Ahora, y cuando se cumple ya más una década de su marcha como cabeza visible del conjunto de hardcore-punk Gallows y del arranque de su propio proyecto como Frank Carter & The Rattlesnakes, vemos al susodicho artista británico revalidando por derecho propio y de la mano de su quinto álbum de estudio, “Dark Rainbow” (AWAL, 24), su protagónico lugar dentro de ese ignoto nicho musical, a caballo entre el punk, el rock y el indie, y convenciendo al respetable de comprar sin remilgos la presente evolución de su registro.
Con motivo de su nuevo trabajo, Frank Carter se reúne con nosotros, concediéndonos así la oportunidad de echar un vistazo más detenido a los rayos emanantes de ese oscuro arcoíris suyo y de comprender un poco mejor la eclosión y cruce de sentimientos que le inspiraron.
Con “Dark Rainbow” también anunciáis la gira más extensa en lo que lleváis de carrera conjunta. A pesar del tiempo y de que no sois unos recién llegados, ¿os siguen poniendo nerviosos estos retos?
Pues tío, ¿sabes qué? Creo que ya no me pongo nervioso ante nada. Antes solía hacerlo, principalmente porque no me creía capaz de conseguir ciertas cosas. Ahora, sin embargo, siento que he ganado una confianza en mí mismo muy grande, gracias a haber trabajado y entrenado mi voz, llevándola a terrenos nuevos y logrando que ésta me dé exactamente lo que quiero de ella. No, definitivamente ya no hay nervios. Y eso casi te diría que es hasta peligroso, porque he cambiado los nervios por la excitación.
Eso quiere decir que, pese a todo, este trabajo todavía te enloquece, ¿no?
Sin lugar a dudas. Ahora me planto en los escenarios y me los quiero comer. Se me nota hasta en los ojos y los chicos en seguida se ponen tensos y me piden que me calme un poco. Pero yo solo puedo pensar en lo mucho que me apetece salir ahí, cantar mis canciones, tirarme sobre el público y volverme loco. ¿Cómo me va a dejar de entusiasmar esto? Es obvio que tengo el mejor trabajo del mundo. No solo tengo la suerte de poder dedicarme a escribir música y de canalizar mis problemas a través de ella, sino que además se dan este tipo de conexiones deliciosas con el público donde mucha gente viene a contarme lo mucho que les han ayudado algunas de nuestras canciones en determinados tramos de sus vidas, y eso es maravilloso. Si hay algún artista por ahí que ha perdido el entusiasmo por aquello que hace, definitivamente debería irse a escuchar de forma inmediata su disco favorito de principio a fin, metido en una habitación y sin distracciones, y si eso no le hace recordar por qué se dedica a lo que se dedica, entonces mucho me temo que nada le hará recuperar la ilusión por este negocio.
"Nos gusta darle espacio a determinadas canciones y darnos el gusto de reencontrarnos con las mismas en el estudio"
Sobre el disco, creo que fue Dean (Richardson) quien dijo que en este trabajo hay varias canciones que llevaban compuestas desde hacía bastante tiempo. ¿Os sorprendió que éstas todavía sonaran vigentes?
No es que sigan sonando vigentes, es que lo han empezado a ser ahora tan pronto como han sido publicadas. Quiero decir, sé que Dean dijo eso, y hay mucha gente preguntándonos al respecto, pero yo no las puedo considerar canciones antiguas, pues su vida como tal comienza ahora, cuando ven la luz a través de este disco. La cosa es que cuando nos ponemos a hacer un disco como tal siempre hacemos toneladas de canciones y de material nuevo, y algunas de estas pistas pasan a la siguiente ronda y otras se quedan en la recámara porque sabemos que no pertenencen a este LP. Son canciones que vienen del futuro y cobrarán protagonismo cuando les llegue el debido momento. En el caso de “Dark Rainbow”, y a diferencia de lo que mucha gente ha interpretado en las palabras de Dean, no es que hayamos rescatado una gran cantidad de canciones antiguas al uso, sino que lo que hemos hecho ha sido recuperar riffs o melodías que se habían quedado en el aire. O como en el caso del final de “A Dark Rainbow”, unos versos que escribí en 2020 y que temáticamente son transversales a nuestros últimos dos álbumes, pero no ha sido hasta ahora que han encontrado su respectivo lugar en un disco.
Lo que se dice dejar que la canción macere y desarrolle su propia vida, ¿no?
