Para ser un grupo habituado a ocupar los primeros puestos de las listas británicas, Kasabian tienen, al menos a nivel de crítica, escasa repercusión en España Quizás sea el hecho de que sus referentes inmediatos están demasiado frescos en la memoria, que hayan llegado tarde a la fiesta y que la pose del grupo de Tom Meighan y Serge Pizzorno chirríe a estas alturas. En cualquier caso su tercer álbum parece su trabajo más logrado, en parte por el plus de musculatura que les ha sumado la producción de Dan The Automator. “Definitivamente es como el final de un trayecto, el disco que mejor resume lo mejor de nuestros dos anteriores álbumes”, explica Pizzorno al otro lado del teléfono. “Nunca he escrito canciones pensando que debían ir en una dirección o en otra, las escribo pensando en la canción, y el trabajo de Dan ha sido estupendo porque hemos creado una mezcla muy interesante entre su visión y la nuestra”. Además de The Automator, también cuentan con la colaboración anecdótica de la actriz Rosario Dawson. “Surgió por casualidad. Vino a uno de nuestros conciertos y pensamos que sería perfecta para cantar esa canción”. Todo apunta a “West Ryder Pauper Lunatic Asylum” (el título es el nombre de un manicomio de Menston) como el disco que debería mostrar al mundo de qué pasta están hechos realmente Kasabian. “Es cierto que durante mucho tiempo nos han relacionado con bandas anteriores a nosotros, pero creo que este disco supone un paso importante y que mucha gente va a darse cuenta de quienes somos”. Como mínimo, aunque no consigan sacudirse la sensación de déjà-vu de encima, su tercer largo resulta convincente.
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