‘Luz de fondo’ es el primer disco de Gáldrick, así que para empezar y ubicar al lector ¿Quién es Gáldrick y qué tipo de música pretende hacer?
Bueno, en primer lugar, muchas gracias a ti, Raúl, y a Mondosonoro por vuestro interés. Gáldrick es el nombre artístico y real de Gáldrick de la Torre Ávalos, un profesor y estudioso de la literatura que recientemente, como Don Quijote, se ha reinventado, en su caso como cantautor; aunque, a decir verdad, lo cierto (y paso ya a la primera persona) es que escribo canciones desde que era adolescente, por lo que ha sido, por así decir, una metamorfosis muy natural: siempre me ha interesado la parte lírica y compositiva de las canciones, que considero una forma extensiva de la literatura. En lo relativo a tu segunda pregunta, escribo canciones sin ningún tipo de pretensión; para mí escribir consiste justamente en dejar que la canción te lleve, intentar descubrir a cada paso lo que la canción te está pidiendo, hasta llegar a un resultado… si es que llega: es un ejercicio platónico.
¿En qué momento comenzó a gestarse ‘Luz de fondo’? ¿Cómo ha sido el proceso compositivo y de grabación del disco?
Después de un bloqueo creativo de cinco años, en 2018, que fue un año intenso para mí por circunstancias varias, sentí la necesidad ingente de volver a escribir canciones, pero no daba con la manera. A finales del verano de aquél año me trasladé a Nápoles, donde viví algunos meses, y de repente las canciones llegaron: una de ellas, de hecho, “La tormenta”, que fue la primera que escribí justo después de un gran diluvio que se produjo en la ciudad, está incluida en Luz de fondo. En Nápoles surgieron, pues, las primeras canciones. Cuando volví a Catalunya, les enseñé a mis amigos poetas y profesores de literatura algunas de esas canciones que había estado escribiendo durante el tiempo que estuve en Italia, y otras en las que empecé a trabajar a mi regreso, para saber su opinión. Lo mismo hice con mi amigo Enrique y su maravillosa esposa Anna, una noche, cenando. Semanas después, creo que por un comentario que hizo Anna aquella noche, Enrique me llamó para proponerme grabar un disco «por nuestra amistad». A partir de ahí, nos pusimos a trabajar en la maqueta: grabamos la guitarra y la voz del repertorio que traía entre manos, unas cuatro, cinco o seis canciones (no recuerdo bien), a las que luego sumamos otras, a medida que las iba terminando, e hicimos una selección. Yo había imaginado más o menos por dónde tenían que tirar las canciones a nivel de arreglos, y tanto mis ideas como las de Enrique, que por su experiencia, conocimientos teóricos y perfil de músico multiinstrumentista, además de su buen gusto, tiene una visión clara y orgánica de las canciones, las fuimos anotando en un cuaderno. Luego fuimos creando versiones de cada canción. Tengo que decir que nos lo tomamos con mucha calma. Enrique y yo somos muy perfeccionistas: escuchábamos la versión, nos dábamos unos días para ver cómo iban cambiando nuestras impresiones y seguíamos dándole vueltas, tomando puntualmente notas de todo el proceso, hasta llegar a un resultado que a los dos nos convenciese: podían ser meses (como en “Razón de amor”) o apenas unas semanas porque, desde el principio, teníamos claro por dónde tenía que tirar la canción (“El tren”). Una vez terminada la maqueta (si no me equivoco, en el verano de 2020 o quizá algo antes), Enrique se la enseñó a Xebi SF, que se interesó en lo que estábamos haciendo y de forma muy generosa quiso tomar parte ayudándonos a grabar el disco, lo que hicimos durante la Navidad de aquel año, en varios estudios. Xebi participó en la grabación no solo directamente, encargándose con Carles Xirgo de la mezcla, sino también grabando algunas pistas, facilitando la colaboración con Paco Loco y poniéndonos en contacto con Aleix Bou y Miquel Sospedra, algo que, por su parte, fue un acierto en toda regla. Tanto Aleix como Miquel, además de ser personas muy agradables, lo que hace que sea fácil trabajar con ellos, muy imaginativos y unos maestros en sus respectivos instrumentos, así como eclécticos en lo tocante a la interpretación, tocan juntos desde hace muchísimos años, y esto se nota: hay una química entre ellos que, creo, traspasó al disco. Y a los hechos me remito.
“Cuando escuché por primera vez a Nacho Vegas la torta fue grande”
Entonces, en la concreción del disco tuvo mucho que ver tu relación con Enrique Teruel, encargado de producir el disco junto a Xebi SF...
