Estos dos gaditanos han dejado de lado las guitarras flamencas y se han calzado las eléctricas para sorprendernos con "Hemos visto cosas que harían vomitar a un murciélago", un disco repleto de canciones que homenajean, en su composición, al rock andaluz, aunque también al rock progresivo y hasta a Pink Floyd. Llevan quince años en la carretera, pero aún son muy jóvenes, “empezamos de pequeños” dice El Canijo riéndose, y aún les queda mucho por ofrecer. Y es que nunca han tenido reparos en reconocer sus influencias, más bien al revés, se sienten orgullosos de la época en la que les ha tocado vivir que, según sus palabras, les ha hecho disfrutar de discos míticos como "Veneno", "La Leyenda del Tiempo" u "Omega".
Cualquiera que se haya enfrentado en persona a alguno de estos dos personajes sabe que son una fiesta, y eso de forma natural. Así que imagínense una entrevista a los dos juntos. Cuesta que te hablen en serio, aún y así creo que lo conseguimos y nos demostraron que, entre otras muchas cosas, son unos auténticos melómanos. Tienen una abundante colección de vinilos y la buena costumbre de que, cada vez que uno visita al otro, le lleva una buena botella de vino y un buen vinilo. Una admirable forma de declarar su excelente amistad. Además, cuando acabas la entrevista lo que más te apetece es irte de juerga con ellos, y por suerte lo hicimos, pero esa es otra historia. Aquí les dejamos lo que nos contaron sobre su nuevo y venenoso proyecto, Estricnina.
"A veces la popularidad puede molestar, pero tiene cosas positivas, por ejemplo nos permite hacer Estricnina y sentirte querido y eso es un puntazo".
Si cada uno de vosotros ya tenéis una carrera bien definida y de éxito, para qué hacer algo juntos y diferente?
(Juan) Por un lado queríamos hacer un homenaje a las bandas que siempre nos han gustado, Triana, Smash, Pata Negra, Veneno, etc. y por otro porque eso nos permite hacer cosas que no nos atrevemos a hacer en solitario. Aunque sobre todo para gozarlo.
¿Y como empezó todo?
(Canijo) Me compré una casa en Chiclana y de vez en cuando Juan venía allí y se quedaba varias semanas. Casi todas las tardes nos poníamos a tocar y empezamos a probar cosas raras. Juan se había comprado un bajo y se puso a investigar y yo enchufé la eléctrica y grabamos una maqueta con un montón de ideas locas. Al final de ahí salió el disco y aunque en cada canción pueda haber ideas principales de cada uno, las hemos estructurado los dos juntos y con una buena botella de vino en la mano.
El disco al final no lo habéis sacado ni con el Volcán, ni habéis hecho crowdfunding, lo ha editado Satélite K,
(Juan) Mis dos últimos discos los hice con crowdfunding, pero la distribución la hizo Satélite K, mientras que El Canijo ya había acabado el contrato con El Volcán. Escuchamos ofertas de todos y al final elegimos Satélite porque encontramos que el trato era mucho más cercano y familiar. Hemos hecho lo que hemos querido, incluso la portada y el libreto que los ha diseñado Linnéa Johansson, una ilustradora sueca.
(Canijo) Nos ha hecho una portada que nos encanta, queríamos algo bizarro, diferente. Estábamos hartos de arco iris, nubecitas, patitos y de muchos colores, queríamos algo oscuro.
En las letras de vuestras canciones hay de todo, desde amor a surrealismo, textos canallas, pero también poéticos. Pero hay dos canciones que parecen tener mensajes contarios. Por un lado “Muerdo como un perro” anima a salir de fiesta a comérselo todo, sin embargo “No hay mañanas en el espacio” parece una advertencia a dejarse llevar por la “vida cardiaca”.
(Canijo) No están dedicadas a nadie en particular, en todo caso a nosotros mismos. La primera es la que cantamos cuando nos vamos de fiesta y la segunda cuando volvemos de resaca. (risas).
Tal como lo veo, el disco está muy pensado para el directo. Con un principio y un final.
(Juan) Pues fíjate que ya hemos tocado varias veces con la banda y ahora nos da rabia no haber grabado el disco en directo, porque tiene un potencial enorme. Hemos juntado a los dos hermanos Bao, Pepe y Anye, que no tocaban juntos desde hace años, Nacho Lesko (El Último de la Fila, Estopa) a los teclados y Marcos Munné (La Selva Sur, Rarefolk) que es un guitarrista diferente a todos y es nuestro David Gilmour. Con ellos haremos una gira que empezará en febrero y acabaremos en octubre, incluyendo festivales, pero sin volvernos locos
(Canijo) Estricnina no va a ser un grupo de un solo disco. Es nuestro niño mimado. Es nuestra excusa para no estar en casa (risas). Además hacer la promo y tocar juntos es mucho más divertido. Con Estricnina vale todo y resulta un desahogo, además, al descuidarlo, sale más puro.
Canijo, ¿ha sido muy diferente componer con El Ratón que con Juan?.
(Canijo) De alguna manera El Ratón era más arreglista, porque cuando yo traía alguna canción, él le ponía principio, final y veía muy clara la instrumentación. Con Juan componemos los dos y cambiamos las cosas juntos. Las letras sobre todo. Es una manera de asociarse diferente. De hecho ya habíamos trabajado juntos en mi primer álbum en solitario y también en sus discos. Es que curiosamente empezamos el mismo año. El primer disco de Los Delinqüentes salió en 2001 y el suyo también. Los dos nacimos en el 82 y nos han marcado los mismos grupos. Para mi el disco de Estricnina ha sido mas fácil de hacer que los de Los Delinqüentes y hasta que el de los G5, porque nos ha salido de forma totalmente natural y sin egos.
Y Juan, se nota mucho la popularidad que te ha dado el programa de televisión de “Vivan los bares”?
(Juan) Yo he vivido en la música de muchas formas y papeles. Empecé de muy jovencito cantando con el típico grupo de adolescente y cuando mejor nos iba, lo dejé porque quería estudiar percusión. Luego hice un montón de cosas, estuve de gira con Chico Ocaña de Los Mártires del Compás. Después con un trío de jazz funk con Pepe Bao. Produje discos, hice “clinics” de percusión, etc. Estaba muy cómodo y fue entonces cuando me llamó El Canijo para producir su disco, así que montamos una banda con los músicos con los que yo andaba entonces. De hecho fue él quien me animó a hacer de nuevo canciones. Yo no quería grabar discos. Yo cantaba solo cuando estaba a gusto o cuando había dinero (risas). Me dijo, graba esas canciones y ponlas en youtube. De repente empecé a tener montones de visitas y me di cuenta que le gustaba a la gente. Así que dejé a El Canijo y empecé con mis discos. Con 31 años me vi de repente con ese éxito, pero como te coge con madurez, lo ves de otra manera. Ahora noto todo lo de la tele, la percusión, los discos antiguos, etc, es una bola que va sumando. Si con 19 años no me volví loco, ahora no lo voy a hacer. A veces la popularidad puede molestar, pero tiene cosas positivas, por ejemplo nos permite hacer Estricnina y sentirte querido y eso es un puntazo. Si sabes canalizarlo todo está bien.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.