Y ya sabemos que siempre resulta complicado, o incluso innecesario, para un creador, explicar de dónde nace la inspiración o cómo es su proceso creativo, es por eso que agradecemos profundamente a Gaizka su implicación y las respuestas ofrecidas en una cafetería durante una tarde de diciembre.
Tanto tu disco de debut en solitario como el segundo, que se acaba de editar, se publicaron varios años después de tener las canciones e incluso de grabarlo. ¿Fue porque surgieron imprevistos o por tomar el proyecto con calma y dedicarte a tus otras actividades?
La razón es muy clara, y es que mi principal proyecto es Audience, y el proyecto personal lo tomo como un proyecto paralelo y siempre intento lanzar al mercado o tocar conciertos en solitario cuando de alguna manera Audience ha tenido una pausa. El primer disco lo grabé en el local de Cápsula con la producción de mi amigo Martín cuando estaba con ellos haciendo el Ziggy Stardust. Estábamos de gira, pasaba mucho tiempo en el local y le comenté a Martín que tenía algunas canciones y a ver si le apetecía grabarme. No sé si fue 2016 o 2017, fue para nosotros muy intenso, además falleció David Bowie en esa época, por lo tanto tuvimos un renacer del proyecto del “Dreaming of Ziggy Stardust”. Lo grabé entre 2016 y 2017, pero en el 2017 Audience nos fuimos a Cuba y grabamos el disco “Isla”. Durante el 2018 Audience estuvimos presentando el disco, y no quiero tener dos proyectos a la vez, que uno tumbe al otro o que uno compita con el otro. Entonces decidí publicarlo en 2019, ya cuando la gira de “Isla” había terminado y Audience no tenía previsto publicar ningún disco ese año. En el 2020 decido grabar el disco que se acaba de publicar, “Iaz”, y, en el 2021 Audience publicamos el disco doble “Tolesdurak”, que presentamos en directo. En el 2023 Audience publicamos el disco de versiones de Bob Dylan, que lo grabamos en el 2022, así que es este 2024 en el que el grupo está un poco más tranquilo, no tiene una publicación en el mercado, y he visto un pequeño hueco para poder defender este disco que grabé en el 2020.
Se trata de dejar su espacio a cada proyecto.
Eso es, la cuestión es que, no son dos proyectos que yo equipare de igual a igual y dejar espacio a cada uno. Para mí la prioridad absoluta es Audience. Audience establece un calendario que lo decidimos entre todos y yo me adhiero a ese calendario y únicamente voy a salir al mercado con cosas mías cuando Audience me dé permiso. No me dan permiso, pero vamos, que no haya proyectos a la vista en Audience, es en ese caso cuando me lanzo a lo mío.
Comentabas que las canciones de “Iaz” ya estaban escritas en su mayoría antes de que explotara la pandemia en 2020, y sin embargo es un disco en el que resuena la situación pandémica, sobre todo por algunas de sus letras. Recientemente me aclaraste que en el tema homónimo por ejemplo, aunque tenías la letra escrita, añadiste posteriormente la frase “debekatuta daude”/”están prohibidos”, entrando de lleno en la temática pandémica. Aún así el resto de la letra también me parece que habla de aislamiento, frases como “el año pasado se acabaron los besos, los abrazos y las caricias”, y esto lo escribiste previo a la pandemia. ¿Fue coincidencia o tuviste una sensación respecto a la frialdad de la sociedad? ¿Qué significaba esta canción para ti al escribirla?