La aportación de Enrique ha sido fundamental. Enrique y yo somos amigos desde el instituto, y nuestra relación siempre ha estado marcada por la música, además de por un sentido del humor algo básico. Fue, de hecho, Enrique quien me metió a tocar el bajo en la que fue nuestra primera banda de instituto cuando teníamos trece años. Además, sucede que Enrique tiene un hermano mayor (Carlos). Digo esto porque las únicas formas de acceso a la música que teníamos por entonces los hijos de familia obrera eran la MTV, los cumpleaños, los discos de nuestros padres y los de nuestros hermanos mayores, aquellos que, como Enrique, tenían uno que se dejaban la pasta en comprar discos y casetes. Por tanto, conocer a Enrique fue para mí conocer también a Héroes del Silencio, The Cure, Extremoduro, y otras tantas bandas y músicos que, en un momento de descubrimiento como es la adolescencia, cuando estás desarrollando tu gusto musical –un gusto que, creo, te marcará ya de por vida–, pasaron a ser nuestros referentes musicales compartidos. Así que, respondiendo a tu pregunta, efectivamente la relación con Enrique ha influido, y mucho, en el sonido del disco: porque a mis propios referentes y a los que compartimos, Enrique ha podido sumar también los suyos. Por todo ello, y por nuestra amistad, trabajar con él resulta tan fácil: remamos en una misma dirección, compartimos un espacio, aun cuando cada uno tenga sus propios intereses y espacio creativo. Creo que la gran aportación, entre muchas otras, de Enrique al sonido del disco tiene que ver con su interés por lo experimental, especialmente por el ruidismo y los sonidos ambientales, todos ellos de cosecha propia grabados artesanalmente en su propia casa (Risas). Y luego esas guitarras limpísimas tan características suyas, herencia de su admiración por U2. En cuanto a la aportación de Xebi, yo conocí musicalmente a Xebi SF en 2016. Enrique había entrado a formar parte como guitarrista en su banda. Xebi buscaba alguien que le revisara las letras de su disco Tibidabo y Enrique le habló de que tenía un amigo filólogo (yo) que podía echarle una mano. Escuché aquél disco y, a partir de ahí, el resto de su discografía: me caló. De repente, encontré a alguien en Girona que hablaba mi idioma, pero no fue hasta que Xebi escuchó la maqueta de Luz de fondo que, para mi suerte por lo mucho que he aprendido, nos conocimos personalmente y empezamos a trabajar juntos. La aportación de Xebi al sonido de Luz de fondo, como te comentaba anteriormente, es grande y variada; tiene que ver con su gran experiencia en todos los ámbitos de la música (justo ahora está promocionando su cuarto disco Hola Elefante). Xebi ha colaborado con la mezcla, pero también ha sido la persona que ha tenido la visión y la inteligencia de seleccionar a las personas que han participado en la grabación del disco, que se ha grabado bajo su tutela; ha sido muy generoso y, desde luego, Luz de fondo no habría sido lo mismo sin que, en un momento dado, Xebi hubiese decidido tomar parte de todo ello. Además, también comparto con Xebi un montón de referentes musicales, por lo que puedo decir lo mismo que antes decía para Enrique: remamos en la misma dirección.
‘Luz de fondo’ es un disco precioso y delicado, de perfil exquisito y marcada sensibilidad ¿Qué tipo de disco querías hacer? ¿Qué aspecto querías que tuviese el álbum?
Sucede, por esta mi primera experiencia, con los discos un poco como con las canciones: no tengo ninguna idea preconcebida. Dejo que se haga el disco igual que se hace la canción, como resultado de una especie de búsqueda intuitiva que hace que la canción vaya definiéndose a cada paso, y de eso trata precisamente, en parte, “Por la gracia de la canción”. Sí que es cierto que cuando Enrique y yo grabamos las primeras canciones de la maqueta, empecé a vislumbrar cuál era el sentido: la forma conceptual en el que las canciones se llamaban entre sí, unas a otras, por medio de las metáforas e incluso de la ambientación, correspondiente a las distintas partes del día: pero no fue esto algo preconcebido sino el fin de un proceso que venía haciéndose y del que yo solo tuve relativa conciencia, momentos de cierta lucidez. Es esta parte consciente de las canciones de Luz de fondo la que luego Enrique trató de subrayar musicalmente por mediación de los arreglos.
Me gusta especialmente un contraste presente a lo largo de toda la obra: se trata de un disco acogedor, de apariencia sencilla y hermosa pero al mismo tiempo trabajado a conciencia y muy cuidado ¿Qué deben tener las canciones, en tu opinión, para conseguir ese efecto en el oyente?
