, entonces era un reto porque quería introducir un mundo con cohesión con mi música. Poco a poco empezaba a crear las canciones, metía las bases muy yo, muy electrónicas, pero luego las letras iban sobre cosas que me interesaban a mí y, al final, salió una cosa muy friki pero un sonido con el que me sentía identificada.
Uno de los temas predominantes en tu música y en este nuevo disco en concreto es el amor. ¿Lo haces para resarcirte de experiencias propias o es más ficción de lo que parece?
Sí, toqueteo cosas que he vivido, pero de una forma irónica y cínica, en vez de desde el rencor absoluto. Incluso “6º”, que parece que va de rencor a muerte, te ríes un poco de la forma que tienes de gestionar las rupturas que, a veces, es un poco infantil. El sufrimiento te hace estar desde un punto en el que no eres todo lo maduro que quieres porque el dolor te hace gestionar las cosas así y es algo muy millennial. Nos pasa a todos y nos podemos sentir identificados, pero desde una parte de risa que también es algo empático, en plan “sé que es una tontería como una casa, pero nos pasa a todos”.
A lo largo de todo el disco hay un ruido blanco que no sé si has incluido para darle un toque lo-fi o si va más lejos.
Sí, todo tiene un rollo vinilo que es como si estuvieras escuchando uno y, de hecho, va a salir en vinilo. Es para que fuera como más analógico.
¿Cómo es eso de sacar vinilo ahora, en 2021, y con la situación que atravesamos?
El vinilo ahora vende más que el CD y además me parece que este disco es muy ‘vinilable’, por así decirlo. Siempre me lo he imaginado en vinilo, no sé por qué, pero igual también por lo del ruido blanco… Lo veo perfecto para vinilo, nunca había hecho uno antes. Pero este disco me gusta tanto y es tan especial que quiero que sea en vinilo por eso: porque es especial, porque creo que le pega, porque se vende mejor, porque me imagino el diseño y me parece perfecto para vinilo…
"Este disco me gusta tanto y es tan especial que quiero que sea en vinilo".
En octubre de 2020 sacaste el primer adelanto de este disco, “Ya no te quiero”. ¿Bajo qué criterio escogiste los temas que saldrían como singles?
Pues “Ya no te quiero” es una canción muy pequeñita pero bastante representativa de lo que vas a oír. Yo lo veía como un aperitivo para preparar los oídos de la gente. Después, “Okinawa” lo veía como el hit que creía que iba a entrar mejor y me sorprendió porque llegó “6º” y reventó. “6º” es el hit que yo pensaba que iba a ser “Okinawa”. Y después ya saqué “Ojalá fuéramos amigos”, que es mi favorita de los cuatro adelantos y es como más chill.
Hablas de que “Okinawa” es tu favorita de los adelantos, pero ¿cuál es tu favorita del disco?
“Árbol Deku”, que ha salido con el disco y, de hecho, estuve pensando hacerla single pero al final decidí que no. Y es mi canción favorita porque va del Zelda, que es mi juego favorito de todos los tiempos, y me encanta porque es de venirse arriba en los conciertos y ahora ya tengo esa oportunidad. Me gusta que vaya de este juego y es como muy friki, pero me encanta esa canción, la verdad.
Además, todos tus adelantos van acompañados de videoclip, una faceta que sueles trabajar y cuidar mucho.
Sí, siempre les he prestado especial atención porque trabajo mano a mano con Juanjo Marbai, y ambos trabajamos de fotógrafos y de videógrafos, a veces. Teníamos súper clara la imagen que queríamos llevar en este disco desde el principio, todo más cercano, más colorido, más infantil. Y siempre le hemos dado tanta importancia como a la música. Siempre nos ha preocupado un montón. Aprendimos a hacer videoclips para que fuera dentro de casa, por así decirlo, porque teníamos muy claro el estilo que queríamos hacer y a veces da un poco de miedo dejarlo en otras manos. Pero, por ejemplo, en “Okinawa” el vídeo lo hizo Héctor Herce, que a mí me encantaba todo lo que hacía y cuando hablamos para hacer algo estaba súper contenta y el resultado me encantó y es uno de mis vídeos favoritos. Después, también conté con un ilustrador que me encantaba que se llama Julián Gallese para hacer “Ojalá fuéramos amigos” y me encantó también porque nunca había tenido un videoclip ilustrado. Fue como el momento perfecto porque la canción era perfecta para eso. Pero el resto lo hicimos Juanjo y yo y estoy muy contenta porque son vídeos con cero presupuesto, prácticamente, cuatro personas, y yo los monto.
¿Qué música estás escuchando últimamente?
Estoy escuchando mucha banda sonora ahora mismo, la verdad. La banda sonora de “Minari”, que es una peli coreana que ha sido nominada a muchísimos Oscar. Te la recomiendo. De hecho, creo que se ha llevado un Oscar a mejor actriz secundaria. Antes de ver la peli, me escuché la banda sonora entera y lloré muchísimo, me encantó. Después vi la peli sabiéndome de memoria la banda sonora, imagínate.
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