No soy yo demasiado partidario de explicar las canciones y dar demasiado contexto a las canciones porque luego limito el significado que pueden tener para otras personas. Pero sin entrar al significado, plantéate que esa letra que tú comentas a lo mejor es porque el año pasado tuve una ruptura emocional con una persona y todos esos elementos cuadran. De repente durante la pandemia se me ocurre la frase que cuadra perfectamente “muxuak debekatuta daude”. Solo esa frase. De repente el contexto de la canción cambia totalmente, ya no parece una canción de amor, desamor o una canción de una relación sentimental que se rompe, donde ya no hay besos, ya no hay abrazos, el año pasado se apagó lo nuestro, ya no hay caricias, ya no hay miradas de complicidad… la canción cambia totalmente de sentido con una pequeña frase; parece que es muy pandémico, pero en realidad sólo hay un par de frases. Otro ejemplo de una canción que cambia de significado sólo con pequeños elementos es “Kantu bat zuretzat”. El disco se grabó en el 2020 pero durante 2024 tuve sesiones de mezclas para ver si las mezclas valían y sesiones de masterización, esa última fase la he hecho en el 2024. La canción “Kantu bat zuretzat” es una canción íntima de, a lo mejor una nueva relación que nace y la complicidad que surge entre dos personas: cuando no podemos dormir de noche te canto una canción, miramos las estrellas, tengo un sueño contigo.. etcétera. Puede ser perfectamente una canción sentimental, una canción tradicional de amor. De repente en el 2023 nace mi hija y no me puedo resistir a meter las voces de mi hija, las risitas, los lloros de mi hija en la canción y de repente la canción para mí es otra. El significado que le doy a la canción, simplemente por introducir esos pequeños elementos, está muy ligado a ella. A veces las canciones cambian de significado depende del contexto, depende de quién las oye, dependiendo del momento vital de cada uno.
Eso es lo bonito, la interpretación de cada uno. Me parece que la otra canción a la que le añadiste una frase posteriormente fue “Ez dakit ezer”. Cuéntanos qué te inspiró esta canción y si terminó mutando o cambiando parte de su significado al añadirla.
Como lo grabé en el 2020 yo sé que todas las canciones las tenía compuestas antes pero incluso mi memoria puede fallar, incluso yo también me engaño a mí mismo y genero relatos. De hecho si hay una canción que a lo mejor casi toda la letra es pandémica esa es “Ez dakit ezer”. Sé que tenía parte de ella escrita y en general yo te diría que el tema principal sería el de la desinformación sobre los medios de comunicación y de cómo cada vez más, con esta sobre información que tenemos, es difícil ver la verdad entre tantos elementos. Y en el mundo de la música también, como decía el premio Nobel Herbert Simon: «Abundancia de información genera pobreza de atención». Hoy en día tenemos en Spotify todo lo que tú quieres, la gente ya tiene toda la discografía de los Stones, que a mí me ha costado mucho tenerla, pero los otros ya la tienen. Pero es que yo la conozco y los otros no la conocen, solo la disponen.
Y luego a veces ni terminan la canción, al escucharla.
Eso es, y además, cuando tienes un montón de discos solo escuchas los primeros 30 segundos y si no te gusta pasas a otra. Para mí “Ez dakit ezer” es un poco sobre… los medios de comunicación, esta sociedad en la que vivimos, en la que no sabes dónde está la verdad y es muy difícil entre toda la información que tenemos distinguir cuál es la verdad. La frase que añadí es “de noche no hay celebraciones y de día no hay saludos”, obviamente esa frase es muy pandémica, el resto de la canción sí que lo puedes tomar en otro contexto, en el de los medios de comunicación, abundancia de información, las fake news, la confusión en general, el ruido que hay en esta sociedad y de la incapacidad de ver la verdad entre tanta mentira.
“A veces las canciones cambian de significado depende del contexto, depende de quién las oye, dependiendo del momento vital de cada uno”
El disco se titula “Iaz”/”El año pasado”, lo que inevitablemente nos lleva a pensar en el 2019. ¿El título del disco fue modificado al llegar los acontecimientos de la pandemia o ya lo tenías en mente?