Algo así. Nos gusta darle espacio a determinadas canciones y darnos el gusto de reencontrarnos con las mismas en el estudio, tiempo después de haber convivido con ellas y haber dejado que éstas se impregnen de nuevos significados. Imagínate tirarte los últimos tres años de tu vida con esas canciones en la cabeza, convirtiéndolas en compañeras tuyas durante momentos determinados de tu vida, como un viaje bonito, un polvo, la pérdida de un familiar o tu propia boda. Esas canciones, automáticamente, cobran significados completamente nuevos para ti y como artista es muy interesante explorar eso.
Sobre esto, me consta que os tomasteis bastante tiempo para elaborar el disco, en comparación con otros trabajos.
Hemos estado como ocho o nueve años trabajando de una forma muy instintiva, ¿sabes? Rollo, hacíamos una canción y la publicábamos al instante. Componíamos algo, lo grabábamos con la banda, y fuera. De repente decidimos apostar por algo más sostenible y creo que gracias a esta metodología, el proceso de composición de este disco ha sido muy profundo y significativo para nosotros. Nos hemos dado la oportunidad de guardarnos las canciones para nosotros durante algo más de tiempo de lo habitual y eso nos ha permitido escuchar lo que estos temas necesitaban y convertirnos en un canal transmisor de los mismos. Sé que sueno como un demente, pero créeme que todos los artistas o la mayoría de nosotros lo entendemos así. Ahora que hemos descubierto que las cosas se pueden hacer de otro modo, más calmado y dejando que las canciones respiren, dudo mucho que sintamos la necesidad de volver atrás.
"Me propuse dejar el alcohol, entré a formar parte de un programa de recuperación y convertí este propósito en mi prioridad por encima de todas las cosas"
Hablando de Dean, éste vuelve a producir el disco, pero en compañía de Cameron Blackwood.
Bueno, Cam ha estado siempre involucrado en nuestro proyecto de una forma u otra. Ya trabajó con nosotros para “End of Suffering” y de algún modo es una constante en la banda. Con el tiempo he descubierto que Dean y yo estamos algo des-sincronizados en lo que a la escritura y composición de nuestra música se refiere, lo cual en ocasiones genera este estilo angular y agresivo nuestro, pero en otras puede ser discordante y difícil de gestionar. En esas circunstancias, lo que mejor hace Cam es funcionar como puente entre las dos partes, ayudándonos a encontrar la mejor forma de darle un sentido teórico a aquello que hacemos y consiguiendo por tanto que nuestra música suene diez veces más bella. Nuestro objetivo con “Dark Rainbow” era precisamente ese, hacer un disco bello de verdad, y sabiendo que lo que mejor hace Cam son canciones bonitas, estaba claro que él era el hombre en quien debíamos confiar.
Es el disco en el que, definitivamente, más baladas habéis metido. ¿Lo considerarías vuestro disco más reflexivo?
Creo que este álbum es la perfecta tensión entre la felicidad y la tristeza. Nada permanece para siempre, pero de algún modo este disco lo hará como muestra de los caminos a los que la vida también puede llevarnos. Durante estos años hemos sido una banda muy colorida, ¿no? Mírame, voy lleno de tatuajes y nuestra música acostumbra siempre a ser muy eufórica. Pero este disco es la prueba de que también podemos ponernos oscuros e introspectivos si el cuerpo nos lo pide. Refleja sentimientos con los que es fácil sentirse identificado y rellena un espacio entre el oyente y nosotros que no habíamos cubierto hasta ahora, por eso creemos que es tan bello.
Precisamente con canciones como “Man of the Hour” da la sensación de que rompéis todas las barreras con el oyente y os mostráis más honestos que nunca. ¿Recuerdas el momento en el que te inspiraste para esa canción?
Lo recuerdo perfectamente, pero no quiero hablar de ello. Lo que sí puedo decirte es lo que me ayudó a mantener los pies en la tierra cuando los sentimientos que reflejo en esa canción me invadieron. Fue mi compromiso con la sobriedad. Me propuse dejar el alcohol, entré a formar parte de un programa de recuperación y convertí este propósito en mi prioridad por encima de todas las cosas. Me ha ayudado mucho en lo personal el hecho de dar este paso y no tengo intención alguna de volver atrás. Espero y deseo permanecer sobrio el resto de mi vida. No echo de menos en absoluto la manera en la que aquella tendencia me hacía sentir. De hecho, bebía precisamente para dejar de sentir, hasta que llegó un día en el que estuve verdaderamente cerca de dejar de sentir, pero para siempre. He estado mucho tiempo perdido, sin saber quién era, y volver a entrar en contacto con mis sentimientos me ha permitido entender y tener claro que no quiero acabar convertido en el típico rockero y en un cliché andante. Mi intención es la de seguir vivo. Me lo debo a mí mismo, se lo debo a mi familia, a mi hija y a todas las personas que me han apoyado y que me dan su amor.
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