Bueno, efectivamente, para bien o para mal, es un trabajo perfeccionista: Enrique y yo somos así, y creo que esta es otra razón por la que nos entendemos bien en lo musical. En respuesta a tu pregunta, creo que las canciones deben ser honestas, y precisamente en los dos sentidos que apuntas: debe haber un trabajo (no se trata de tomarle el pelo a la gente), pero también algo que sea genuino, que salga de dentro. De lo contrario, veo difícil crear ese efecto de extrañamiento en el oyente.
Otra de las cualidades del disco, y que se mantiene constante a lo largo de todas las canciones, es la elegancia que presenta cada una de ellas ¿Cuál fue tú premisa ineludible a la hora de trabajar estrictamente en las propias canciones?
Llegar a resultados que para nosotros fuesen convincentes, algo que asocio, por el trabajo, a la honestidad de la que antes te hablaba. Para mí resulta difícil no involucrarme emocionalmente con las canciones, llegar a encontrar cierta distancia objetiva que me permita valorarlas; pero, aunque el proceso creativo sea un camino lleno de inseguridades, tiene que haber unos mínimos; tienes que ser capaz de llegar a una forma definida de la canción que sientas como propia y acabada, y ser valiente para desecharla cuando no es así.
“Escribir consiste en dejar que la canción te lleve: es un ejercicio platónico”
Tus canciones se manejan entre folk y un tipo de pop que toma diferentes formas dependiendo de la ocasión ¿Qué significa para ti cada uno de estos géneros y cómo deben entremezclarse para que el resultado tenga sentido y funcione?
Para mí el folk es la forma más elemental de la canción; es la canción al desnudo, donde la letra adquiere la misma relevancia que la melodía. El pop, por el contrario, creo que es más bien un sonido o cierto tipo de música orientado hacia un público mayor. Aquí la literariedad pasa un segundo plano, importan los buenos estribillos y las melodías pegadizas. La relación que puede darse entre estos dos géneros es la misma que puede darse en la relación con otros. No creo que haya una fórmula; simplemente hay canciones que se prestan a un tipo de sonoridad y otras que no. “Razón de amor” era, en origen, una balada, guitarra y voz. Enrique y yo nos la llevamos hacia el terreno del pop y del rock; mientras “En cada palabra” se mantuvo, más o menos, fiel a sus orígenes, aunque luego Enrique añadiera ciertos arreglos, mínimos, de música urbana. En ambos casos, fueron las mismas canciones las que nos llevaron a uno u otro terreno.
En el disco también participan los músicos Miquel Sospedra (bajo) y Aleix Bou (batería) que antes mencionabas, además de contar con la presencia de Paco Loco ¿Cómo ha sido trabajar con cada uno de ellos?
Efectivamente y como te adelantaba, ha sido una suerte poder contar tanto con Miquel Sospedra y Aleix Bou, en la grabación del disco, como con la colaboración de Paco Loco, todo gracias a la perspicacia y el buen de hacer de Xebi que nos puso en contacto con ellos y llamó a Paco para proponerle la colaboración en “El tren”. Paco fue muy amable y no tardó apenas nada (juraría que fue dentro del mismo día) en mandarnos unas pistas de omnichord y de guitarra, que ahí están y por las que le estamos inmensamente agradecidos. En lo que respecta a Aleix y a Miquel, trabajar con ellos fue muy fácil, no solo porque son majísimos y muy creativos sino porque son increíblemente buenos en lo que hacen y en el dominio de sus instrumentos. Además, como te comentaba, fue un acierto de Xebi porque Miquel y Aleix se conocen desde hace muchos años, han tocado un montonazo juntos y creo que eso les ha dado cierta química en lo musical que ha traspasado al disco. El final de “No espera”, donde se alternan bajo y batería, es una buena prueba de ello.
Voy a señalar algunos nombres que me han venido a la cabeza escuchando ‘Luz de fondo’ y me gustaría que de dijeses qué opinas o cuáles de ellos han sido ciertamente una influencia para ti: Nacho Vegas, Tarik y la Fábrica de Colores, Elle Belga, Fabián, Julio de la Rosa, Pigmy e incluso Los Planetas en su faceta más introspectiva.
Nacho Vegas y Elle Belga, sin duda. Nunca olvidaré cuando con veintidós años trabajaba de noche descargando camiones y escuché por primera vez, de madrugada, “El hombre que casi conoció a Michi Panero”. La torta fue grande. En general me interesa mucho la escena asturiana: también me flipan Pablo und Destruktion y Lorena Álvarez, a quienes sigo desde hace tiempo. De Pablo und Destruktion siempre he pensado que es algo así como nuestro Nick Cave y las canciones de Lorena Álvarez me emocionan sobremanera. En cuanto a los demás, a excepción de Los Planetas, que no los he escuchado lo suficiente, no tengo el gusto de conocerlos. Me anoto las referencias.