A veces parece que hay varias casualidades que me llevan a ese título: primero, la canción “Iaz” ya se titulaba así y es de las que estoy muy orgulloso con el resultado; estoy contento con la producción, con la composición, con el ritmo que he elegido… a veces las selecciones que has realizado durante la canción no son las mejores. Con “Iaz” estoy muy contento y también estoy muy contento con la grabación de “Iazz”, con dos zetas, que es una canción, para mí la más jazz de todas, la instrumental, entiendo que a lo mejor la más compleja del disco. Pero en general yo te diría que es un disco que mira el pasado. Primero, porque no quiero hacer ninguna crítica, no estoy en contra de nada, pero yo estoy, si la principal corriente de creación musical, promoción musical, cómo se defiende la música, cómo se graba, cómo se produce, cómo se escucha música etc., va por una línea concreta, yo voy por otra, claramente distinta. Y yo miro más hacia cómo se hacían las cosas antes. Parece ridículo tener que decir que en este disco todos los instrumentos son reales. Cuando hay un vibráfono, es un vibráfono, no es un teclado que hace de vibráfono. Cuando toco el piano, es el piano de mi casa. Cuando toco el clarinete, toco el clarinete, no estoy tocando el clarinete con un teclado. Cosa que en los discos de hoy en día no escucho. Escucho muchos discos en los que veo que eso no es una batería de verdad. O veo que los bombos están repetidos, han cogido el mejor bombo y lo han copiado en todos lados, lo cual le quita dinámica. Esos son para mí los modos de hoy en día de hacer música, en donde lo haces con un ordenador, y en donde un ordenador emula una guitarra, emula un piano, emula un saxo, y donde la claqueta te hace que todo esté perfecto y todo esté editado y metes la canción en una especie de cárcel. No es mi caso, yo toco los instrumentos, no edito nada. Incluso he dejado algunos desafines porque no utilizo melodine ni autotune, ni siquiera para corregir un pequeño desafine. Y a veces incluso los técnicos me animan a usarlo. Estás en la grabación y el técnico te dice, mira qué fácil que te afino esto. No, no, no, no me lo afines. Esa es mi voz. No me pongas Photoshop. Quiero escucharme a mí mismo. Es una imagen real de lo que yo soy. No es una imagen distorsionada. No es una imagen en la que le pongo filtros. Sí, mis michelines se ven. Mis desafines se notan. Los fallos están. Que hay un pequeño bombo fuera de tiempo, se queda fuera de tiempo. No me lo corrijas. Y eso creo que le da dinamismo.
Te llamarían purista, ¿no? Hoy en día.
Supongo que sí. Pero no sólo en eso. El modo de publicarlo, tampoco he querido publicar un single. No he lanzado ningún single. He lanzado todo el disco a la vez. No he dado facilidades a la prensa. También he tenido la sensación de que a veces le damos a la prensa las cosas mascadas. Ponen el single, ni siquiera escuchan el disco. Yo les hago una hoja de promo y leo los artículos y ponen lo que yo he escrito en la hoja de promo y digo, ostras. Entonces, bueno, este disco requiere un pequeño esfuerzo al escucharlo. Y luego, mira al pasado también porque yo soy un poco nostálgico y también fue grabado en el pasado. Hay varios elementos ahí. El título de la canción, “Iaz”, el hecho de que me reconozco más en modos antiguos de hacer música que los de hoy en día. El hecho de que las influencias del disco solo en lo musical también son influencias del pasado. No sé, cuando hablo de discos modernos también, pues Bob Dylan sigue publicando discos. Me encanta el último disco de Laura Marling. Me encanta el último disco de Felice Brothers, me parece un discazo de la hostia. Escucho discos nuevos del 2024, pero no son discos que podamos llamar modernos, ¿verdad?
Suenan un poco a lo que había en los 60s y 70s.
Sí, mi música tiene un anclaje muy claro en el pasado. Todo eso me hizo pensar que el título, “Iaz”, cuadraba bien, porque mira al pasado, está grabado en el pasado, las referencias son del pasado, el modo que lo comercializo y lo grabo va más mirando hacia el pasado, y también las letras y el hecho de que yo sea un poquito soñador y nostálgico, pues me hacen volver al pasado. Estamos en una edad en la que hemos sido jóvenes, hemos sido rockeros y de repente poco a poco ves que, ostras, pero si han pasado 25 años desde que grabamos el primer disco y es un momento también de mirar atrás.
Vuelves a tocar todos los instrumentos tú mismo, a excepción del acordeón, que lo toca Rubén Garatea, como en el anterior. Esta vez, a diferencia del anterior, te encargas incluso de la batería. ¿Te sientes más cómodo o más seguro siendo tú el que maneja los instrumentos? ¿Es más sencillo plasmarlo como lo tienes pensado y ya está?
