Si hay una cosa aburrida en el pop es trabajar a base de clichés y no de verdad. La impostura es algo que me aleja de un grupo aunque su música sea más o menos decente. Y con Manos de Topo eso no pasa: son transparentes, cuentan sus penas sin querer dar pena, no tienen vergüenzas (o en todo caso las superan contándolas). En cierta forma, canciones como “Es feo”, “Brummel” o “La estatua de la libertad” me recuerdan a las viñetas de Juanjo Sáez, tan cotidianas y tan liberadoras.
"No se quién dijo que hacíamos música para chicas" |
Supongo que a estas alturas tendría que decir ya que lo suyo es el pop surrealista y llorón (El Niño Gusano y Sr. Chinarro sirven como ejemplos), pero de llorar de risa. De hecho, su rasgo identificativo más fuerte es la manera de cantar de Miguel Ángel Blanco (guitarra y voz). Él, Rafa Arcos (batería) y Alejandro Marzoa (Casio Pt1 y xilófono) contestan, enmarañadamente, mis preguntas. La banda se completa con Pau Júlia (bajo). (Arcos) “En el grupo siempre hay el eterno debate sobre la manera de cantar de Miguel Ángel. Intentamos domarlo. Bueno, Manos de Topo nació con Miguel Ángel cantando así y morirá de la misma manera. Pero hay gente a la que le gusta su manera de cantar”. (Blanco) “En realidad la forma ésta de cantar también era porque nosotros éramos unos perdedores del amor e íbamos de tristes y nos lamentábamos ‘¿Por qué nos dejan las mujeres?’. Era por esto. Empezó como una coña”. (Marzoa) “Empezó como una coña y era un sello. No teníamos novias y no follábamos”. (Blanco) “Mi voz esta pasada de vueltas, es como una parodia. Es el rollo este de ir superpasao, de superperdedor, es un chiste. Es como ‘Scary Movie’, ‘Scary Movie’ en música”. Una entrevista con Manos de Topo es lo más divertido que le puede pasar a un periodista musical. Se nota de dónde surge el ingenio ilimitado de sus letras, esas frases rebuscadas y ocurrentes que emocionan por su precisión freak. Un ingenio que tiñe todo lo que hacen o si no miren el videoclip de la canción “El cartero”. (Marzoa ) “La parte humorística del grupo también es por las letras, por ciertas metáforas que hacemos, que hablan de derrota y del desamor y cosas que duelen, pero a la vez tratadas con cierto sentido del humor. Y también por la música, bonitas melodías de pop que se suponen que tendrían que hablar de amor y te encuentras a un tipo que canta de una forma tan trágica y habla del desamor, pero con mucha ironía”. Su manera de abordar las relaciones afectivas y su sinceridad loser les han hecho ganarse el respeto de muchas oyentes femeninas, mayoría en sus conciertos. (Blanco) “No se quién dijo que hacíamos música para chicas”. (Marzoa) “El de Beef, el David, el de La estrella de David. Fue el primero que por MySpace nos dijo esto... ‘A mí me gustáis porque le gustáis a mi novia. Claramente sois un grupo para chicas’”. (Blanco) “Yo creo que las chicas ven en nosotros que somos buenos. Todo el rollo éste de los malotes… a cierta edad las chicas quieren que las quieras, chicos que las abracen. Que se levanten por las mañanas y estés ahí. Los Manos de Topo somos así. No somos como algunos grupos de Barcelona (¿de quién estarán hablando?) que van en plan ‘Follamos una vez y se acabó, y al día siguiente con otra y con otra’. Nosotros somos gente fiel. Yo creo que es cierto. Se me ocurrió ahora, pero es verdad”. Ante todo, “Ortopedias bonitas”, su único disco, es un buen resumen del universo de Manos de Topo: divertido, tragicómico e histriónico. Pero es también un puñado de canciones excelentes, arregladas con tino y grabadas con el saber hacer de Jens Neumaier (12twelve) y Mike Alemany. También es un disco honesto de cuatro chicos que no pensaron nunca en sacar un disco. (Marzoa) “Creo simplemente que estamos disfrutando del momento. Estamos viendo que un proyecto poco accesible como Manos de Topo está llegando a más gente. Y la verdad sí que estamos sorprendidos porque puedas comprar un disco nuestro en las tiendas de discos. Y no nos planteamos más allá”.
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