"Buscamos hacer la música que nos gusta escuchar"

En un panorama musical saturado de propuestas, cuesta encontrar ese artista nuevo que abarque la sensibilidad desde un lugar real, sin imposiciones, haciendo caso a la simple -y a la vez complejísima- esencia del sentir. Fin Del Mundo, el cuarteto argentino con raíz patagónica es definitivamente uno de esos grupos.

A esta altura de la jugada están con la adrenalina de haber soltado su nuevo disco “Hicimos crecer un bosque” que las muestra en completa conexión intelectual-emocional “Aún es muy reciente el disco, pero como venimos lanzando singles, la gente respondió muy bien a esas canciones en los shows”, cuenta la guitarrista Julieta Heredia. “Con la canción “Cuando todo termine” nos pasó que la gente la quería tener en estudio porque está en la sesión que hicimos para KEXP. La recepción en general fue buenísima, se colapsó la página del sello, -Spinda records- de tantos pedidos de vinilos que hubo desde todo el mundo”, agrega entusiasmada la baterista Tita Limia que completa el grupo junto a Lucía Masnatta (guitarra y voz) y Yanina Silva (bajo).

“Creo que somos una generación atravesada por un trauma colectivo que fue la pandemia"

Al consultarlas por el interés que el grupo -que diseña su sonoridad dentro de distintos géneros entre los que se puede incluir el post-rock, el dream pop y el shoegaze- genera en latitudes tan dispares como Argentina, Marruecos, Reino Unido o Vietnam, Lucía explica “Yo hago mucho énfasis en las melodías, más que en las palabras. Una vez que me gusta mucho la melodía, ahí le meto palabras, no incrusto palabras prefabricadas en la melodía. Por eso decimos que la voz es un instrumento más”.

A pesar de esta aclaración en “Hicimos crecer un bosque” hay una línea lírica y hasta filosófica que en términos generales apunta a la búsqueda de soluciones en contextos desfavorables. Sin ser un disco conceptual, es una obra con sentido completo. Lucía: “Principalmente buscamos hacer la música que nos gusta escuchar, más allá de lo que sea exitoso hoy en día. Desde ahí llega a quien tiene que llegar” Julieta agrega que “mucha gente se aprendió las canciones, se tatuaron la tapa de los discos, cosas que me parecen una locura. También te cuentan que gracias a alguna canción nuestra pudieron atravesar momentos difíciles, como en la pandemia, por ejemplo. Esa conexión con personas que están muy lejos sorprende”.

Además de los géneros mencionados anteriormente, hay algunas otras influencias aplicadas con finura y discreción en el disco lo cual lo convierte también en una obra no obvia y con carácter personal “Solemos empezar con lo que nos sale hacer y quizá pronto concluimos en que “ah, esto es en plan tal cosa” o “estaría bueno llevarlo para tal lado”, comenta Lucía y Tita expresa que “salvo “Refugio” que fue pensado como un instrumental post-rockero, cada canción puede estar atravesada por distintos géneros musicales. Fin del mundo es eso, nos gusta que no nos puedan catalogar”.

En el plano emocional del disco, la música tiene su espíritu melancólico pero el mensaje es positivo y propositivo, Lucía concuerda y piensa que “creo que somos una generación atravesada por un trauma colectivo que fue la pandemia, con sus crisis económicas y sociales que, entre otras cosas, hicieron que tengamos amigos lejos. Nuestras familias incluso. Las letras están atravesadas por esa problemática que da nostalgia, tristeza y soledad, pero la contraparte de esto es tratar de encontrar un refugio en los que estamos. Somos conscientes de lo que pasa en todos lados, al margen de que a nosotras nos pasen cosas muy lindas con este proyecto”. En este aspecto es donde la banda pone en práctica su espíritu Hazlo Tú Mismo, la filosofía que se aplica y disfruta en todos sus movimientos “La red que armamos entre nosotras cuatro y luego la que armamos en cada lugar al que vamos es muy importante. Pequeños sellos, bandas, productoras, a eso quisimos apuntar con esto de hacer crecer algo colectivo, como un bosque, algo que florezca y sea nutritivo”, dice Lucía y Tita apunta “el disco lo terminamos con una frase cantada de a cuatro que es “¿Será que algo mejor nos va a pasar?”, es un deseo y no sólo para nosotras, sino para todo el mundo”. Hablando de amistades Guille Mármol cantante de los míticos Eterna Inocencia, colabora en el tema “El Día de las Flores”, Yanina, emocionada, toma la palabra “Eterna Inocencia fue muy importante para mí desde la adolescencia. Particularmente en la parte política me marcó un montón, aunque también en lo emocional. Que Guille esté con nosotras, al menos para Lucía y para mí, es una locura”.

Luego de una gira estatal en el último verano, volvieron a Buenos Aires para compartir escenario con sus amigos de Viva Belgrado, con quienes ya habían coincidido varias veces, incluso en el escenario del Canela Party “Verlos en vivo es un viaje. Tuvimos muy buena onda desde el comienzo, incluso nos encontramos en Chile, compartimos mucho en Buenos Aires, esperamos poder coincidir en la próxima gira en España”.