En un sentido, cuando compones una canción tienes una idea bastante prefijada de lo que quieres, de cómo quieres que suene. Y cuando metes una canción en la coctelera del grupo, pues siempre tienes que aceptar las ideas de tus compañeros. No me gusta ir al local y ser el dictador y decir, no me metas ese… que a veces lo hago también ¿eh? Cuando tú compones una canción, pues tienes una especie de liderazgo en lo que respecta a los arreglos de esa canción, pero siempre trabajo con márgenes. Mientras estés en este margen, me parece que los arreglos funcionan. Diría que en este disco, durante la pandemia, ya tengo una experiencia con grupo que es muy intensa, llevo 25 años en Audience y hemos publicado 10 discos. Y a lo mejor en esta experiencia en solitario, pues sí, sí que quería tenerlo todo en mis manos. También te digo que estoy muy limitado en la batería, y por lo tanto, las baterías que he tocado son muy sencillas. No lo sé, creo que el tocar con banda tiene unos elementos en los que a veces alguien te va a traer una idea que tú nunca hubieras pensado y esa idea te parece la hostia y te parece que mejora tu canción de manera infinita. En ese sentido, por ejemplo, está mi hermano, que somos dos músicos que hemos aprendido música a la vez, pero yo soy un músico mucho más vertical, de ritmo, guitarra rítmica, saber exactamente qué hacer, siempre toco lo mismo en cada toma. Y mi hermano es un músico mucho más horizontal. De otros instrumentos como la slide. Y siempre le da un toque que yo no soy capaz de darle. Él no hace dos tomas exactamente iguales. Y sé que siempre le puede aportar mucho a mis canciones. Y es bastante curioso que mi hermano en nuestros dos discos no ha podido tocar. Y de cara a fuera parece incluso extraño, ¿no? Parece que somos los Gallagher en plan, voy a aprovechar y ahora que no estoy contigo... pero yo siempre le animo a mi hermano a que toque en mis discos. Pero él vive en Donosti, también tiene un tiempo limitado, los dos trabajamos fuera de la música, ensayamos bastante con Audience.. y al final, los tempos de nuestras vidas hacen que en ninguno de los discos ha podido participar mi hermano. Pero me encantaría.
Tocas muchos instrumentos: Guitarras, teclado, armónica, dobro, bateria, bajo, clarinete o saxo…¿Con qué instrumento comenzaste en su día y en qué orden (si lo recuerdas) fueron llegando a tus manos?
Primero, eso de que toco un montón de instrumentos, sé que en papel queda súper bien. A la gente que no toca música parece que le impresiona mucho. Pero yo quiero aclarar que no soy muy buen músico, y un montón de esos instrumentos que mencionas no los domino. Y luego, hay equivalencias entre instrumentos, ¿verdad? Entiendo que alguien que toca bien la guitarra y la entiende, también puede tocar el bajo. El clarinete y el saxo, para los que no conozcan los instrumentos de viento, el que toca el saxo también puede tocar el clarinete porque es la misma digitación. Y es el mismo soplido. Hay ligeras diferencias, pero una vez que tocas el saxo, si coges un clarinete, también lo puedes tocar. La batería apenas la toco. Pero sé hacer un ritmo básico porque durante 25 años en el local de Audience, ya está ahí, ¿y qué músico no ha tenido la tentación de sentarse en la batería y aprender el típico ritmo cuchitachi? Bueno, pues eso lo sé hacer. Entonces, a veces cuando se escribe Gaizka, multiinstrumentista, toca saxo, clarinete, dobro. Bueno, el dobro es un tipo de guitarra. Mi hermano es un experto en el dobro y en las slides guitar, pero yo soy muy malo en esto. Entonces, eso de multiinstrumentista, pues sí..
Hasta cierto punto.
Hasta cierto punto, pero a veces cuando veo eso escrito, uf, la gente va a pensar.. no, tampoco es para tanto. ¿Cuál ha sido mi evolución? Pues he tenido la inmensa suerte de que mi hermano y yo empezamos a estudiar música a la vez. Y yo empecé con clases de piano y él empezó con clases de guitarra. Él me enseñaba un poquito de acordes de guitarra y yo le enseñaba un poco lo del piano. Luego, obviamente ha habido una edad en la que el instrumento principal de los dos es la guitarra. Y mi principal maestro ha sido mi hermano. Y esa edad, pues ya que lo hemos comentado antes off the record, a los 15 años, cuando empiezas a tener tus propios gustos personales, etcétera, más allá de estas influencias que pocos conocen, a mí Nirvana me cambió la vida. Me toca en los 90, yo tengo 13 años y pico, y el “Nevermind” y el “Smell Like Teen Spirit”, que ahora lo ves con otros ojos, pero en esa edad… y luego, la leyenda de Kurt Cobain, porque también se murió una vez que tú eres súper fan. Y con Kurt Cobain, pues yo, obviamente, dejé el piano y empecé con la guitarra, a full. Y me tocaba todas las canciones de Nirvana y ha sido para mí una fuente de poder aprender guitarra muy, muy importante. Y luego hay una fase muy importante en la que mi hermano y yo empezamos a adorar en el instituto también. Eso es post-Nirvana. Empezamos con Led Zeppelin y The Who, un rock clásico que