“¿Cuánto tiempo más vamos a perder alabando a los Beatles?”
EntrevistasFumaça Preta

“¿Cuánto tiempo más vamos a perder alabando a los Beatles?”

Luis J. Menéndez — 04-06-2015
Fotografía — Archivo

Se trabaja guay en estudios, nada en contra. Pero desde siempre -o desde los 90 al menos- donde se cocina lo mejor de cada promoción es en los garages. Y así pasó con Fumaça Preta. De un trastero holandés al mundo, expandiendo su ruido-ácido (garage, punk o funk: ¡mezclote!) y extenuando al más parado. Estarán en el Primavera Sound.

 

Alex, he oído que fue en la parte de atrás de tu casa en Amsterdam donde se empezó a gestar todo. ¿Por qué decidiste reunirte con antiguos colegas para experimentar?
Alex Figueira (batería):
En casa, en el garage, construí un estudio para poder grabar como a mí me gusta (en cinta y con 8 canales). Y tengo por costumbre invitar a gente con la que tengo afinidad musical y que tienen mente abierta. Con Stuart, James y Joel la afinidad no podía ser mayor. Yo diría que estábamos en sintonía total. Es por eso que el disco terminó sonando así, aunque confieso que no tenía ningún tipo de expectativa, quería hacer algo con ellos porque los admiro mucho como músicos y entendemos la música de la misma manera.

¿Cómo eran esos encuentros? ¿Muy psicodélicos?
[Tono jocoso]
Los encuentros siempre fueron bastante ‘especiales’ . Salíamos del estudio cuando la gente normal iba a trabajar. Probábamos muchas ideas —algunas demasiado desquiciadas— hasta que algo nos sonara como una verdadera canción.

¿Por qué Fumaça Preta suena a todo menos a un grupo creado en Amsterdam? ¡Podría ser un grupo de casi cualquier parte del mundo!
Permíteme aprovechar la oportunidad para aclarar que no somos una banda de Amsterdam, como muchos insisten en creer…

Glups, disculpa la confusión…
El unico que vive ‘acá’ soy yo. La única relación que tenemos con esta ciudad es que el disco lo grabamos ‘acá’.

Aclarado esto, ¿de dónde nacen tal cantidad de influencias en vuestra música?
Tal como dices, podríamos ser una banda de cualquier país. Eso es algo que a mí personalmente me llena de satisfacción. Nuestras influencias creo que nacen de dos factores: los contextos sociales en los que crecimos los diferentes miembros [tres nacionalidades en la banda: UK, Portugal y Venezuela] y nuestra infinita curiosidad musical.

‘Junkies’ musicales.
¡Verdaderos ‘junkies’! Somos consumidores compulsivos de música y por apreciar tantos estilos diferentes terminamos haciendo mezclas que pueden parecer muy disparatadas pero que suenan acopladas porque nos nacen con total naturalidad; no es algo que hagamos metódicamente. Hay demasiada música buena en el planeta como para andar replicando a las mismas bandas inglesas o estadounidenses de siempre: ¿Cuánto tiempo más vamos a perder alabando a los Beatles?

Y… ¿Teníais alguna referencia de algún cóctel tan brutal entre garage, acid y sonidos latinos como el que hacéis vosotros?
Bueno, tal vez no exactamente como lo hacemos nosotros, pero sí ha habido bandas muy radicales a la hora de incorporar influencias dispares sin tapujos ni ataduras. Muchas han tenido un impacto profundo en mi vida, porque cambiaron mi manera de escuchar y hacer música. Te hablo —en mi caso concretamente— de artistas como Paulo Bagunça, Grupo Pan, Os Mutantes, Paulino Vieira, Lee Perry... La lista en muy larga.

Ya veo. Cambiando de tercio. ¿Fue difícil registrar un sonido tan ‘disperso’ —en el mejor sentido— como el vuestro?
Yo diría que lo dificil fue mezclarlo porque había un torbellino de ideas que no paraban de surgir y, eventualmente, el proceso de escoger cuales son las ideas que se deben tener en cuenta puede ser muy cansado. Además, nuestra afición por el sonido análogico hace que el proceso sea mucho más incómodo: nos hemos pasado un día entero buscando el lugar perfecto para ponerle los dos micrófonos a la batería, por ejemplo. Pero lo hacemos con gusto porque nos da mucho placer que las cosas suenen como los discos que nos han marcado.

¿Qué era indispensable tener en cuenta en el estudio?
La única premisa que siempre hemos tenido es la de hacer música que nos sorprenda a nosotros mismos. Lo importante era aprovechar el tiempo lo máximo posible ya que todos teniamos responsabilidades en nuestras vidas normales, aún más palpable en el caso de mis compañeros que tuvieron que viajar a Amsterdam a propósito. Creo que nos salió bien porque en cada una de esas sesiones el encierro fue absoluto. ¡Retiro musical!

El sonido de Fumaça Preta se compone a partir de cantidad de sonidos, ‘beats’, de procedencia bien diversa, pero lo que es transversal a toda vuestra música es ese psicodelic-rock. ¿Está en auge la psicodelia?
La psicodelia es uno de esos géneros donde todos nos encontramos (a todos nos encanta). Lo mismo ocurre con el garage o el funk. Por eso creo que esos géneros terminan teniendo mayor peso en nuestro cóctel. Pienso que para nadie es un secreto que la psicodelia está de moda. Me parece que nuestro disco ha tenido una acogida tan positiva precisamente por esa razón, aunque no nos consideremos una banda psicodélica. Jamás nos consideraremos una banda de cualquier género, sea cual sea. Nos gusta nuestra libertad creativa y es un principio del cual no abdicaremos jamás.

¿Qué mensaje reivindica Fumaça Preta en sus canciones?
Las letras son bastante variadas, muy personales en su mayor parte. Hay amor, dolor, referencias lisérgicas e interplanetarias, ‘sacanagem’ (¡esa la van a tener que googlear!) y como no, bastante humor, porque no nos gusta tomarnos demasiado en serio a nosotros mismos. La mayoría fueron basadas en un libro de poemas que Joel —que cantó en el disco— llevaba toda su vida escribiendo. Es algo muy especial lo que compartió Joel con nosotros y con el resto del mundo.

Los que os vimos en el pasado Transmusicales de Rennes entendimos a qué os referíais con “pupilas dilatadas”: ¡vuestra música es un vendaval! En qué se basa vuestro directo, ¿nos lo podéis describir?
Nos gusta dar el cien por cien cuando pisamos la tarima, así toquemos para 10 o para 3.000 personas la entrega siempre es total y pienso que el público responde porque siente nuestra honestidad. Nuestro directo es muy visceral y nos gusta ser contundentes, dejar a la audiencia confundida y receptiva al mismo tiempo. Que bailen, hagan pogo y griten en portugués aunque no hablen ni una sola palabra, sin que tengan tiempo para analizar lo que están haciendo. Nos gusta salir del escenario sudando, extenuados.

¿Qué pueden esperar los asistentes al concierto de Fumaça en el próximo Primavera Sound? ¿Os da miedo enfrentaros a nuevos públicos?
Nos da un inmenso placer presentarnos ante nuevos públicos. Cada concierto es una oportunidad que apreciamos con devoción y que intentamos aprovechar al máximo. A los que vengan al Primavera que lo hagan con la mente abierta y dispuestos a ser sorprendidos. Estrenaremos algunos temas de lo que será nuestro próximo disco. ¡La entrega será total!

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