Expediente X
EntrevistasMoho

Expediente X

Miguel Ángel Sánchez Gárate — 18-11-2008
Fotografía — Archivo

Un grupo no es una puta foto. Por eso Moho son una máquina a la hora de hacer rock del de verdad. Y mira que lo de “Chotacabras” (Beat Generation/Alone Records) puede sonar a "chuflas", como dice el carismático Iñaki, bajista y voceador del power-trio madrileño más cojonudo.

A Moho les gustan los Picos de Europa, la caspa, las chuflas y los ritos satánicos. Pero nada de fotos promocionales con poses ni hostias. “Es muy fácil sacarse unas instantáneas, ponerte tu mejor camiseta, esbozar la mejor de las sonrisas o el peor de los jepetos en plan chungo, y fardar de la hostia en las revistas. Más de la mitad de los grupos luego van a tocar y suenan a broma. Guay. Ese es el estado de la música en este país. Y como a este nivel podemos hacer las cosas a nuestras manera, por eso somos críticos con ese rollo. Eso sí, yendo a nuestra bola sin molestar a nadie”.

"Apenas salen bandas de aquí a hacerse un recorrido europeo aunque sea de diez días o así"

El caso es que “Chotacabras” suena como tiene que sonar una banda de rock sin conservantes ni estabilizantes. Y con el sello inconfundible que le imprimen nuestros protagonistas. Que nadie se tome a chanza lo de títulos como "San Mamés", "Gargantor" o "Terror Ultramarino", que esto no es Mojinos Escozíos. “A la hora de sacar un tema no nos importa a qué suena ni tampoco decimos ‘vamos a hacer algo que suene a tal…’. Llegamos con riffs, los vamos tocando y va cogiendo forma el asunto. No sé si este disco suena igual o es distinto respecto a ‘20 uñas’. Hemos ido tocando y tocando y ahora suena todo más compacto quizás. Lo veo más como una lógica evolución. Sigue habiendo gente que nos dice que prefieren el primer disco porque suena más punk en el sentido de que era lo primero que hacíamos y era como ‘venga, se van a enterar” y suena más fresco y dinámico. Y gente que aprecia más ‘He visto la cruz al revés’ por ser más lento, cabroncete y agónico”. A la hora de grabar nada de zarandajas ni leches. A piñón y de la forma en que debería hacerlo cualquier banda de rock que se precie. “Estudios Montreal, Pamplona con Hans Krüger (Half Foot Outside) a los mandos. Llegar un viernes de febrero a media tarde o así, montar, sacar sonido y parar. Sábado, grabar hasta las siete de la tarde y saliendo para Madrid a ver si llegamos al festín en el cementerio. Grabamos siempre igual, los tres a la vez, pocas tomas y después la voz. Ya está. Hans sabe lo que pretendemos y lo consigue muy bien, ahí no haríamos más que molestar. Las mezclas se retrasaron un poco, pero bueno, el disco ya está ahí que es lo importante”. Energía burra, desarrollos progresivos y electricidad a espuertas. Todo ello guiado por un batería que golpea como un bulldozer. Estas son las credenciales de un disco que se mueve entre el sludge, el punk y el hard-rock cavernícola a la Blue Cheer. Moho no se cortan a la hora de decir que a los grupos nacionales les faltan agallas para salir a tocar fuera. “No hay más que verlo. Apenas salen bandas de aquí a hacerse un recorrido europeo aunque sea de diez días o así. Muy pocos. Ni si quisiera nosotros, fíjate”. Lo dice una banda que se ha recorrido media Europa en cinco ocasiones, amén de haber descargado en la gélida patria de Björk. “Lo más alucinante fue que nos llamaran para tocar (risas). ¿Cómo crees que nos quedamos? ‘Oye, que os vi en en Hell Fest y os quiero traer a Islandia, venís?’. Así de fácil. Hicimos dos conciertos y no es que fuera lo secundario, pero imagínate… joder, ¡Islandia! La gente que organizó las fechas incluso nos llevó a visitar ruinas, volcanes, enormes lagos, unas cataratas de impresión… no sé… fue realmente alucinante. No es por nada pero triunfamos como la San Miguel. Les moló mucho. Y era peña realmente agradable. El segundo día tocaron unos chavales que debían tener catorce o quince años con sus camisetas de Kiss. Vaya jefes”. Por si fuera poco liquidan el escaso tiempo que les quita su banda nodriza con los punk-rockers NoWays o los grinders Looking For Answer. “No sabemos hacer otra cosa. Raúl, el guitarrista, y yo estamos en Dishammer, un zurullo sónico que le damos al trash punk rock junto a Víctor de Disnation y Dopi de Machetazo. Bathory, Zeke, Motörhead, Exodus y Disclose, todo en uno. Llámennos, se lo pasarán pipa. Y también hacemos de las nuestras en Desguaces Beni, con Diana de Reznik”.

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