nos gusta mucho y disfrutamos mucho. A partir de ahí, a partir de que los dos teníamos mucho interés en la guitarra, el resto de instrumentos es por los 25 años de experiencia que tenemos en el grupo. Porque al final vimos que cuando se incorporó Hannot éramos todo guitarras y vimos, ostras, un teclado. Pues yo fui a clases de piano, Ager también sabe, mi hermano, sabe un poquito de piano. Pues vamos a aprender y vamos a aportar al grupo. Una vez que tienes oportunidad de aportar cosas nuevas al grupo, lo haces. Empezamos con el piano y empecé a recordar todo lo que aprendí en clases de piano. Y ahora me siento bastante cómodo con el piano y sé que estos últimos 25 años con el grupo he aprendido muchísimo. Y luego, mi hermano de repente empezó con el tema de las slides, la steel guitar, y también fue a clases de violín y ahora toca el violín del copón. Pero todo eso fue motivado para darle más dimensión a nuestro sonido, para salirnos de la banda clásica de guitarra, bajo, batería de una formación de rock. Él empezó con el violín y yo dije, ostras, pues yo también tengo que empezar con algo nuevo. Empecé a clases de saxo, un poquito basado en que otro de mis héroes, que es David Bowie, pues le veo que toca piano, guitarra y saxo. Entonces dije, bueno, ¿qué le hace falta al grupo? ¿Con qué puedo aportar al grupo? Con el saxo. Aquí le doy otra dimensión que nadie toca. Y a raíz del saxo, pues también toco el clarinete. Pero vamos, básicamente empezamos a tocar la guitarra, y luego, para darle más sonido, más diversidad a lo que podíamos hacer con el grupo, tanto mi hermano como yo nos expandimos cada uno por un lado. Él toca muy bien las slides y el violín, y yo me he ido un poquito hacia el viento.
Aparte de los instrumentos que me comentaste me parece escuchar un theremin o similares en el tema “Toki bat niretzat”. ¿Es así? Me gustan mucho los arreglos, algo alocados, en esta canción.
Que también es de verdad, es un theremin de verdad. Sí, sí, tenemos un theremín. Mi hermano, que es ingeniero, me consta que hicieron algún theremín. Y creo que ese theremín que tenemos en el local es de obra de la escuela. Es un theremín casero, con su antena, etc., y también lo tocamos de verdad. No es un theremín que buscas en YouTube y lo pones no, no.
“Kalifornia” es una canción ensoñadora y preciosa. Siempre te ha llamado ese estado norteamericano, pero ¿qué es lo que más te seduce de él? su temperatura, la música, esa especie de sensación de libertad.
Primero, que no he estado nunca allí, creo que eso lo facilita. En California no he estado, sí que he estado en Estados Unidos. De hecho, con 15 años me fui a hacer tercero de BUP un año entero a Estados Unidos, y luego sucesivamente, pues he hecho varios viajes a Estados Unidos. Los últimos tres, relacionados con la música. En 2012 fui a New Jersey, Hoboken, a grabar con Cápsula el Ziggy Stardust, ahí abrimos puertas y al año siguiente me llevé a Audience y grabamos el “Big Affair”. En 2017 también, que te he dicho antes que tuvimos el revival del proyecto de Ziggy Stardust con Cápsula, pues nos llamaron para tocar en el Southwest. Las tres últimas veces en Estados Unidos he ido por razones musicales. ¿Qué me atrae de California? A lo mejor entiendo que, el sueño californiano, ¿vale? Me parece que es una especie de buena metáfora para los temas principales que yo trato. Soy una persona soñadora, una persona nostálgica. Y en ese pequeño universo propio que tú creas… cuando estás con el grupo, el proceso de creación no es tan íntimo, pero este disco lo he creado en casa, yo solo, al piano o la guitarra. En ese sentido, no hay feedback. Te metes tú mismo en tu propio universo. Y yo creo que “Kalifornia” me funciona muy bien para ese sentido de ensoñaciones, de mundos paralelos, etcétera. Y luego se une a que, obviamente, también tengo cierta querencia hacia varios grupos californianos, entre ellos, uno que mencionas en tu artículo, que es los Beach Boys, del que soy muy fan, y de Brian Wilson. Creo que el modo en que afronto las letras es bastante parecido al modo en que afronta las letras Brian Wilson, que son muy nostálgicas, bastante sencillas. Y en ese sentido, siempre recurro a la referencia de la canción “In My Room”, de Brian Wilson, y el que es musiquero conoce los problemas mentales que ha tenido. Y creo que esa letra, le dibuja muy bien a él en su habitación, con su propio universo musical, creando su propio mundo, con sus propias normas, en donde él está cómodo. Porque fuera de ese universo, es obvio que Brian Wilson no está cómodo. Entonces, espero no acabar como Brian Wilson… (Risas). Ese no es el ejemplo de persona que quiero seguir en lo personal, pero en lo musical, pues sí que tengo un universo musical muy rico, en el que cuando estoy en casa yo solo con mis instrumentos, me siento en un universo que habito yo solo, en el que yo domino las normas y en el que me siento muy cómodo. Y ”Kalifornia” me parece una especie de metáfora de todo eso que te he explicado.
