“Queremos meter el dedo en todas las llagas que sea necesario”

Dejando atrás las historias del pasado catalán, Fetus vuelven con un álbum que incide en la relación de su universo con el de The Pogues, “Càntir nou fa aigua fresca” (Bankrobber, 24). Y sobre él hablamos con Adrià Cortadellas.

Tras un par de discos en los que Fetus se metían en el terreno de lo conceptual, protagonizados primero por las canciones del Mestre Arnella (“Sota, Cavall i Rei” en 2021) y luego por las historias tradicionales catalanas (“La Serra dels Perduts” en 2022), la banda ampurdanesa regresa con un álbum con el que encaran una nueva etapa sin dejar su pasado de lado. La prueba de esto es que, si siempre habían sido considerados los The Pogues catalanes, han querido incidir en ello con toda la imaginería que envuelve este álbum de claro título, “Càntir nou fa aigua fresca” (Cántaro nuevo hace agua fresca).

Después de los dos discos anteriores con canciones del Mestre Arnella y después de letras provenientes de historias populares, regresáis con un disco en el que todas las letras son vuestras menos un par. ¿Cómo lo habéis afrontado?
Sentimos que estamos en un buen momento creativo y hemos dejado que fluya, como el agua fresca que cantamos. El hecho de versionar el cancionero de Jaume Arnella en el disco “Sota, cavall i rei” fue un punto de inflexión para nosotros. Esto nos refrescó y, al mismo tiempo, marcó un camino que hemos seguido con mucha naturalidad, tanto en la música como en las letras. En este disco se refleja claramente de dónde venimos y nos hemos dejado llevar con mucho gusto.

"La canción protesta es uno de los pilares fundamentales de este disco"

Las letras son más punk y contestatarias que nunca, ¿verdad?
Sí. Hay muchas cosas que nos enfadan y nos indignan, y sentimos la necesidad de cantarlas a los cuatro vientos. Queremos meter el dedo en todas las llagas que sea necesario, sin miramientos. Últimamente se habla de la despolitización de la música catalana, pero no lo compartimos en absoluto.

Os he leído decir recientemente que la música tiene que molestar. Explícame esto.
A ver. De entrada, nuestras canciones intentamos que nos gusten, y si no es el caso, lógicamente, no pasan el filtro. Es decir, la música que hacemos no nos molesta, más bien nos alivia. Pero lo que queremos decir es que hacemos lo que nos sale, sin pretender agradar a todo el mundo. Si alguien se siente molesto por lo que cantamos, pues perfecto.

¿Dirías que este es un disco de denuncia política o social?
La canción protesta es uno de los pilares fundamentales de este disco, sí. A medida que hacemos discos —y ya llevamos cinco—, esto probablemente se ha ido acentuando. Pero también cantamos sobre la memoria histórica, el país o la taberna, por ejemplo.

Siguiendo con el tema de las letras, ¿por qué un poema de Josep Carner musicado? ¿Es una influencia para vosotros?
No sé si es una influencia directa, pero es un poeta que me fascina. En general, empezamos las canciones por la melodía, y llevaba tiempo con una muy melancólica en la cabeza. Cuando me topé con el poema “Ahir” (1904), uno de los primeros de Carner, fue como un amor a primera vista. Pensé que representaba exactamente lo que transmitía esa melodía, hasta entonces sin letra, y decidí unirlos. Para completar el diálogo invitamos a Les Testarudes a cantarlo.

Y para terminar con esto, ¿cómo surgió “Domini màgic”?
Carles Belda sugirió hacer una pieza instrumental para oxigenar el álbum, y nos pareció una buena idea. Nunca habíamos hecho ninguna canción instrumental y en pocos días surgió mágicamente. Por eso, en la recta final de la canción, Telm Terrades propuso añadir la voz del poeta Joan Vinyoli recitando su conocido poema “Domini màgic”, que acabó dando nombre al tema.

Háblame de cómo llegáis al personaje de Fanny Schoonheyt.
Su historia aparece en el libro “Brigadistes”, editado por Tigre de Paper, que reúne perfiles biográficos de personas que dejaron sus vidas para venir a combatir el fascismo. Su retrato es uno de los más icónicos del libro. Cuando la compuse, estaba pasando por una época muy centrado en escuchar himnos partisanos, y está un poco inspirada en estas melodías, al estilo Banda Bassotti. Pero la canción quiere ser un homenaje a las brigadas internacionales, aunque se centra en la vida de esta partisana holandesa que, durante la Guerra Civil, luchó en el bando republicano. Por sus acciones y su habilidad con las armas, fue conocida en artículos de prensa como “la reina de la ametralladora”.

¿Podemos decir que este disco no es conceptual como los dos anteriores?
Exactamente. Son un conjunto de canciones que han surgido de manera poco premeditada. Así como a veces es enriquecedor trabajar en proyectos conceptuales, pienso que también es muy sano dejar fluir y hacerlo así. Vamos equilibrando, pero en general disfruto mucho escribiendo las letras.

Habéis grabado el disco en Sant Celoni, Sant Boi, Barcelona, La Bisbal d’Empordà y Sabadell. ¿Por qué tantos lugares diferentes?
No somos de encerrarnos en un estudio y hacer el disco de una sola vez. De hecho, nunca lo hemos hecho. Todos los discos los hemos grabado con Joan Colomo como productor y siempre trabajando poco a poco, quedando una vez a la semana. Esto, además de ser más conciliador con nuestras vidas, también permite tener una buena perspectiva de lo que se está creando. Y como en Fetus tenemos músicos de diferentes puntos del país, esto permite ir moviéndonos geográficamente según convenga.

Ya hemos hablado otras veces de vuestra influencia de The Pogues, pero aquí incidís incluso en la imagen. ¿Por qué?
Después de cinco discos, ahora que somos una gran familia, pensamos que podía ser buena idea salir todos en la portada. Estuve escuchando compulsivamente el disco “If I Should Fall From Grace With God”, y como teníamos claro el nombre del disco y The Pogues son una referencia clarísima para nosotros, decidimos incorporar un cántaro y emular su portada como homenaje. Cabe decir que hicimos la foto con Noemí Elias cuando Shane MacGowan aún no había muerto. Y además, como nos faltaba un músico para imitar la portada, invitamos a Joan Colomo.