Extraños
EntrevistasDirty Three

Extraños

Cristian Pallejà — 09-03-2006
Fotografía — Archivo

A estas alturas la belleza de la música de Dirty Three no debería ser ningún secreto. “Cinder” (BellaUnion/Sinnamon) es una nueva prueba de la grandeza de Warren Ellis, Jim White y Mick Turner. Y aunque parezca lo contrario, tras doce años de carrera continúan siendo imprevisibles hasta para ellos mismos.

Entrevistar a Warren Ellis, violinista de los australianos Dirty Three, es como asistir a una clase magistral. No hace falta preguntar, sólo prestar atención a lo que cuenta e intentar participar de vez en cuando con algún comentario que pueda reconducir su interesantísimo discurso hacia los terrenos de “Cinder”, último trabajo del grupo y la razón principal de que hayamos emprendido esta charla. Parece que todo lo envuelva con ese aura de improvisación y espontaneidad que hace tan especial la música de Dirty Three. “Nunca planeamos nada. Después de tantos años juntos, aunque parezca difícil debido a la distancia geográfica que nos separa y los diversos proyectos en que estamos inmersos cada uno de nosotros -y aquí Ellis aprovecha para hablar de los Bad Seeds, de las colaboraciones con medio mundo, de sus primeras bandas y de sus familias- son las ganas de volver a tocar juntos lo único que nos impulsa a hacer un nuevo disco”.

"Son las ganas de volver a tocar juntos lo único que nos impulsa a hacer un nuevo disco"

Incluso si “Cinder” parece más orientado a la composición de canciones digamos que más convencionales en cuanto a minutaje que el anterior “She Has No Strings Apollo” es por esa misma razón. “Cada uno de nuestros discos es fruto del momento en que entramos en el estudio. Si acabará teniendo veinte canciones o seis es un misterio también para nosotros hasta que terminamos la grabación”. Aunque, como es de suponer, al final es el estado de ánimo y los condicionantes externos los que pueden llegar a tensar o destensar las cuerdas de la furia en sus composiciones. “Tiendo a no analizar nuestra música, aunque puedo ver en nuestro disco ´Horse Stories´ el final de una etapa. En ese momento todo era caótico; las drogas y la muerte de gente muy cercana a nosotros hicieron de él un disco doloroso y lleno de energía negativa. Creo que desde entonces nuestra música ha tendido a ser cada vez más abierta, no sólo en la composición sino también en la forma de tocar de cada uno”. Con esto Ellis da la clave para responder a ese tópico tan utilizado cuando se habla de Dirty Three que reza que no existe evolución en su música. Si bien el suyo es un movimiento más íntimo, mucho más centrado en dar sentido propio a ese personal folclore (“en mi juventud tuve acceso a músicas de todo el mundo gracias a la gran cantidad de inmigrantes que acogió Australia durante los años sesenta y setenta”) marca de distinción de la banda desde sus inicios, y que utilizan como mimbres para dar formas diversas a cada nueva obra. Llegados a este punto es de rigor preguntar por esa colaboración con Cat Power en la preciosa “Great Waves” y saber si va a ser un hecho aislado o si alguna vez han pensado en incluir voces en futuras canciones. “Cuando empezamos Dirty Three vimos que ni Jim, ni Mick ni yo teníamos buenas voces. Desde entonces optamos por la música instrumental. El hecho de que Chan Marshall cante en esa canción se debe a que ella estaba de gira por Australia mientras grabábamos el disco. Jim tiene mucha relación con ella, la llamó, le preguntó si le apetecía cantar y aceptó. Y es la misma razón por la que aparece una gaita en otro momento del disco. Creímos que podía ir bien y llamamos a un amigo para que tocara. Como ya he dicho, nada es premeditado. Este modo de trabajar es el que nos hace volver a reunirnos y ver qué acaba saliendo”.

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