¿El instrumental “Iazz” pensaste incluirlo desde el principio o surgió durante la grabación? Debe de ser complicado expresar lo que uno quiere expresar sin palabras, sólo con música.
Tenía bastante claro que iba en el disco. Y bueno, es una canción de acordes complejos, de la que me siento orgulloso de haber escrito y también, pues a lo mejor es la canción más compleja en cuanto a instrumentación. Tiene diálogo de saxo, clarinete, teclado, guitarra eléctrica, piano, toco la batería y entiendo que es distinto. Y es verdad que dentro de mi proceso de creación, la letra siempre es lo último. No quiero decir que no sea importante. Intento tratar cada vez mejor la letra, pero sí que me siento más cómodo hablando de sucesiones de acordes, tempos, tonalidades. Eso es lo principal. La producción.
“No es un disco conceptual obviamente, pero sí que hay elementos en común”
Eso compromete menos que las letras igual, ¿no?
Sí, sin duda. Invierto mucho tiempo en todo eso. Y con las letras, pues sí que soy un poco vago, y de hecho, cuando voy al estudio siempre me encuentro que hay un par de canciones que no he finalizado la letra, y en el momento en el que tengo que cantarla digo, déjame ir un poco cinco minutos a la sala, que necesito estas últimas líneas. Con las letras soy más vago que en la música. La música casi siempre la llevo muy cerrada. Me grabo maquetas en casa con un pequeño ocho pistas que tengo. Y para el estudio suelo llevar las cosas bastante cerradas. Pero la letra, pues es algo que me cuesta bastante. Y a través de las letras, como también soy bastante tímido, me cuesta mucho expresarme. Y en euskera, muchísimo más. Porque en inglés me siento arropado por una especie de disfraz, una especie de máscara, sé que la gente no me entiende. No es lo mismo decir “I love you”, que no compromete mucho, que decir “maite zaitut”, que sé que la gente euskaldun, mis amigos lo van a oír. Y cuando digo “maite zaitut” soy el verdadero yo el que lo dice en euskera. Si digo “I love you”, pues es como si Jon Spencer dice “I love you, New York”... es algo que entra dentro del lenguaje rock en inglés. En este caso, con las letras he tenido muchas dudas. Y es un disco en el que a veces me siento frágil. Y de toda la andadura que he tenido en estos 25 años, este disco es con el que más dudas he tenido a la hora de publicarlo por todo eso que te comento. Es en euskera y es bastante personal. Sé que la gente me interpreta de un modo distinto al cantar en euskera que en inglés. Incluso la voz me cambia. Y gente muy cercana a mí, al escuchar el disco, su primera reacción ha sido decir que este no eres tú. Te llevo escuchando 25 años cantar en inglés. Primero, en general, a la hora de cantar, he sido bastante nervioso. He tenido un tono discursivo a lo Jon Spencer, hablado. He sido bastante rockero en el escenario, impulsivo. Y en este disco no hay nada de eso. No está mi lado Jon Spenceriano. No está mi lado rockero. Está mi lado más soul. Mi lado más vulnerable.
Terminas el disco con “Pasadena”, otro tema en euskera que quiere decir “lo que ha pasado”, pero que de entrada también podría parecer la ciudad estadounidense.
