Pese a todo, a Mark Oliver Everett no debemos guardarle rencor. Pero tampoco tenerle misericordia. Cual Van Gogh contemporáneo, su vida se ha ido sucediendo a través de un camino de desgracias, que lo han acabado tornando en el ermitaño desagradable y amargado que es ahora. Eso sí, mientras vaya dejándonos pruebas de vida del calibre de "Shootenanny!", no tendremos más remedio que seguir aplaudiendo su mísera existencia. Sus cinco obras en estudio son cinco diamantes tallados en la inteligencia armónica y pulidos en la intuición melódica del señor E, cuerpo y alma de la banda. De acuerdo, su piedra filosofal la debemos seguir buscando en la genialidad de su segundo larga duración, "Electro Shock Blues", gestado, recordemos, tras el suicidio de su hermana y el diagnóstico de cáncer terminal a su madre.
"Mis canciones siempre han sido mi salvación. Sin ellas hace tiempo que habría dejado de existir" |
No se descompuso entonces nuestro protagonista, que ya había perdido tiempo atrás a su padre (aclamado científico). "Ya he vivido el tiempo de la muerte. Ahora me toca el tiempo de la vida", recitó entonces. Y rescató la luz en el diáfano "Daisies In The Galaxy". Ahora, tras el algo espinoso "Souljacker", nos entrega una nueva colección de temas agridulces que recuperan el rock algo melancólico y de melodías maduras, transparentes y sencillas. Una obra que merece estar a la altura del resto de su discografía, algo que ya debemos considerar un notable éxito. El problema, claro, llega en el momento de hacer partícipe de todo ello a su protagonista, ese huraño gruñón llamado Mark O. Everett y más conocido como "Mr. E". "El disco es muy diferente a los anteriores, sin más". Por supuesto, aunque sí que es cierto que en "Shootenanny!" se percibe un abandono del universo más oscuro y brumoso que caracterizaba a "Souljacker" para abrir un abanico de posibilidades más amplio y, de alguna manera, más accesible. "No lo sé. Últimamente he estado trabajando en tres discos diferentes, no como un concepto, sino como obras diferenciadas. Simplemente he decidido ahora publicar el primero de esos discos" que, por cierto, compuso en tan sólo diez días. En "Shootenanny!" podemos observar ciertos contenidos de prisma existencialista, con un elevado número de referencias que se suponen autobiográficas. No es extraño, por tanto, que muchos de sus temas ("All In A Day´s Work", "Agony", "Rock Hard Times") resulten especialmente depresivos. "Mis canciones siempre han sido mi salvación. En el caso concreto de ´Agony´, a la hora de escribirla me encontraba en medio de una depresión agotadora. Después de componerla, dejé toda mi tristeza en ella, y me sentí profundamente rejuvenecido". Música como terapia... "Mucho mejor que una terapia. Sin ellas hace tiempo que habría dejado de existir". No faltan tampoco las referencias, entre sarcásticas y filosóficas, a temas como el de los premios de la industria, en "Fashion Awards" ("No creo que vuelva a recibir jamás un nuevo premio por parte de nadie (n. del r. Con su primer disco, ´Beautiful Freak´, Eels recibió un British Award a la mejor banda novel, que acabaron reciclando como parte del kit de batería), y si me lo conceden, no pienso ir. No los necesito. Por eso puedo expresar la sensación de rechazo que me producen") o el aprovechamiento del tiempo vital en "Numbered Days" ("Se trata de una realidad más que evidente el que estamos en este mundo de paso. Es algo que yo he vivido muy de cerca. Por eso es tan importante recordar que cada día que pasemos será uno menos de los que nos quedan por disfrutar"). ¿Esperanzador o deprimente? Dejémoslo en aleccionador. A los que sientan interés por el curioso término elegido para titular el disco, Mr. E también dispone de razones, al parecer evidentes: "Se trata de un palabra norteamericana, relacionada con el folk. ¿Qué tiene de extraño?". No parece que tal vocablo exista en ningún diccionario: "Sí, es cierto, no existe. Es un remiendo mío de ´hootenanny´, una especie de fiesta folk tradicional de mi país. ´Shootenanny´ pretende ser lo mismo, pero añadiendo el disparo de armas de fuego como parte de la fiesta. Es una manera de actualizar las tradiciones norteamericanas". Bien visto. Hasta Michael Moore se sentiría orgulloso. Momento de interesarse por los artistas a los que presta más atención últimamente nuestro amigo. "Hace meses que no escucho nada de música. ¿Qué me recomiendas tú?". Pues fíjate, precisamente antes de la entrevista andaba yo saboreando el primer trabajo de los suecos Mando Diao, una actualizada mezcla de los Animals y los Sonics... "No suena mal. No tengo la menor idea de quienes son, pero prometo escucharles". Por el más que hastiado tono de voz se me antoja algo cínica la promesa del amigo E. Mejor nos conformamos con dejar que el pájaro vuelva a su jaula, y esperemos que nos vuelva a sorprender en un par de años, quizás antes, con su nuevo trino, tan entonado como agónico.
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