Para comenzar, ¿cómo afrontabais este segundo trabajo después de la experiencia con “Out of order”?
Mikel Puertas: De una manera muy diferente. Todo empezó a raíz de que se incorpora un nuevo batería a la banda, Adrián, que además es muy colega, y todos acabamos de nuevo en Bilbo, porque hubo unos meses que algunos habíamos estado fuera, de Erasmus… Y cuando nos vimos de nuevo, hubo como una energía que nos impulsó a tomárnoslo un poco más en serio.
Liam McDonnell: Adrián, además, se ajustaba perfectamente a nuestro perfil, y fue un poco como empezar de cero, por decirlo de alguna manera.
M.P.: Fue como cambiar la dinámica para tomárnoslo casi como un curro, aunque todos tengamos nuestros trabajos u ocupaciones. Obviamente, sin perder el rollo de seguir divirtiéndonos, porque nos lo pasamos muy bien con esto, pero ahora trabajamos mucho más, también incluso fuera del local.
Liam MCDonnell: Tenemos claro que queremos que la música sea algo que esté, durante muchos años, con nosotros como un hobby, pero al que le damos mucha importancia, porque es una pasión que nos permite hacer algo que nos gusta muchísimo.
¿Por qué decidís cambiar o ampliar vuestro abanico sonoro, a pesar de las buenas críticas recibidas con vuestro primer elepé?
M.P.: Queríamos romper con ese sonido garagero del principio, que era muy crudo y con pocos matices, más maquetero, y hacer algo más cercano a lo que estamos escuchando ahora. Se trataba de buscar esa evolución natural que han tenido las bandas que escuchamos en estos últimos años, como Fontaines DC, Bar italia… Además, tampoco queríamos repetirnos y, seguramente, en el próximo trabajo hagamos algo totalmente diferente, buscando otros elementos distintos… ¿quién sabe?
L.M.: Sí, porque al margen de lo más evidente, hay otras cosas que nos apasionan y que también hemos metido, como esa parte instrumental, por ejemplo, de Deerhunter que hemos incorporado con algunos sintes… hemos intentado abrir el sonido de la banda.
¿Pensando también en el directo?
L.M.: Sí, de cara al directo, sobre todo… lo que pasa es que ahora tengo esa duda de si, al ser unas canciones con otra velocidad, la gente lo va a seguir disfrutando de la misma manera en los conciertos.
M.P.: Desde que empezamos con la banda, lo que más nos gusta es tocar, y por eso siempre intentamos hacer cosas que luego podamos trasladar al directo, para que no se quede cojo. Tenemos muy en cuenta que los temas se puedan defender en vivo, elevando lo que hacemos en el estudio.
¿Lo del título del disco, simplemente “Full Cab”, era también una declaración de intenciones, en ese sentido?
M.P.: Absolutamente. Cuando empezamos a tocar por primera vez en la uni nos juntábamos con Adrián y esa fue la semilla inicial de la banda, que ahora hemos recuperado con su incorporación al grupo. Yo me he quedado muy a gusto con este álbum, y creo que es algo que nos representa a la perfección, porque antes incluso de grabar sabíamos que iba a sonar como nos lo imaginábamos.
L.M.: Sí. Ha sido como volver a tocar los cuatro colegas juntos, y a la vez la vuelta al comienzo de nuestra amistad y de una nueva dinámica. Creo que, como dice Mikel, nos hemos quedado a gusto porque sabemos mucho mejor lo que queremos hacer, y tenemos mucha más confianza en lo que somos capaces de conseguir, también por la experiencia que hemos adquirido. Y de ahí, efectivamente, el título del disco… pero también porque nos costaba encontrar otro mejor (risas).
En ese cambio de rumbo, habéis contado con Xabi Egia y Jon Agirrezabalaga en la producción, ¿cómo surge la posibilidad de trabajar con ellos?
L.M.: En 2022 grabamos unos singles con ellos, y vimos que podíamos sonar como queríamos, porque antes de eso sólo nos habíamos escuchado en el local o en maquetas grabadas por nosotros.
M.P.: Grabando aquellos sencillos, ya habíamos vivido ese rol de productores que tienen Xabi y Jon, de poner sobre la mesa las cosas que teníamos e intentar elevarlo todo con nuevas ideas, y vimos lo que éramos capaces de hacer, así que tuvimos claro que queríamos hacerlo con ellos.
Supongo que, hablando de gente con el bagaje que ellos tienen, les daríais libertad absoluta para aportar cosas ¿no?
L.P.: Sí, pero además yo creo que también fue muy importante que había confianza plena por las dos partes, porque ellos también confiaban en lo que hacíamos y, si algo no nos convencía, teníamos absoluta libertad para decirlo, al igual que si ellos querían proponernos algo. Eso era muy importante, porque el diálogo que ofrecen este tipo de productores es algo que tienen muy marcado y da gusto trabajar así.
¿Teníais claro desde el principio que este trabajo también tenía que salir en vinilo, u os tentó la posibilidad de ahorrar costes, y hacerlo sólo en formato digital?
M.P.: Lo teníamos clarísimo. Ya puestos a funcionar al margen de la industria, con una autoedición, ¿qué mejor que hacerlo a nuestro gusto y marcando nosotros los tiempos para la grabación, la producción, la publicación…?
L.M.: Además, veíamos que el vinilo era como la fotografía del momento actual de Full Cab y tenía que quedar reflejado así.
El disco llega en un momento único para la música en Euskal Herria, con multitud de bandas jóvenes haciendo de todo. ¿A qué creéis que se debe esta explosión de talento de los últimos años?
M.P.: Yo creo que la gente se retroalimenta vitalmente y musicalmente, y si como en nuestro caso, vas a conciertos todos los fines de semana, acabas conociendo a la gente, ves como funciona y te motiva para hacer lo tuyo.
L.M.: Para mi el efecto “chill mafia" hizo ver a mucha gente que era posible hacer cosas, y lo bueno es que se van creando muchas escenas con colaboraciones entre bandas muy diferentes.
Y lo mejor de esto son las sinergias, como esa colaboración con Airu en el tema “No lo pasas tan bien”...
L.M.: Sí, ha sido muy chulo. Yo, por lo menos, he sido fan de Irune desde que llegué a Bilbo, la vimos en 2019, fuimos a presentarnos y, desde entonces, somos colegas e incluso compañeros de local. Y la idea de la colaboración surgió porque nos encanta lo que hace, y creo que ha encajado a la perfección.
Para terminar, en breve estaréis haciendo unos cuantos conciertos por el Reino Unido. Por vuestra experiencia, por lo menos como espectadores, ¿se vive de manera diferente la música allí?
M.P.: Es otro mundo, porque de lunes a domingo hay bolos gratuitos en cualquier lado. Aquí no hay la infraestructura necesaria para todo lo que se está creando, en cuanto a bandas y proyectos, y por eso lo que pasa es que se solapan un montón de planes, porque todo se concentra en el fin de semana.
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