Hace referencia a la ciudad de California. Lo pensé. Quiero hacer referencia a que el disco empieza, es una especie de viaje, es un sueño, y bueno, pues California y Pasadena obviamente coinciden. Es muy premeditado. Y de hecho, también es premeditado que si lees los títulos de las canciones hay una especie de sentido. Es como: “California”, “una canción para ti”, lo cual es “un lugar para mí”. “El año pasado”, “una y otra vez”, “el año pasado”, “no sé nada”, “de lo que ha pasado”.
Parece como una frase completa, ¿no?
Parece una frase completa. No todo coincide, pero sí, lo tenía pensado de manera que puedas leerlo.
Sí que es más conceptual de lo que parecía, ¿no?
Puede ser. Por coincidencias, ¿eh? Nunca concibo un disco como algo conceptual. Pero luego ves casualidades y las aprovechas. Encaja, tiene sentido. Empieza y termina con un significado, un poco diluido, no es un disco conceptual obviamente, pero sí que hay elementos en común.
Finalizas con “Pasadena”, una canción folkie a lo Dylan. Me parece que es una especie de nota nostálgica a un lugar al que le teníais mucho aprecio. Cuéntame, ¿sobre qué la escribiste?
Sí, es el Trinkete Antitxokoa, un txoko de Gernika que hemos gestionado entre varios amigos, compañeros y aficionados a la música rock en Gernika. En el trinkete hemos programado un montón de conciertos, desde Malcome Holcombe, obviamente un montón de grupos de Euskadi como Atom Rhumba o Cápsula, y ha sido un lugar donde casi todos los grupos de Euskadi han pasado en algún momento. Yo he estado programando conciertos allí durante 20 años. De hecho, en muchos de esos conciertos, el contacto principal he sido yo, porque yo en Gernika, he tenido una pequeña red de contactos de otros músicos de Euskadi, que de alguna manera han confiado en mí, y yo les he dicho, venir a este sitio, que está muy bien, que traemos a público, al público le gusta de verdad. Y poco a poco se generó una dinámica muy positiva y durante 20 años ha sido un sitio muy importante para nosotros y para mucha gente de Gernika. En la pandemia los dueños del local no quisieron ampliarnos el alquiler, por lo tanto, tuvimos que salir del trinkete. Para mí es un pequeño homenaje a ese lugar, que ha sido como una especie de pequeño tesoro para nosotros. Y, bueno, pues como digo en la letra, “¿Quién protegerá? ¿Quién va a seguir con lo que nosotros hemos empezado? Pues a lo mejor nadie”.
¿Cómo vas a encarar los conciertos de presentación de estas canciones, en solitario o llevarás músicos que te acompañen?
Fíjate que en el primer disco yo creo que había más instrumentación y era más complejo en ese sentido, porque sí hay un intento en este disco de reducir instrumentación y de presentar las canciones de manera más simple. Por ejemplo, en el anterior disco, en un montón de canciones las voces están dobladas, o hay dos voces, o incluso tres voces. Y en este he intentado que la canción se sustente únicamente con una melodía y sin doblar voces. Hay un par de auuuus, tipo doo-wop, pero no hay armonías claras. El primer disco lo defendí yo solo en directo. Sé que había canciones que no las podía tocar, había canciones en las que me sentía muy frágil porque no tenía ni el acompañamiento de batería, teclados, etc. así que fue un reto interesante para mí. Un reto que me costó y empecé a disfrutarlo. Y justo empezó la pandemia. Porque en esa gira de presentación del primer disco, me pilló totalmente la pandemia. De hecho, el día que nos metieron en casa, no sé si fue 10 u 11 de marzo, yo tenía concierto en el Plateruena de Durango, y luego tocaba en el Beratu Jaialdia, y tenía ya bastantes conciertos programados y el disco iba bastante bien. Y me rompió toda la dinámica del disco. ¿Ahora? Como te he dicho, soy padre, me tomo las cosas con más tranquilidad. Todavía en la agenda tengo un concierto en Arrasate con Audience en enero, en marzo en Bilbo. Tenemos previsión de un par de conciertos más en mayo que todavía no están del todo cerrados. Y no he planificado ningún concierto. Sí que me apetece presentarlo si se dan las buenas condiciones y si el contexto es bueno, pero esta vez lanzo el disco y quiero ver un poquito cuál es la respuesta de la gente. Dependiendo de esa respuesta, pensaré cómo quiero defender el disco. Y seguro que si lo defiendo ya será a partir del 2025, pero me lo tomo con mucha tranquilidad, que creo que es un poco necesario tras 25 años.
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