Tal es su éxito en las islas, que al llegar a Barcelona por primera vez preguntan desde cuándo están agotadas las entradas para su concierto. Desafortunadamente para ellos, la situación aquí aún no es como en su país de origen. Su estirado cantante, Luke Pritchard, al que le falta humildad y le sobra pose, no parece quererse enterar de cómo funciona este entramado. “No nos preocupa nada, es un asunto que tenemos controlado, ya que sabemos, que vamos a estar ahí durante mucho tiempo dando guerra, y nos da igual que la prensa nos preste más o menos atención. Lo realmente importante es la música y la promoción es solamente otro más de los pasos que debe dar un grupo cuando saca un disco. No hay que darle más importancia. La prensa es muy entusiasta y luego, a la que un grupo se le acaba el gas, se olvida, pero la carrera de una banda no debe depender de esos detalles”.
"La promoción es solamente otro más de los pasos que debe dar un grupo cuando saca un disco" |
El disco fue producido por Tony Hoffer, y tuvieron el honor de grabarlo en unos estudios emblemáticos. El batería del grupo, el más modesto Paul Garred nos detalla con efusividad la experiencia. “Grabamos en los Konk Studios, que es el lugar en el que The Kinks, de los que soy un ferviente seguidor, al igual que de la música negra, grabaron la mayoría de sus obras. En aquellos estudios hay mucha magia y enseguida te activas. Sin darte cuenta, te sube la autoestima y crece tu grado de inspiración. Aprendimos mucho allí, sobre todo con Tony Hoffer, que tenía claro como quería que sonara el disco”. The Kooks es grupo precoz al que su descaro le ha permitido hitos como, antes de publicar disco alguno, tocar en la mastodóntica muestra South By Southwest en Estados Unidos. “Fue una experiencia maravillosa. Allí hay managers, capos de los sellos, promotores... Toda la industria se reúne allí para ver a gran parte de las bandas que están despuntando en Estados Unidos. Nos sentimos muy bien y aprendimos de la experiencia”. “Eddie’s Gun” y “Sofa Song” fueron los singles que les pusieron en el disparadero. “Se ha perdido un poco la importancia que los singles tuvieron durante los sesenta y los setenta. Antes eran el barómetro para calibrar las posibilidades del grupo y, aunque ahora también existen, debes editar un larga duración para consolidarte. De todos modos, esos singles fueron un buen indicativo para nosotros de que estábamos preparados para grabar”.
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