Extraños en el paraíso
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Extraños en el paraíso

Redacción — 01-06-2006
Fotografía — Archivo

Pocos artistas actuales son capaces de combinar tantos elementos como este quinteto neoyorquino y conseguir unos resultados tan apasionantes como los que recoge “Return To Cookie Mountain” (4AD/Everlasting), uno de esos discos a los merece la pena prestar atención antes de que te pillen por sorpresa.

Seguro que muchos ya habían establecido conexiones entre Pixies y Prince, o entre Bowie y la música africana, pero casi nadie se había atrevido a hacerlo con la maestría de TV On The Radio. Ellos han reunido las fotografías familiares (el blues, el indie rock, el soul, el after punk...) y las han presentado en un álbum con estuche de lujo. “Return To Cookie Mountain”, segundo disco de la banda de Nueva York, no pilla a la gente con la guardia baja, como pasó con el Ep “Young Liars” (2003) y, sobre todo, con el álbum “Desperate Youth, Blood Thirsty Babes” (2004; décimo mejor disco del año según MondoSonoro). El resultado es un disco que busca su propio camino, un ejercicio de calculada cultura musical. De todos modos, ahora cuentan las canciones, que se valen por si mismas sin necesidad sin detalles freak sobre sus autores: Tunde Adebimpe (voz y programaciones), Dave Andrew Sitek (guitarras y programaciones) y Kyp Malone (guitarras y voz), a los que ahora se han unido en labores de composición Jaleel Bunton (batería) y Gerard Smith (bajo).

"La palabra para definir ´Return To Cookie Monster´ es precisión"

Los responsables de presentar el disco a la prensa, Malone y Sitek, no defraudan en conversación. El primero atrincherado tras una torre de compactos de Funkadelic, el segundo con los ojos brillantes y la voz cazallera. “Después de comer he tomado un líquido de color verde fluorescente y me ha dejado fatal”. ¿Orujo de hierbas? “¡Orujo!”, maldice, mientras Malone, que no lo ha probado, asiente con los ojos cerrados como queriendo decir “los negros de Brooklyn sabemos distinguir entre la buena mierda y la mala mierda”. Dejando a un lado los excesos etílicos, nos centramos en su música. Lo primero es descubrir si realmente ha disminuido el grado de experimentación con respecto a su disco anterior o quizás tenga más que ver con que nos hemos acostumbrado al sonido TV On The Radio. (Malone) “El primer disco es más difícil. Y aunque estamos orgullosos de todo lo que hemos hecho, nos sorprendió la acogida que tuvo. Aun así, creo que la experimentación ha aumentado en este disco. Hemos trabajado con más libertad y con ideas mucho más productivas”. (Sitek) “La palabra para definir ´Return To Cookie Monster´ es precisión. Porque el disco refleja de forma precisa lo que somos ahora: una banda de cinco personas”.

"David Bowie lleva tiempo diciendo que le gusta nuestra música"

La mezcolanza estilística de los estadounidenses surge de un método que les lleva a sumar todas sus experiencias e influencias musicales. El punto en el que confluyen todas ellas es su propia música. “No es que las partes soul provengan de uno y las rockeras de otro. A mí me gusta todo tipo de música, a Kyp le gusta de todo, a Tunde también... Se trata de una cuestión de interpretación, de cómo interpretamos las ideas que tiene cualquiera de los miembros del grupo”, explica Sitek. Para conocer los orígenes de su método de trabajo, resulta interesante escuchar los cortes de su maqueta “OK Calculator” (2002), un divertido ejercicio de intercambio de ideas entre Sitek y Adebimpe previo a la formación del grupo. Una de las señas de identidad de aquellas grabaciones sigue presente aún hoy en día. Se trata del protagonismo de los juegos de voces y el gusto por las partes a capella. Consciente del peso de ese componente en su música, Malone apunta: “Nuestros juegos de voces pueden sonar anacrónicos, porque cuando los grabamos en el estudio no utilizamos ningún efecto. Existen muchas voces dentro de la música contemporánea que suenan muy similares, y eso es porque pasan todas por la misma máquina”. Igual de importante que el citado método ha sido el papel desempeñado por los colaboradores. En el disco se puede oír a Kazu Makino (Blonde Redhead), Martin Perna y Stuart Bogie (Antibalas Afrobeat Orchestra), Katrina Ford (Celebration), Chris Taylor (Grizzly Bear) y al colectivo Omega Moon. (Sitek) “Nos abrimos a la idea de que el grupo no tiene que restringirse a sus miembros. Hay mucha gente detrás de nosotros, apoyándonos, influyéndonos… Queríamos compartir responsabilidades con la gente que ha contribuido al desarrollo del grupo, y que este disco fuese un testimonio de quienes estaban a nuestro alrededor”. De todas formas, es lógico que el colaborados que más curiosidad despierta sea David Bowie, invitado en uno de los temas del disco. “Montamos una trampa con una caja, un palo y un trozo de queso; un trozo muy grande (risas). Lo cierto es que es nuestro fan más importante y nos ha apoyado mucho. Lleva tiempo diciendo que le gusta nuestra música y que ´Young Liars´ es una canción muy importante para él. Le pusimos la demo de este disco y le impactó el sentido y el mensaje de ´Province´, así que decidió unirse a nosotros para cantarla. La verdad, no nos lo esperábamos”. Fue precisamente Bowie quien les aconsejó que colgasen en su página web la canción “Dry Drunk Emperor”, una diatriba contra Bush compuesta justo después del desastre del huracán Katrina. Y es que otra de las constantes de TV On The Radio es su posicionamiento político. “Después de que Nueva York reventase con los atentados del 11-S, reaccionamos de forma natural. Si alguien hubiese estrellado un chicle contra una piruleta, ´Young Liars´ hubiese sido un disco repleto de humor. Pero no fue así. En lugar de eso tuvimos fuego y destrucción. Otro de los temas del nuevo álbum, ´I Was A Lover´, va de la libertad que tenemos para ser humorísticos, aunque resulta muy difícil serlo en estos tiempos. Si el mundo se hubiese convertido en un lugar bonito, TV On The Radio haría discos bonitos, pero como todo se volvió jodidamente violento y confuso, hacemos discos jodidos y confusos”. Tal vez por eso no acaban de sentirse a gusto en terrenos subterráneos. (Malone) “Respeto el mundo del underground, no sé... eso de empeñarse en ser un secreto... pienso en el caso de Jandek, un tío realmente underground que ha publicado cuarenta discos, aunque no ha dado un concierto en su vida desde hace un par de años. Si no quieres aparecer porque te empeñas en ser una banda underground, lo mejor es que no hagas música”. Dejemos entonces a un lado el underground y vayamos a Prince. Porque no es sólo que TV On The Radio suene en ocasiones como lo haría el Prince de “Dirty Mind” en el siglo XXI, sino por el espíritu integrados que comparten unos y otro. “Si alguien nos compara con él”, confiesa Malone, “sólo me lo puedo tomar como un cumplido. Ha creado música increíble, aunque no estoy especialmente loco por lo que hace ahora. Pero, vamos, que no sólo porque haya sacado algunos discos realmente malos me voy a olvidar de lo bueno que hizo”.

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