En el disco también se perciben referencias a cantautores clásicos (por ejemplo, en “En cada palabra”) ¿Cuáles son tus favoritos o en los que más te has fijado para componer tu propia música?
Bueno, además de los anteriores, me gustan mucho Xebi SF, María Rodés, Xoel López y Christina Rosenvinge, de la que he escuchado prácticamente toda su discografía y leído con gusto su libro Debut, que tiene unos apuntes muy interesantes sobre el trabajo de hacer canciones; Joaquín Sabina y Luis Eduardo Aute, a quienes escucho desde la niñez y admiro muchísimo por su manera de trabajar con imágenes: “Albanta” es una canción que me maravilla y las canciones de Joaquín Sabina fueron las que hicieron que ya de adolescente me interesara por la parte compositiva y poética de las canciones. Del inglés, Leonard Cohen, Townes Van Zandt, Nick Drake, Elliot Smith, Cory Hanson, Beck en su vertiente más lírica ("Sea Change", "Morning Phase"), Bob Dylan, Bill Callahan… son artistas que tengo muy presentes y que, igual que todos los mencionados, en esta y en la anterior pregunta, me golpearon con fuerza la primera vez que los escuché.
Precisamente te iba a comentar que otra sombra alargada que veo durante buena parte del disco es la de Nick Drake, por ejemplo en la inicial “Por la gracia de la canción”.
Las canciones de Nick Drake, sin lugar a dudas, son una inspiración para mí, y su sombra, como bien dices, es alargada, aunque no siempre soy consciente de ello, a excepción del caso de “Nada nuevo bajo el sol”, donde, llevado a un terreno bíblico, sí pensaba en “Things Behind The Sun”.
Por su parte, “Como un animal” puede remitir a Cass McCombs y Damien Jurado ¿Qué puedes decirme acerca de esa canción?
Vi una publicación en el Instagram de Lorena Álvarez de unos versos sacados de la poesía de San Juan de la Cruz, que, como no podía dormir, releí: «En la noche dichosa / en secreto que naide me veýia / ni yo mirava cosa / sin otra luz y guía / sino la que en el coraçón ardía». Escuchaba su primer disco, Anónimo, y el último de Christina Rosenvinge, "Un hombre rubio". Poco después compuse “Como un animal”.
Una de mis favoritas es la emotiva “Hoy el cielo se abre”, que me recuerda mucho a cierta faceta de Los Planetas.
Me consta que hay esa faceta de Los Planetas, más experimental, en la que adquieren relevancia los sonidos ambientales, a la que, creo, probablemente, te refieres (¿”Islamabad”?), aunque lo cierto es que la he escuchado poco. Por otro lado, me alegro de la reacción que está teniendo entre el público “Hoy el cielo se abre”. No está entre mis canciones favoritas, pero le guardo cierto cariño por esto mismo. Esta es también la razón por la que decidimos que fuera el segundo single de Luz de fondo.
Al ser tu primer disco ¿Sientes un poco de vértigo ante lo que pueda venir? ¿Cuáles son tus expectativas reales con el álbum? ¿Cuál es el objetivo?
No hay un objetivo marcado ni tampoco unas expectativas. Escribo canciones por pura necesidad. Es mi forma natural de expresarme. Por otro lado, tampoco pienso demasiado las cosas; simplemente las hago. Intento hacer lo que siento, aunque, como dice Cohen en “Bird On The Wire”, no siempre sea posible.
¿Hay gira prevista para presentar las canciones de ‘Luz de fondo’? ¿Cómo son (en formato y emociones) los conciertos de Gáldrick?
Hay algunas fechas de presentación confirmadas y esperamos incluir otras tantas más. En cuanto a los conciertos, los que son en formato reducido (Enrique y yo) tienen un cariz más íntimo, con las canciones replanteadas; mientras que el sonido cuando tocamos con la formación al completo es más cercano al de una banda de rock. Con respecto a las emociones, habría que preguntarle al público. En mi caso, por mi corta experiencia (hemos dado, de momento solo dos conciertos) depende del lugar, del momento, la reacción de la gente, de cómo yo me sienta, lo cual altera mi percepción… Hay algo litúrgico e incontrolable en el directo que hace que sea difícil saber cómo será. Y de ahí también la gracia.
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